La conmoción por la muerte de George Floyd en Minneapolis no cede en los Estados Unidos. Las protestas por la muerte del afroamericano en un operativo policial se propagaron a todo el país. En dos ciudades las manifestaciones se saldaron con muertos: un joven de 19 años, que fue baleado en Detroit, y un agente federal al que tirotearon en Oakland. En Minneapolis hubo marchas por tercer día consecutivo. El epicentro de las protestas son las comisarías, que redoblaron su personal. También hubo movilizaciones en Nueva York y Washington, que derivaron en enfrentamientos con la policía.
Tercera día de incendios y saqueos
Las autoridades de Minneapolis decretaron un toque de queda que cientos de manifestantes desoyeron. Como en las últimas tres noches se repitieron incendios y saqueos de comercios. Las comisarías fueron el punto de encuentro de varias marchas donde los ciudadanos manifestaron estar cansados de la violencia racial. Al llegar frente a los edificios policiales las personas se arrodillaron con sus puños en alto.
El origen de las protestas fue el crimen del afroamericano George Floyd
de 40 años. El hombre fue detenido el lunes bajo la sospecha de intentar pasar un billete falso en un supermercado. En videos grabados por transeúntes se ve a uno de los cuatro agentes que lo detuvo con su rodilla sobre el cuello de Floyd, esposado en el suelo. El hombre reclamó en varias ocasiones que no podía respirar. Sin embargo el agente ni se inmutó. Luego de desvanecerse el afroamericano fue trasladado a un hospital donde se confirmó su muerte. Los oficiales que participaron del hecho fueron echados de la fuerza. El viernes la fiscalía acusó formalmente al agente Derek Chauvin, el policía que ahogó a Floyd, por asesinato y homicidio imprudente. El ahora ex policía podría ser condenado a una pena de hasta 12 años de cárcel.
En Detroit un individuo que circulaba en un auto hizo varios disparos contra un grupo de personas que protestaban. El hombre escapó. Un joven de 19 años resultó herido y fue llevado a un hospital, donde falleció. La Policía de Detroit investiga el hecho y busca al sospechoso. Casi al mismo tiempo, un agente federal murió y otro resultó herido por disparos de arma de fuego en la ciudad californiana de Oakland. El tiroteo ocurrió en el edificio federal de Oakland Down Town. Allí fueron heridos dos agentes del Servicio de Protección Federal, que depende del Departamento de Seguridad Interior. Uno de ellos murió.
El presidente Donald Trump muchas veces se puso del lado de la policía en otros casos donde el uso de fuerza ocasionó muertes. Pero el viernes dijo que el video de Floyd era impactante. El líder republicano informó que habló con la familia del hombre para expresarle sus condolencias. También les aseguró que el Departamento de Justicia iba a tomar en forma prioritaria la investigación de la muerte. Su rival demócrata en las elecciones de noviembre próximo, Joe Biden, dijo también que había ofrecido sus condolencias a la familia de Floyd. "Necesitamos un verdadero liderazgo ya, un liderazgo que siente a todos a una mesa para que podamos tomar medidas que erradiquen este racismo sistemático", señaló.
Furia en todo Estados Unidos
En el estado de Gerogia, el gobernador Brian Kemp declaró el estado de emergencia y ordenó el despliegue de 500 miembros de la Guardia Nacional estatal. Kemp hizo el anuncio luego de que grupos de manifestantes rompieran vidrieras y se enfrentaran con los agentes antidisturbios. Estos respondieron con gases lacrimógenos, en el centro de Atlanta, cerca de la sede central de la cadena CNN. Algunos manifestantes lanzaron piedras contra el edificio de la señal de noticias e incluso lo pintaron con aerosol. En medio de la confusión, varios vehículos de la policía que estaban en el lugar fueron blanco de piedras, y otros, incendiados.
En Nueva York las protestas se centraron sobre todo en Brooklyn y Manhattan. Allí también hubo choques con las fuerzas de seguridad. Las acciones más violentas tuvieron lugar en Brooklyn, donde los participantes quemaron un patrullero. También en Washington, la capital de EEUU, una manifestación frente a la Casa Blanca que comenzó siendo pacífica derivó en enfrentamientos con policías y agentes del Servicio Secreto. Los manifestantes lanzaron piedras y otros objetos contra la residencia presidencial.