A la hora de llevar a la pantalla la vida de actrices famosas, los productores las prefieren trágicas. Así lo demuestran Judy, donde se exponen los últimos pasos de una Judy Garland quebrada, Tres días en Quiberón, sobre el final de Romy Schneider, agobiada por la muerte de su hijo, y ahora Seberg, sobre los últimos años en la vida de Jean Seberg. El final de esta actriz icónica -ver el corte à la garçon, la remera marinera, los pantalones pescador y sus chatitas en Sin aliento, uno de los máximos estandartes de la nouvelle vague- se parece al de Marilyn Monroe, no sólo por el modo en que concluyó sino por la red de intrigas en la que ambos desenlaces se vieron envueltos. Marilyn sabía demasiadas cosas sobre la Casa Blanca y el presidente Kennedy, Seberg fue objeto de investigación del FBI del ominoso Edgar Hoover. Dirigida por el desconocido Benedict Andrews, Seberg, sin embargo y extrañamente, le da a la actriz a la que se supone biografía un rol apenas de coprotagonista, repartiendo el cartel con el agente del FBI que la investiga.

Con una mimética Kristen Stewart como intérprete, Seberg se centra en tres años de la vida de la actriz -de 1968 a 1971- cuando deja su domicilio parisino, alejándose de su marido, el novelista Romain Gary, para filmar en Hollywood (la película no lo dice, pero se trata del western musical La leyenda de la ciudad sin nombre, junto a Clint Eastwood y Lee Marvin). Seberg cuenta con un prólogo en el que la actriz arde en las llamas, en su papel de Juana de Arco en Santa Juana, dirigida por Otto Preminger. Hay un problema: las llamas son reales, y a Seberg le quedará de recuerdo una quemadura en un costado del torso. Ese prólogo quiere metaforizar lo que se verá más tarde, cuando el FBI la hace arder en las llamas figuradas de la persecución, la maledicencia, el intento de aniquilamiento de su personalidad. La investigación se inicia cuando Seberg dona 1500 dólares a los Panteras Negras, convirtiéndose en poco menos que una enemiga del Estado.

“Sos una turista de la revolución”, la acusa alguien por allí, y no parece faltarle razón. Seberg se acerca a Akim Jamal, militante de los Panteras Negras (Anthony Mackie), un poco por fascinación y otro poco porque con él la pasa bien en la cama. El agente Jack Solomon (Jack O’Connell) le sigue la pista, de modo que el relato corta continuamente entre él y la actriz. Pasa algo raro con Solomon: si bien la vigila resulta ser un agente “bueno”, padre de familia distanciado de sus compañeros machistas y abusivos. Hasta el punto de que a la larga tratará de proteger al objeto de su investigación. Por ese lado, la película parece resuelta a salvar la ética de este personaje ficticio. Solomon está tironeado entre los suyos y aquello en lo que cree, y algo semejante le sucede a Jamal, cuya relación con una mujer blanca le gana la repulsa sus compañeros. Entre ambos varones divididos, la vida de Seberg va siendo demolida por obra y gracia del FBI, hasta que las llamas del acoso terminan por consumirla. Pero esto queda para unos carteles finales, teniendo en cuenta que la muerte de la actriz tuvo lugar siete años más tarde de la conclusión de la película.



SEBERG 5 PUNTOS

EE.UU., 2019

Dirección: Benedict Andrews

Guion: Joe Shrapnel, Anna Waterhouse

Duración: 96 minutos

Intérpretes: Kristen Stewart, Jack O’Connell, Anthony Mackie, Vince Vaughn, Yvan Attal, Colm Meaney.

Estreno en Amazon Prime TV