Alrededor del mundo cuando tenías mi edad      8 puntos

A volta ao mundo quando tinhas 30 anos, Portugal, 2018.

Dirección y guión: Aya Koretzky.

Duración: 110 minutos.

Intérpretes: Jiro Koretzky, Anna Koretzky, Ary Koretzky de Vascocelos y Kate Sargaco-Gomes

Estreno: en la plataforma Mubi.

Lo único que necesitás hacer es cerrar la puerta y dar un paso gozoso de salida. Cuando dejes fuera del mundo tu vida antigua, una nueva llegará de inmediato. Y un día, cuando hayas vaciado tu vaso, podrás volver al hogar y descansarás junto a tu río con tus gratos recuerdos haciéndote compañía.” Poseído por el mismo espíritu que habita en los versos de “Ítaca”, poema en el que el griego Konstantin Kavafis le habla al fatigado Ulises que se apresta a regresar a su patria desde una Troya ya arrasada, el comienzo de Alrededor del mundo cuando tenías mi edad, ópera prima de la directora luso-nipona Aya Koretzky, es un llamado a la aventura. Un canto regido por una ética de la acción, en la que la decisión de ponerse en marcha y mantenerse en movimiento es el centro virtuoso en torno del cual gira la vida. Un punto de partida inmejorable para una película en la que la cineasta se propone revivir el viaje con el que su padre Jiro Koretzky dio la vuelta al mundo en 1970.

El film está construido a partir del montaje de las fotografías que su padre tomó a lo largo de su camino, a las que Koretzky enriquece con secuencias actuales en las que se ve a su padre trabajando en el jardín, dibujando o realizando distintas acciones. Con buen criterio, la directora capta dichas imágenes con una cámara de 16mm, consiguiendo así empatar la textura de las fotos viejas. Sobre ese collage se desenvuelve un discurso vertebrado por la lectura del diario de viaje, escrito por el joven Jiro con gran sensibilidad. A eso se suman los recuerdos que él mismo aporta, guiado por la curiosidad de su hija, y algunos relatos y versos de aire tradicional, desviaciones de oportuno simbolismo que subrayan la belleza del conjunto.

Al recrear el viaje de su padre alrededor del mundo hace 50 años, Koretzky también construye una épica familiar a la que utiliza como si fuera una máquina del tiempo. Gracias a ella puede encontrarse con su padre cuando tenía la edad que ella misma tiene ahora y darse el gusto de volver a hacer juntos esa travesía iniciática que les cambió la vida a ambos. Porque las puertas que Jiro abrió durante aquel viaje son las mismas que utilizó un poco más de 20 años después, para dejar definitivamente el Japón e instalarse junto a su familia en su amado Portugal, donde residen hasta hoy.

En los textos de su diario, el viajero da cuenta de un universo que le es ajeno, pero también de una mirada empática que le permite abrazar las diferencias. Así reconoce la monumentalidad de Moscú, una ciudad “fuera de la escala humana”; la belleza abrumadora de Venecia y la calidez del sur italiano; la sociedad oscura y reprimida de la España franquista. Los niños vendedores de Marruecos, que hacen parecer malcriados a los chicos burgueses de su país. La sorprendente estructura multicultural de las ciudades americanas. En la evocación de las veredas portuguesas, compuestas por infinitos mosaicos, cuya reparación demanda de seis hombres trabajando una hora para completar apenas un metro cuadrado, Jiro encuentra “una declaración de valores que exalta la belleza por encima de la eficacia”. Todo resulta inimaginable para un japonés de posguerra, criado bajo la lógica de la eficiencia.

La cita inicial a la figura de Ulises no solo resulta oportuna para poner en paralelo las aventuras de ambos viajeros, sino para superponer la figura de Homero sobre el fantasma de la voz de Jiro, que vuelve a cobrar vida en la lectura de su diario. Como el padre de la literatura occidental, a sus casi 80 años el protagonista también ha pedido la vista y su ceguera permite sumar una nueva capa de sentido. A partir de ella es posible entender a la película como un ensayo acerca de la memoria, de sus mecanismos emotivos y de su rol fundamental en la construcción de los relatos. Porque eso parece ser en realidad Alrededor del mundo cuando tenías mi edad: una colección de historias encadenadas que proyectan la pequeña imagen de un hombre contra la inmensa pantalla del mundo.