La inseguridad está, desde hace décadas, entre las principales preocupaciones de las sociedades latinoamericanas. Una de las notas que marca una evolución favorable en su tratamiento es su abordaje desde los gobiernos locales. Ellos van asumiendo responsabilidades respecto de una problemática que antes remitían a otras instancias del Estado. En su marco, una buena práctica es la creación de policías municipales: cuerpos civiles armados de hombres y mujeres con capacidades investigativas y de control, régimen propio cuya cabeza es el intendente y que responde a estrategias diseñadas por y para los municipios.

Lograr esa meta implica un esfuerzo en recursos humanos y materiales muy intenso. Debe planificarse debidamente y sobre la base de evidencia; lograr el dictado de las normas correspondientes, luego de dar, de una vez, la discusión sobre una autonomía municipal robusta, y ajustarse a protocolos internacionales. Este proceso, que lleva largos meses o, aun, años, suele incluir períodos de pruebas piloto, con instancias de monitoreo y evaluación, y la participación ciudadana.

Las dificultades y los “tiempos políticos” –que pretenden justificar toda improvisación– han llevado a los gobernantes locales a buscar, de manera solapada, supuestas soluciones intermedias. La más común y peligrosa es la creación de guardias urbanas, o grupos de empleados municipales que, con apariencia de una policía pero sin sus facultades, sale a las calles con objetivos difusos y resultados inciertos.

La oposición técnica a estos híbridos securitarios puede resumirse en las cinco razones siguientes.

En definitiva, la inseguridad es una cuestión demasiado profunda como para asumir actitudes superficiales. Los alcaldes e intendentes latinoamericanos enfrentan una oportunidad única para tomarse en serio los desafíos que implican su abordaje. Desperdiciarla no tiene solo costos políticos para ellos, sino consecuencias graves para los ciudadanos. Por una vez, los funcionarios deberían desoír aquel consejo de Sarmiento sobre hacer las cosas mal, antes que no hacerlas, para mostrar modernidad y dinamismo. 

Tobías Schleider  es profesor titular de Modelos Comparados en seguridad ciudadana (UNS) y consultor de organismos internacionales.