Con el estreno virtual de La tortuga, de Marcelo Allasino, inaugura hoy sábado 22 TEATRO UAIFAI . Se trata de una nueva plataforma que parece definirse a partir de lo que no es: "No es teatro tradicional, filmado ni leído. No son registros en video. Son experiencias escénicas en vivo, con artistas en vivo, transmitidas en vivo y en directo por Internet", plantea la presentación del proyecto.

"Es la consecuencia de lo que pasó con La tortuga", cuenta Allasino, uno de los creadores del sitio, a Página/12. El espectáculo con actuación de Matilde Campilongo estrenó el año pasado en la ciudad de Rafaela (Santa Fe) e iba a verse a partir del 18 de abril en El Camarín de las Musas. "Cuando el aislamiento se empezó a ampliar entramos en una fase de tristeza e impotencia, aunque seguíamos ensayando por videollamada. La obra es acerca de una mujer que tiene una videoconferencia con una amiga de la adolescencia que hace 30 años que no ve, entonces la historia permite una versión virtual", dice el director. "Yo estaba muy copado con la virtualidad y las redes cuando la escribí. Con cómo nos reconectó a gente de una generación con nuestro pasado. La obra tiene que ver con ese flash nostálgico."

Allasino, director del Instituto Nacional del Teatro hasta el año pasado, escribió esta obra en sus tiempos de secretario de Cultura de Rafaela. Eran tiempos de "producción dramatúrgica de gabinete", lejos de la exploración que los ensayos y el contacto con los intérpretes permiten. La mujer de más de 50 años en la que se centra la historia acaba de ser operada de un tumor en la matriz, y en su recuperación descubre las posibilidades que le otorga Internet. La "maternidad" es uno de los ejes del espectáculo. "Me moviliza mucho. Hay algo en lo profundo que tiene que ver con mi imposibilidad como hombre de dar vida a otro ser humano. Eso me genera preguntas acerca de ese acto maravilloso, increíble, misterioso", expresa el autor. "A la vez, la idea de la maternidad no deseada está en sintonía con este tiempo social. Y yo viví la mayor parte de mi vida en una ciudad donde hay reacciones profundamente antilegalización del aborto. En Rafaela es un tema muy álgido", completa.

El pasaje a la virtualidad permitió "un primerísimo primer plano de Matilde", que aporta detalles que quizá pasaban desapercibidos en la sala, por más pequeña que fuera. "La propuesta se acerca un poquito más al lenguaje audiovisual. Nos interesaba generar un espacio distinto al de las obras pregrabadas y las experiencias únicas con vivos de Instagram. Ofrecemos una cartelera de obras con funciones en vivo. Queremos que haya un encuentro único e irrepetible cada noche. El contexto nos obliga a repensar nuestra tarea y el modo de comunicarnos con la gente", detalla Allasino. Las entradas cuestan 350 pesos. Ya hay otra obra programada, Aspiro a Hitchcock, de Agustina Prato, sobre el ego, la soledad y el desamor, y pronto se lanzará una convocatoria "pública y abierta" para todos los creadores "interesados en este formato y lenguaje", adelanta Allasino, quien aguarda la reapertura de las salas para poder mostrar la original versión de La tortuga.