Luego de varios pedidos para lograr la reapertura de las diversas ferias que funcionan en la capital de Salta, el gobierno municipal habilitó desde este fin de semana a las ferias barriales. En el caso de las ferias americanas, transitan su segunda semana de trabajo, pero con una recaudación que va “para el plato de comida y las deudas”.

El gobierno de Bettina Romero habilitó desde ayer el retorno de las ferias barriales en la ciudad. Se trata de dieciséis que se ubican en los barrios periféricos de toda la Capital. Una de ellas es “La feria de Soli”, la más grande de la ciudad y de la zona sudeste, que se instala en el populoso barrio Solidaridad.

El secretario de Servicios Públicos y Ambiente, Aroldo Tonini, manifestó a Salta/12 que se trata de un “avance progresivo de la flexibilización” para la reapertura de comercios. Señaló que conocen "la realidad de muchas familias que viven de la venta en las ferias barriales y es por ello que ante la situación actual del Covid-19 en Salta hemos acordado con los referentes del rubro que puedan volver a trabajar pero respetando las medidas necesarias”.

“Ya habíamos habilitado la semana pasada las ferias en el parque San Martín, las ferias de los artesanos en la Balcarce y la Plaza Güemes, por ejemplo. Y ahora lo hacemos con las ferias barriales”, resaltó. 

Tonini relató que el lunes de esta semana se reunieron nuevamente con los feriantes de los barrios y les explicaron "a cada uno los rangos distintos para que funcionen lo más normal posible”. Uno de los aspectos más sobresalientes para su funcionamiento es que los puestos de comida se encuentren en un solo sector. Y que el horario de funcionamiento irá desde las 9 hasta las 19 en los días que venían funcionando antes de la pandemia.

También se deberá respetar la distancia de dos o tres metros entre los puestos, la atención de una sola persona por negocio y no se podrá cobrar derecho de piso porque se trata de espacios municipales. Cada puesto tendrá que proveer de alcohol en gel y exigir y hacer uso del barbijo. Además, la Municipalidad les proporcionará baños químicos y “no pueden colgarse de la luz pública, porque no se puede y por seguridad”, advirtió Tonini.

Además, adelantó que se encuentran trabajando en un proyecto de “embellecimiento urbanístico, comercial y turístico de las ferias barriales”. Aseguró que la intendenta “quieren que se queden las ferias”.

“Lo que queremos es que las ferias barriales funcionen bien y sean una verdadera fuente de trabajo”, destacó. En ese sentido, se buscará que el derecho de piso sea un tributo legal, que se les permita tener eneregía eléctrica a cada puesto, la propuesta de uniforme y que “los feriantes sean de los mismos barrios para que todos puedan gozar del trabajo”, finalizó Tonini. 

Lo recaudado a las deudas

Las ferias americanas ya van por su segunda semana de funcionamiento. La Municipalidad les otorgó la habilitación desde el fin de semana pasado dado que funcionan en espacios privados y la normativa nacional y provincial las equipara con la habilitación de centros comerciales. Están incluidas dentro del Decreto Nacional 729/20 y por la resolución 22 y 24 del Comité de Emergencia de Salta.

La referente de la feria americana La Saladita, Hilda Silva, contó a Salta/12 que el funcionamiento es de viernes a domingo de 9 a 20 y que también estarán abiertos los feriados. Relató que respetan los protocolos establecidos por la intendencia y se evitan las aglomeraciones, y se hacen controles de temperatura.

En relación a la venta del primer fin de semana, Silva consideró que los clientes “compran lo justo y necesario”. "Abrimos, la gente vino de a poco y están comprando ahora para abrigarse nada más", agregó. La feria, ubicada en el sur de la ciudad, está compuesta por 40 puestos que sostienen a 60 familias.

“Estábamos pidiendo a gritos que se reabran para poder trabajar porque no dábamos más”, expresó la feriante. Contó que antes de la pandemia, la situación en las ferias ya demostraba “bajas ventas”. Aseguró que con el alquiler del espacio, los impuestos y servicios “ya no estábamos llegando”. “Cuando nos agarró la cuarentena fue peor”, destacó.

En estas condiciones, Silva dijo que lo recaudado en estos primeros fines de semanas será para el alimento diario de cada hogar y el pago del alquiler del predio de la feria. Afirmó que ya se pagó mayo “y ahora nos toca abril para ponernos al día en nuestras deudas”. No obstante, también señaló que la prioridad es “poder llevar el pan y terminar de saldar las deudas que cada uno tiene en sus casas, pero tratando de cumplir todo lo que nos toca”.

“Estuvimos más de 40 días con los puestos cerrados y no teníamos a nadie que nos ayude, así que nos faltaban un montón de cosas porque estábamos endeudados y ya nos preocupaba el pago del alquiler del predio”, contó Silva.

Entre las medidas de prevención que deben tener las ferias americanas está el uso del barbijo y el alcohol en gel en cada puesto y que no haya puestos de comida en el ingreso de la feria. “Nosotros controlamos y hacemos que la gente cumpla. Cuando viene una persona sin barbijo no lo dejamos entrar por el control estricto que estamos llevando adelante. Estamos trabajando bien y sin problemas en la higiene y el control”, finalizó Silva.