La vuelta del fútbol en Europa, materializada con la reanudación de la Bundesliga y anticipada por la gran cantidad de países que van retomando los entrenamientos de sus equipos, fue un alivio para buena parte del público, sediento de ver rodar la pelota -aunque sea la no tan popular liga alemana- y en especial para los clubes argentinos que, como en el caso de River, esperan realizar alguna venta millonaria a esos destinos para sanear sus balances, como es habitual en uno de los mejores semilleros del mundo.

En Núñez, donde acostumbran histórica y recientemente a descorchar durante los mercados de pases con alguna venta rimbombante, las esperanzas están puestas en el lateral Gonzalo Montiel y el defensor Lucas Martínez Quarta, cuyas cláusulas de salida rondan los 20 millones de euros. En tanto, tampoco serían mal recibidas ofertas por los extranjeros Rafael Borré, Jorge Carrascal o Nicolás De la Cruz.

En cuanto a Montiel, de 23 años, su nombró sonó por Inglaterra ya que fue recomendado por el ex River Manuel Lanzini en el West Ham, a la vez que sus participaciones en las selecciones juveniles le sirvieron de vidriera. El mediocampista que milita en la Premier League desde 2015 fue la primera gran venta de River con Marcelo Gallardo como DT. A mediados de 2014, Lanzini se fue a Al-Jazira de Emiratos Arabes Unidos por 7,50 millones.

Fructífero por donde se lo mire, el ciclo del Muñeco como entrenador de River y su apuesta por potenciar juveniles ha dejado gran rédito económico para el club, especialista en vender caro al exterior y comprar barato en el mercado nacional a los equipos más débiles.

Por caso, se destacan las salidas de Ramiro Funes Mori (13 millones a Everton), Matías Kranevitter (8 millones a Atlético de Madrid), Emanuel Mammana (8 millones a Olympique Lyon), Lucas Alario (24 millones a Bayer Leverkusen), Sebastián Driussi (15 millones a Zenit), Gonzalo Martínez (15 millones a Atlanta United), Marcelo Saracchi (12 millones a Red Bull Leipzig), y la más reciente partida de Exequiel Palacios (17 millones a Bayer Leverkusen).

Con los antecedentes de Alario, Saracchi y Palacios, no es de extrañar el agrado de River por el reinicio de la actividad en Alemania. Allí es donde podría estar también el futuro próximo de Martínez Quarta, de 24 años, cuyo apellido se viene instalando durante los últimos mercados, aunque nunca se concretó su venta. El defensor central también estaría en carpeta de varios clubes italianos.

Y desde Italia también se ha mencionado al colombiano Carrascal, cuyo pase adquirió River a fin de año al Karpaty ucraniano (por tres millones de euros) tras estar una temporada a préstamo previamente. El mediocampista de 21 años sería pretendido por nada menos que la todopoderosa Juventus, aunque la intención de Gallardo es poder disfrutarlo al menos una temporada más ya que el jugador sólo llego a disputar 17 partidos (tres goles) desde que llegó a principios de 2019. Su cláusula también es de 20 millones.

Por último, dos jugadores que gozan de buen valor de reventa son Borré y De la Cruz. Sin embargo, tanto el colombiano como el uruguayo, de ser transferidos, no dejarían la totalidad de lo depositado en Núñez. Es que el atacante de 24 años, gran goleador del equipo de Gallardo durante los últimos tiempos, pertenece al club sólo en un 50 por ciento. Además, tal porcentaje podría ser recomprado por Atlético de Madrid, dueño de la otra mitad, por un máximo de siete millones de euros, ya que así lo indica una cláusula firmada en su momento entre los clubes.

Mientras que en el caso de De la Cruz, River posee el 30 por ciento del pase. Una cifra que, para colmo, no terminó de abonar a Liverpool de Montevideo, dueño de lo restante. El uruguayo llegó a Núñez en 2017 y, tras un flojo inicio, fue puesto en alza por Gallardo hasta convertirse en un baluarte para el equipo millonario, al punto de llegar a sonar en Manchester City. De ser transferido al exterior el mediocampista de 22 años, a River le quedarían entre siete y nueve millones, en el mejor de los escenarios. Claro que, dada la actual situación económica derivada de la pandemia, tales cifras no son para desmerecer.