“La pandemia aceleró una situación que ya existía, una crisis que veníamos empujando”, sostuvo Selma Saeg, integrante de la Red de Trabajadores Precarizadxs, que este viernes marcharon desde el Obelisco hasta el Ministerio nacional de Trabajo. A las dos de la tarde los recibió Javier Bogani, subsecretario de Promoción del Empleo, para escuchar los reclamos de los distintos rubros que integran la organización. 

"Uno de los reclamos fundamentales fue el cobro del IFE. Muchos de nosotros no lo cobramos. No es justo que las grandes empresas como McDonald's o Clarín reciban subsidios de inmediato y los trabajadores tengamos mil trabas para cobrar 10 mil pesos. Por eso pedimos que el IFE sea de 30 mil pesos y que el dinero salga de las empresas que nos precarizan ", le dijo Saeg a Página/12.

“Los trabajadores de reparto tienen que pedalear diez horas para lograr un sueldo básico, que es arbitrario y depende constantemente de la demanda”, explica Saeg, y señala que uno de los reclamos centrales es el aumento en la comisión, que actualmente representa sólo el 10 por ciento de cada pedido. Participó de la movilización la Agrupación Trabajadores de Reparto (ATR), que agrupa a trabajadores y trabajadoras de Córdoba, Rosario, Bariloche, Mar del Plata y otras provincias que se sumaron al paro de este viernes. 

Otro de los reclamos centrales es la falta de insumos. “Las apps de reparto hicieron una campaña para mostrar cómo garantizaban la seguridad en las entregas, sin embargo, la mayor parte de los y las trabajadoras tienen que comprarse sus propios barbijos, máscaras y alcohol en gel”, advirtió Saeg y aclaró “al no ser una actividad regulada, tampoco hay un registro de la cantidad de repartidores que trabajan”. En la reunión, además de la demanda de insumos básicos para prevenir el contagio de coronavirus, exigieron la regulación de la actividad y la necesidad de contar con ART y obra social, tal como vienen reclamando desde hace un mes.

“Para el trabajo en casa también necesitamos insumos básicos”, señaló Saeg, que trabaja en un call center para Edesur, y detalló que “pagar los servicios de conectividad, el alquiler, los consumos durante el horario de trabajo y todo lo que implica estar en casa, no es viable con los sueldos bajísimos que cobramos”. Con un promedio de una llamada por minuto, los y las trabajadoras de call center también se movilizaron este viernes para exigir mejores condiciones de trabajo. “Tengo compañeros que comparten la computadora con sus hijos, que tienen que hacer las tareas del colegio online, y mientras tanto se hacen cargo de sus padres, que son personas mayores y no pueden salir”, advirtió Saeg, y explicó que “así, las jornadas de trabajo se extienden muchísimo y no ayudan a mejorar el contexto que de por sí es difícil”.

"La reunión estuvo bien. Quedamos en que el martes, a las 16, nos reunimos con gente del ministerio y de la Anses para tratar todos estos temas y también el subsidio para la familia de Franco Almada, que murió mientras trabajaba, atropellado en Bernal", cerró Saeg.