Latam, la principal aerolínea de América latina, pidió acogerse a la ley de quiebras en los Estados Unidos, mecanismo por el cual espera poder continuar operando mientras renegocia su deuda y modifica su estructura de accionistas. En los términos de la ley estadounidense, el proceso equivale a una convocatoria de acreedores. La filial argentina no está incluida en el pedido de reestructuración de la deuda. El mismo camino que Latam siguió Avianca hace algunas semanas. Otro gigante del negocio, la alemana Lufthansa, fue rescatada por el Estado alemán con unos 9 mil millones de euros, lo cual ubicaría al sector público de ese país como el dueño de hasta el 25 por ciento de la firma. Se estima que para fines de este año, la deuda global de las aerolíneas aumentaría en 120 mil millones de dólares, hasta los 550 mil millones. “Esto cambia completamente la imagen financiera de la industria. Pagar la deuda a los gobiernos y a los prestamistas privados significará que la crisis durará mucho más que el tiempo que lo que va a tardar la recuperación de la demanda de pasajeros”, analiza Alexandre de Juniac, Director General y CEO de Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).

Este martes, Latam informó que comenzó el proceso “voluntario de reorganización y reestructuración de su deuda". "Latam entró a la crisis de la Covid-19 como un grupo de aerolíneas saludable y rentable, sin embargo, circunstancias excepcionales han generado un colapso de la demanda, que se redujo hasta apenas el 5 por ciento del tráfico normal, y no sólo han detenido a la aviación global y sus ingresos, sino que han cambiado a la industria hacia el futuro,” dijo Roberto Alvo, CEO de LATAM. Las acciones de la aerolínea cayeron este martes un 51 por ciento en la bolsa de Santiago de Chile, tras conocerse la presentación en los tribunales norteamericanos.

La medida alcanza a las filiales de Chile, Perú, Colombia, Ecuador y los Estados Unidos. “Se están sosteniendo conversaciones con los gobiernos respectivos para buscar apoyo para acceder a financiamiento adicional, proteger empleos, en la medida que sea posible y minimizar la disrupción de sus operaciones”, indicaron desde Latam.

La empresa aclaró que a pesar de esta situación, “se honrarán todos los pasajes actuales y futuros, así como los vouchers de viaje, millas y beneficios de viajero frecuente y políticas de flexibilidad. Los empleados del grupo seguirán recibiendo sus salarios y beneficios, según lo estipulan los términos de sus acuerdos laborales y los proveedores recibirán sus pagos en tiempo y en forma por todos los bienes y servicios entregados desde el 26 de mayo de 2020 en adelante y a lo largo de este proceso”. Los afectados, hasta ahora, son los acreedores, que enfrentarán la reestructuración. Latam plantea que el capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos le permitiría “operar de manera habitual a través de un proceso ordenado, mientras resuelven sus problemas financieros”. Las filiales de Argentina, Brasil y Paraguay no están incluidas en la solicitud de reestructuración “debido a la naturaleza de su estructura de deuda y sus respectivos estados financieros actuales”, aclaró Latam. Según la agencia Bloomberg, la aerolínea chilena acumula una deuda superior a los 7 mil millones de dólares.

Hace diez días, Latam concretó el despido de 1400 trabajadores de sus filiales de la región. “Lamentablemente hemos llegado a la conclusión de que no tenemos ninguna otra opción que empezar a achicar el grupo y eso significa, entre otras cosas, que vamos a tener que dejar ir a algunas personas que trabajan con nosotros”, argumentó Alvo. En medio de la pandemia, la Junta de Accionistas de Latam, con sede en Santiago de Chile, resolvió el reparto de dividendos por 57 millones de dólares, a pesar de la recomendación del directorio de diferir ese pago. Incluso antes de conocerse el pedido para reestructurar su deuda, la calificadora de riesgo Fitch recortó la clasificación de Latam desde “B+” a “B-”.

En Argentina, Latam recibió la ayuda de parte del Estado nacional a través del ATP para pagar salarios, de alrededor del 50 por ciento de la masa salarial. A pesar de ello, la empresa redujo los salarios a un 50 por ciento por tres meses, con lo cual minimizó al máximo su aporte al pago de los sueldos, aunque los gremios aeronáuticos no avalaron esa medida. El Ministerio de Trabajo falló a favor del gremio aeronáutico e intimó a Latam a pagar el 100 por ciento de los salarios antes de este viernes.