Pensar lo que vendrá y continuar polemizando es una tarea urgente. Posnormales reúne una serie de trabajos transdisciplinares “a partir de una consigna que propone ensayar formas de sobreponerse y adaptarse activamente a los escenarios traumáticos –muerte y aislamiento- a los que no arroja el estado de pandemia y las lógicas de inmunización neoliberales/neoindividuales”, escribe el editor platense Pablo Amadeo, ideólogo y editor del sello ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). Después de Sopa de Wuhan y La Fiebre, en este tercer libro, que también se puede descargar gratuitamente, hay artículos escritos especialmente (entre el 5 de mayo y el 14 de junio) por Horacio González, Carlos Gamerro, Daniel Link, Leonora Djament, Gabriel Giorgi, Esteban Rodríguez Alzueta, Jaime Breilh, Claudio Katz, Alberto Acosta, Horacio Machado Aráoz y Vanina Escales, entre otras y otros.

El capital tiende a apropiarse de todo aquello que lo pone en tela de juicio. Esta ha sido siempre su fortaleza: la capacidad de recrearse, reapropiándose de la potencia de los hombres y mujeres y de la energía de la tierra que ha puesto en jaque. Tal vez sea el límite del neoliberalismo, pero sospecho que habrá capitalismo para rato. El capital siempre ha encontrado un enemigo para distraernos y volver a estirarse”, plantea Esteban Rodríguez Alzueta (La Plata, 1970), abogado y magister en Ciencias Sociales. Jaime Breilh (Quito, 1947), epidemiólogo ecuatoriano, advierte que no hay sistema de salud que pueda soportar por sí mismo el impacto de la enfermedad sino se toman medidas políticas a tiempo. “Si bien no existe una receta aplicable a todo momento y lugar, la estrategia del aislamiento estricto, a tiempo, ayuda a mejorar la capacidad de respuesta del sistema de salud y es la combinación que parece estar dando mejores resultados”, subraya el ex rector de la Universidad Andina Simón Bolívar y agrega que “entre enfermar y morir están los servicios de salud, pero entre enfermar y no enfermar está la política pública”.

El economista argentino Claudio Katz (1954) reflexiona acerca del papel de los Estados en el sostén de la economía. “El socorro estatal en América Latina es muy inferior al prevaleciente en las economías centrales. Una estimación destaca que los auxilios fiscales promedian el 10% del PBI en Estados Unidos, el 14,5% en Alemania y casi el 20% en Japón. Pero solo oscilan entre el 0,7% y el 3,5% en Argentina, Brasil y México”, compara Katz y analiza la propuesta de un impuesto a las grandes fortunas, un tributo que permitiría obtener los fondos requeridos para la emergencia (3800 millones de dólares), mediante una afectación mínima del patrimonio de 15 mil acaudalados. “La iniciativa ha desatado una feroz campaña de oposición derechista, que denuncia el carácter ‘inconstitucional’, ‘inédito’ y ‘gravoso’ de un tributo que cuenta con incontables antecedentes locales e internacionales. La pandemia no conmueve a los millonarios que privilegian sus fortunas al drama de la población. Ese impuesto no representa ninguna carga significativa para los dueños de Argentina, que tributan muy poco y evaden cifras monumentales. Suelen ocultar en el exterior las tres cuartas partes de sus patrimonios por sumas equivalentes a todo el PBI del país”, concluye Katz.

Alberto Acosta, economista ecuatoriano, profesor universitario, ex ministro de Energía y Minas y Juez del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, proyecta una transformación radical. “Al capital hay que desterrarlo de todas las esferas de la vida, y reemplazarlo por relaciones sociales de carácter post-capitalista, en donde incluso la economía sea reemplazada por una post-economía. Caso contrario, si no desterramos al capital y superamos las limitaciones de la economía como la conocemos (tanto ortodoxa como heterodoxa), seguiremos sufriendo de una civilización que depreda el planeta y que, según algunos expertos, nos llevará a que en el futuro volvamos a enfrentar pandemias cada vez más graves. Si del Gran Confinamiento no salimos construyendo un nuevo mundo entonces, quizá, no superaremos nunca la pesadilla de las crisis capitalistas recurrentes”.

Alberto Acosta

Desde Catamarca, Horacio Machado Aráoz, licenciado en Ciencia Política, subraya que la pandemia irrumpe haciendo evidente lo que hasta ahora había permanecido imperceptible a las sensibilidades hegemónicas. “La necesidad y urgencia de la agenda redistributiva no debe hacer perder de vista que la raíz de las desigualdades es un régimen oligárquico de apropiación y disposición de la Tierra y el Trabajo. El principal desafío y objetivo es avanzar en una agenda que procure revertir el régimen de expropiación originaria sobre nuestros medios y modos de vida; recuperar el control democrático sobre el sistema económico y los procesos productivos, general e integralmente considerados. Más que redistribuir el ingreso, necesitamos redistribuir el poder; el poder de decisión sobre qué se produce, cómo, cuánto, dónde, para qué y para quiénes. Someter al escrutinio democrático los criterios de priorización de fines y medios productivos, de asignación de recursos, de evaluación y selección de tecnologías y procesos de trabajo. Democratización económica es desactivar el autoritarismo corporativo y la dictadura de los inversores”, afirma el politólogo catamarqueño.

El escritor Daniel Link se inscribe en una perspectiva radical. “Hay que proponer un plan regional que incluya, para siempre, ingreso ciudadano básico (independiente de las horas de trabajo), modificación radical y progresiva del sistema impositivo, conectividad y transporte público gratis para todos y todas, inversión sostenida en el tiempo en salud y educación, federalización y plena vigencia de los tres poderes con control ciudadano, subordinación de los procesos de acumulación de capital a las necesidades de uso (frugalidad) y total control ambiental de los procesos productivos –explica el autor de las novelas Los años 90 y La ansiedad, entre otras-. Si ya no tenemos nada y la pandemia lo ha dejado en evidencia, ¿qué podríamos llegar a perder?”. En el último artículo de Posnormales, Leonora Djament, directora editorial de Eterna Cadencia, recupera el concepto de “autogestión social de la esperanza”, de la militante feminista boliviana María Galindo, para señalar que “repensar nuestro principio de esperanza es un modo de repensar una ética del bien común”.

*El libro se puede descargar aquí: http://postino.fundacionstart.org.ar/img_mailing/PosnormalesASPO.pdf