Con un oficio religioso y la bendición de las maquinarias, herramientas y elementos de trabajo, el ingenio San Martín del Tabacal, gerenciado por Seaboard Energías Renovables y Alimentos, ubicado en el departamento Orán, dio inicio a la Zafra 101, que tendrá el desafío inédito de respetar nuevos protocolos de seguridad sanitaria por la pandemia del Covid 19.

Inclusive se había fijado como fecha original para el inicio de la actividad productiva los primeros días de mayo, pero debió postergarse un par de semanas para poner a punto todos los requisitos que fija dicho protocolo, el cual trabajaron en conjunto con el Ministerio de Producción de la provincia. 

Una de las curiosidades es que entre los elementos que bendijo el Obispo de Orán, Monseñor Luis Antonio Scozzina, se encontraban los barbijos y el alcohol en gel, ya sumados como parte del equipamiento diario de los trabajadores.

Otra particularidad del inicio fue que en lugar de la tradicional misa en la Iglesia Señor y Virgen del Milagro del Pueblo El Tabacal, por la actual situación de pandemia se ofició una liturgia en el auditorio del ingenio que fue seguida por un muy reducido grupo de trabajadores en representación de la dotación, ubicados con el debido distanciamiento social. 

Posteriormente, el Presidente de la compañía, Hugo Rossi, brindó un discurso virtual. El resto de los participantes invitados pudieron presenciar el discurso en forma digital, y por la misma plataforma se realizó la conferencia de prensa.

El Gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, envió una salutación en video, donde felicitó a la empresa por iniciar la zafra en un contexto “que lamentablemente está golpeando la economía de todo el mundo y también la de nuestro país y de nuestra provincia”. Y agradeció “el compromiso y la responsabilidad empresarial de no haber dejado a ningún salteño sin trabajo” exhortando a continuar con el acompañamiento entre autoridades y empresa, para “seguir trabajando por Salta”.

Por su parte, Rossi señaló que este inicio de zafra se da “en un contexto inimaginable, en medio de una pandemia como no se había visto en muchas décadas”. Comenzó agradeciendo a los trabajadores que en sus lugares de tareas o desde sus hogares, siguen adelante y expresó que ese era también el agradecimiento “de todos los argentinos que necesitan de los productos esenciales que generamos”.

Destacó que en la empresa tiene un estricto accionar en el cuidado de la gente involucrada en sus operaciones. “Comenzamos con mucha anticipación y cada día actualizamos y reforzamos las medidas. Hace más de dos meses comenzamos a producir alcohol en gel, luego alcohol sanitizante, después barbijos. En todo momento estuvimos un paso adelante en protocolos y prevención”.

Crisis de pandemia

Sobre los impactos de la pandemia en la actividad de Seaboard, indicó que “nuestro principal producto, el bioetanol, sufrió una caída del 88% de las ventas en abril, dejándonos financieramente muy afectados”, y agregó que “el consumo de azúcar no para de caer en el país y en el mundo” y remarcó “el daño producido por el brutal recorte y posterior congelamiento de los precios del bioetanol”.

“Estamos transitando tiempos muy difíciles y todo parece indicar que por ahora eso no va a cambiar”, agregó. Y enfatizó que la empresa hoy está de pie gracias a que “en un mundo conmocionado y en crisis, nuestro accionista ha vuelto a ratificar su confianza en este equipo”.

Informó que la empresa no cuenta hoy con apoyo o financiamiento alguno del Estado para el pago de sueldos. “Hacemos todos los esfuerzos para honrarlos. Nos mantendremos en pie con lo que podemos generar”, dijo.

“Somos parte de un ciclo virtuoso. Producimos un alimento natural, sano y fundamental para la alimentación. Y biocombustibles y bioenergía, que tienen un enorme impacto positivo en el cuidado del ambiente, de la salud, y en la prevención del cambio climático. En este camino, en lo social estamos comprometidos en la industrialización de la ruralidad, mejorando la calidad de vida de estas regiones tan alejadas de los centros de decisión”, continuó.

Requirió que, como en otros países, haya “señales claras de que habrá políticas de biocombustibles que permitan un futuro sostenible para la actividad, brindando a la sociedad en su conjunto los beneficios de un mejor ambiente, más salud y más empleo de calidad”.

Al cerrar la zafra 100 el año pasado, Rossi expresó que habían tenido "las mayores pérdidas de los últimos 7 años" porque además de factores climáticos que afectaron el rinde de la cosecha, el precio internacional del azúcar estaba muy bajo, al igual que el del biocombustible "producto de una política nacional que ignora las inversiones", refiriéndose al gobierno encabezado por Mauricio Macri.

Igualmente destacó que esta zafra pone “en marcha la economía local y de la región, motorizando muchos puestos de trabajo directos e indirectos”, siendo “imprescindible la articulación público-privada” para potenciar los esfuerzos. “Necesitamos trabajar en conjunto con las autoridades para facilitar el normal y exitoso desarrollo” de este nuevo ciclo productivo.

Debido a la pandemia, tras la bendición y el discurso no se hizo el habitual festejo en el cual los trabajadores y sus familias se dan cita en la calle de la Iglesia, donde tienen además la oportunidad de saludarse y conversar con los directivos de la empresa.