Con una ceremonia religiosa en Houston, Texas, cientos de personas despidieron este martes a George Floyd , el ciudadano afroamericano cuya muerte a manos del oficial Derek Chauvin motivó protestas contra la brutalidad policial y el racismo en Estados Unidos y en todo el mundo. La iglesia Fountain of Praise recibió el ataúd dorado para la última despedida de Floyd, cuyo cuerpo fue luego llevado al cementerio donde yacen los restos de su madre. El ex vicepresidente Joe Biden se reunió el lunes con la familia Floyd y envió un video que se pudo ver en el funeral transmitido por televisión, en el que aseguró que llegó el momento de la "justicia racial" en Estados Unidos. El velatorio coincidió con la decisión de la justicia de fijar una fianza de un millón de dólares al policía que lo asesinó en la ciudad de Minneapolis.
El féretro dorado con los restos mortales de George Floyd fue ingresado a una iglesia de Houston por varios hombres con traje y barbijo negro para una ceremonia de la que participaron unos quinientos asistentes, entre parientes y amigos de Floyd, políticos locales y personalidades. El cuerpo de Floyd fue llevado luego a un cementerio en un carruaje tirado por caballos y sepultado junto al de su madre, un día después de que unas 6 mil personas se congregaran para rendirle su último gran homenaje público en Houston, donde el joven afroamericano vivió buena parte de su vida.
Con música interpretada en vivo, la ceremonia del martes fue pensada como una "celebración de la vida" de Floyd, de acuerdo a las palabras de Mia Wrigth, pastora de la iglesia. "Una vida con altibajos, pero también una vida conectada a Dios y a la que todas las personas en todo el mundo se han conectado ahora debido al trauma por el que pasó", agregó. "Ahora llegó el momento de la justicia racial", afirmó por su parte el precandidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, que participó de la ceremonia con un video.
Luego de haber perdido a varios parientes cercanos, Biden dijo que él y su esposa Jill "conocen el dolor" que pasa por los corazones de la familia de George Floyd. También le habló directamente a Gianna, la hija de 6 años del joven afroamericano: "Eres tan valiente, papá está mirando hacia abajo y está muy orgulloso de ti". "Sé que tienes muchas preguntas... Ningún niño debería tener que hacer preguntas que los niños negros se han tenido que hacer por generaciones", añadió el ex vicepresidente de Estados Unidos, quien pidió además el fin del "abuso sistémico que plaga la vida estadounidense".
"Vidas como la de George no importarán hasta que alguien pague el costo de quitársela", dijo el reverendo Al Sharpton, a cargo del cierre del servicio. El activista de derechos civiles le prometió a la familia de Floyd que "estará aquí a largo plazo. Cuando el último camión de la televisión se haya ido, todavía estaremos aquí". Por último, aseguró que el país deberá luchar "contra un problema institucional y sistémico".
La muerte de Floyd desató protestas en Estados Unidos y en todo el mundo que pusieron el foco sobre el tratamiento que reciben los afroamericanos y otras minorías de parte de la policía y los arcaicos sistemas de justicia. Consecuencias sin precedentes siguieron a su muerte en dos semanas, como el derribo de estatuas
de líderes del sur esclavista durante la Guerra Civil estadounidense, y una profunda reconsideración en comisarías de todo el país sobre la forma en que se trata a los afrodescendientes.