El sistema de transporte público absorbió bien la reapertura de actividades de la semana que acaba de terminar. Hubo un ligero aumento a 1.060.000 pasajeros en los colectivos, trenes y subtes, muy lejos de los 4.240.000 usuarios que había antes de la cuarentena. Se incrementaron en algo la cantidad de vehículos en las autopistas y, en general, las personas por las calles, algo obvio porque hubo más actividades. Pero para las autoridades la clave estaba en no recargar el transporte público que, por la masividad, representa un peligro de contagio. En los ministerios de Salud, porteño y de la Nación, evaluaron como "normal" la evolución en el transporte y coinciden en que el centro de la acción contra el virus está en las villas, en especial la 31. También consideraron que la circulación de padres con niños este sábado fue ordenada y sin problemas. El martes y miércoles se hará un balance de la evolución general, pero todo pinta a que no habrá cambios.

Las planillas que realiza el Ministerio de Transporte, que encabeza Mario Meoni, indican que el jueves, día en que volvieron a abrir una segunda serie de comercios, no hubo una explosión en el transporte. La norma establecía que esos negocios debían ponerse en funcionamiento pero con empleados que no utilizaran ni colectivos ni trenes ni subtes. Aún así, existía el peligro que se disparara el número de pasajeros.

En total viajaron 1.020.000 personas, que en realidad es el doble del punto al que bajó la cantidad de pasajeros enseguida después del 20 de marzo, el día que se estableció la cuarentena. En aquel momento, incluso hubo jornadas con menos de 500.000 pasajeros. Comparado con antes de la cuarentena, viajan ahora un cuarto de las personas, una cifra que tiene cierta lógica:

*No hay clases

*No funciona el Estado

*Se habilitaron muy pocas obras de construcción

*No está habilitado el servicio doméstico

*No abrieron los principales rubros de comercio: los negocios de ropa, zapatos y shoppings.

*Tampoco arrancaron las peluquerías, pero eso no cambia el uso del transporte ya que se trata de un funcionamiento casi exclusivamente de cercanía.

Para las autoridades de salud, al menos por ahora, el transporte está dentro de lo previsto: puede haber alguna formación de tren con gente en exceso, algún colectivo donde hay demasiados pasajeros, pero son excepciones, no la generalidad.

Aliviado lo que se consideraba el mayor de los peligros de contagio, la mirada sigue puesta en las villas, tanto en CABA como en el Gran Buenos Aires, aunque la realidad es que la lupa está puesta principalmente en la villa 31. Para las autoridades está claro que la cercanía de barrios de buenos ingresos --Recoleta, Puerto Madero, Barrio Norte-- donde viven personas que viajaron a Europa y Estados Unidos, trasladó la infección a la villa de Retiro, ya sea porque gente de la 31 tuvo que ir a trabajar a esos barrios de mayores ingresos o porque hubo personal médico que prestó servicios en los dos lados.

La estrategia definida por CABA y Nación es detectar por síntomas a los casos sospechosos en las villas, llevarlos a un hotel, hacerles el hisopado y si da positivo mantenerlo aislado. En caso de dar negativo vuelve a su vivienda, con un seguimiento diario, porque el que da negativo hoy puede dar positivo mañana. A los que viven con quien haya resultado contagiado también se le hace un seguimiento todos los días y, si aparecen síntomas, el procedimiento es el ya señalado: aislamiento e hisopado. En el programa Detectar no está previsto aislar a todos de entrada porque en esos barrios hay entre diez y 20 contactos estrechos de cada contagiado, lo que significaría alojar unas 15.000 personas en hoteles o lugares de aislamiento. "Pero lo que ocurre también es que no quieren dejar su vivienda por temor a intrusiones, de manera que hacemos un seguimiento diario", alegan en el gobierno porteño. Este sábado se detectaron unos 50 sospechosos en la 31 y otros 50 en la 1--11--14. El índice de letalidad es, por ahora, bajo: en más de mil contagiados en villas hubo nueve fallecidos. Pero habrá que ver qué sucede en las próximas semanas, porque los efectos de los contagios de los últimos días no se verifican de inmediato.

El otro foco de preocupación está en los geriátricos donde se le iban a hacer los tests rápidos a todo el personal durante la semana que pasó. Sin embargo los kits no llegaron desde China por problemas aduaneros en origen. Con el anuncio del viernes del kit argentino, habrá que ver cómo se hace el trabajo con el personal de los geriátricos, que es --dicen los expertos-- el transmisor posible del virus. Esas residencias provocan picos muy rápidos y hacen oscilar fuertemente el número de contagiados y fallecidos.

En la actualidad, entonces, el centro del accionar está en las villas y no en la circulación. Es público y notorio que hay muchísimos más vehículos en las autopistas, algo que se verifica en las largas colas a las entradas de la ciudad. Según los funcionarios esa situación no es preocupante: su mirada está puesta en el transporte público, no en los autos, porque el peligro de contagio en un vehículo particular es ínfimo. Lo que sí se evita es que los ciudadanos vengan a CABA "a pasear", o sea que no ingresen si no vienen a realizar actividades autorizadas.

Tampoco es materia de especial preocupación la cantidad de personas en la calle porque verifican que se mantienen las distancias y la casi totalidad de los transeúntes usan barbijo. De la misma manera, se respeta la cantidad de personas en los locales. Una primera evaluación de este sábado es que tampoco hubo grandes desórdenes en la salida de los chicos: "hubo poca gente y ordenada", concluyeron.

Como se sabe, la evaluación depende del día a día. En gran parte del país, las decisiones las toman los gobernadores y se están abriendo actividades en forma paulatina y hasta acelerada. En la Provincia de Buenos Aires, el lunes vuelven a trabajar tres grandes automotrices, Toyota en Zárate, Ford y Volkswagen en Tigre, con protocolos y con el personal transportado por las empresas o en los propios vehículos de los trabajadores.

Entre martes y miércoles habrá reuniones de los gobiernos nacional, porteño y bonaerense para decidir sobre los pasos a seguir. En el horizonte estaba la apertura de las peluquerías y de los comercios de ropa. Y también la posibilidad de retroceder en las actividades que ya se habilitaron. Todo indica que no habrá cambios en esta semana, ni hacia nuevas aperturas ni hacia retrocesos. "Se armó un gran debate, mucho más político que científico, de manera que es poco probable que se hagan cambios", le dijo a este diario un alto funcionario.


Evolución de usuarios de transporte

El monitoreo indica que todavía se mantiene bien el distanciamiento.