Desde Brasilia

Gonzalo "Chispa" Sánchez y otros dos represores imputados en el secuestro y asesinato de Rodolfo Walsh se refugiaron en Brasil "donde tuvieron cobertura para permanecer ocultos, burlando o postergando la respuesta a los pedidos de extradición de la justicia argentina. Jair Bolsonaro es un defensor de la impunidad a los genocidas". El que habla es Jair Kirschke, quien además de presidir el Movimiento de Justicia y Derechos Humanos, es el mayor experto brasileño en terrorismo de estado y el Plan Cóndor, la coordinación regional de la represión clandestina en América del Sur.

"Los operativos de los años 70 del Cóndor, en la etapa de la ofensiva, fueron para eliminar enemigos políticos, después, al comenzar el período democrático hubo complicidad para facilitar la retirada de los genocidas, por eso varios represores argentinos vinieron a Brasil, el caso Gonzalo Sánchez se inscribe en ese contexto".

Luego de más de una década de plácida residencia en las playas brasileñas la semana pasada "Chispa" Sánchez fue deportado a la Argentina donde la justicia le imputa haber tomado parte en el rapto y ejecución de Rodolfo Walsh el 25 de marzo de 1977, un año y un día después del inicio de la dictadura militar, régimen que fue bien recibido por el dictador Ernesto Geisel, según indican documentos diplomáticos guardados en el Archivo Nacional de Brasilia.

"En este momento cuando muchos hablan de la extradición de Sánchez, yo creo que es el momento de preguntarse por qué ésta ocurrió con tanta demora", plantea Kirschke en esta entrevista con PáginaI12.

Por su parte Nadine Borges, vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil seccional Rio de Janeiro, aporta otros datos.

Sánchez fue arrestado el 11 de mayo en Paraty, una ciudad colonial ubicada en el litoral sur del estado, donde vivió varios años como clandestino. Previamente, en 2013, había estado preso en Angra dos Reis.

"Esa región , entre Angra y Paraty, es tierra donde pisa fuerte Bolsonaro, allí tiene uno de sus reductos electorales y viven algunos familiares, él ya era influyente allí en los tiempos en que fue diputado federal por Rio (1992-2018), y con su llegada a la presidencia seguramente su peso aumentó, es lógico considerar que él o su gente tuvieran informaciones de la presencia de Sánchez, no tengo pruebas, pero es un tema para investigar" ,sostiene Nadine Borges en diálogo con este diario.

Ella fue la titular de la Comisión de la Verdad en Río, brazo local del organismo creado por la presidenta Dilma Rousseff , presa política a inicio de los años 70 durante la dictadura brasileña.

Rodolfo Walsh se encontraba sólo, en el barrio porteño de San Cristóbal, cuando lo cercó un grupo de la ESMA formado por cerca de veinte hombres, entre ellos "Chapita" Sánchez, Roberto Oscar González y Pedro Osvaldo Salvia, los dos últimos tambíen se ocultaron en Brasil.

El intelectual e integrante de la organización Montoneros al parecer llegó sin vida al campo de concentración de la armada y desde entonces no se tuvo noticia del destino de su cuerpo, algo sobre lo cual probablemente será indagado Sánchez cuando comparezca ante la justicia.

"El juicio en Argentina permitirá obtener datos para reconstruir como fue su esquema para refugiarse en Brasil, hay una certeza sobre la complicidad en el pasado para permitir que se esconda aquí , pero también se percibe una actitud cómplice en los últimos años. Posiblemente Sánchez tuvo apoyo de grupos que actúan en el Estado ya que fue patrocinado por la Defensoría Pública ", apunta Borges..

"Me sorprende que luego de su captura las autoridades hayan demorado varias horas en divulgar la identidad del detenido, sospecho que esto fue para beneficiarlo, cuando hay mala voluntad política con un preso se anuncia de inmediato su nombre".

El arresto del reo acusado de delitos de lesa humanidad fue una noticia que repercutió en la prensa internacional la semana pasada.

Bolsonaro evitó hacer declaraciones sobre el tema y prefirió afirmar que Argentina camina hacia el "socialismo" debido a su política de cuarentena contra el coronavirus.

En cambio el año pasado, antes de viajar al país vecino, afirmó, en entrevista al diario La Nación, que gracias al Plan Cóndor se logró frenar al "comunismo" en los años 70.

De ese modo el capitán retirado se convirtió en el primer presidente de extracción militar que reconoció la existencia de la multinacional terrorista, lo cual lo convierte en eventual testigo en los procesos judiciales.

Siendo diputado federal por Río, en marzo de 2014, al cumplirse el cincuentenario del golpe militar brasileño, Bolsonaro dijo: " llegará el momento en el que un nuevo 31 de marzo (día del derrocamiento del presidente Joao Goulart), o una nueva Operación Cóndor (..) no serán suficientes para impedir que Brasil y América Latina caigan en los brazos del comunismo".

Durante décadas Bolsonaro cimentó su popularidad entre oficiales de baja graduación y la tropa del Ejército instalándose como un referente de sus demandas corporativas en el Parlamento.

Reivindicó la dictadura junto con la mano de obra desocupada y más tarde, a comienzo de la década del 2000 exaltó a las "milicias", formadas por policías y algunos militares.

Una vez llegado a la presidencia, en enero de 2019, Bolsonaro elevó la apología del gobierno militar a la categoría de discurso de Estado y hace dos semanas recibió en el Palacio del Planalto al Mayor Currió, uno de los represores más famosos del régimen.

En suma: la deportación del argentino Sánchez seguramente fue un revés político para el mandatario, señalan ,por separado, la abogada Borges desde Rio, y el investigador Kirschke, desde la sureña Porto Alegre.

"Tal vez Bolsonaro no pudo impedir la extradición porque era una cosa juzgada por el Supremo Tribunal Federal en 2017, no había forma de presionar para reveritir la decisión, pero creo que difícilmente haya otra deportación de este tipo porque supongo va a ejercer mucha presión", prevé Kirschke.

Y recuerda que el policía retirado y exmiembro de la ESMA, Roberto Oscar González, tiene residencia en Viamao, ciudad próxima a Porto Alegre, donde también se radicó el represor Pedro Oscar Salvia, fallecido en 2015.