El 97,5 por ciento del personal que trabaja en el servicio doméstico son mujeres, en gran medida jefas de hogar y único sostén de familia, y un 72,4 por ciento no percibe descuento jubilatorio, dijo Carlos Brasesco, apoderado de la Unión de Personal Auxiliar de Casas Particulares (Upacp). Las cifras volvieron a cobrar vigencia esta semana, en medio de las presiones de empleadorxs que les exigen retomar la actividad sin garantías sanitarias, y la actualización de las disposiciones normativas sobre pagos de salarios para las personas incluidas en la cuarentena, y la prohibición de despidos y suspensiones. "Todas y todos no nos oponemos a volver a trabajar, pero siempre y cuando haya protocolos de interrelación, precauciones sanitarias adecuadas, decreto/resolución, e incluso una cobertura de ART como corresponde”, advirtió Brasesco.

El último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “El Covid-19 y el trabajo doméstico en la Argentina”, detalla que el sector de las empleadas de casas particulares es uno de los más vulnerables del país. “Cerca de 1,4 millón de personas se encuentran expuestas a los riesgos sanitarios y laborales de la pandemia en este segmento del mercado laboral”, conformado por mujeres de entre 35 y 54 años, y pese a que el 44 por ciento son jefas de hogar, sus salarios son más bajos que en el promedio del país. “Debido a las condiciones en las que se desempeñan las trabajadoras domésticas, en especial las que realizan tareas de atención y cuidado de personas en los hogares –declaradas como actividades esenciales–, se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad, más expuestas al impacto económico y sanitario del Covid-19.”