Imágenes recientes, que parecen extraídas de una serie futurista, muestran cómo el teatro en el mundo se adapta a la nueva realidad impuesta por la pandemia. Ejemplos icónicos de esos cambios fueron el Berliner Ensemble, en Alemania, que redujo el número de butacas, y los Teatros del Canal, en Madrid, que coparon sus plateas con plantas y maniquíes con barbijos. Los registros son, tal vez, sólo un anticipo de las estrategias que deberán adoptar las artes escénicas locales para volver a la actividad.

En este contexto, y con el objetivo de discutir el presente y pensar el futuro, tuvo lugar el foro internacional Teatro Pandémico: La escenografía del Covid-19, iniciativa organizada por Alternativa Teatral en conjunto con la Asociación Profesional de Productores Ejecutivos de las Artes Escénicas (APPEAE), que se transmitió el jueves por Zoom, con la presencia de distintas figuras de la comunidad teatral.

Coordinado por Adrián Burset y Damián Zaga, de APPEAE, el encuentro abrió con la exposición de Emanuele Sinisi, escenógrafo italiano que presentó una serie de creativas diapositivas con posibles diseños de espacios escénicos ajustados a estos tiempos. Allí pudo verse su propuesta de una suerte de versión teatral del autocine, una idea de intervenciones escénicas en el transporte público, y hasta la creación de un kit sanitario para cada espectador. “Quería que este trabajo fuera el inicio de un diálogo. En Italia hay personas que no entendieron la provocación y la necesidad que hay detrás de estas imágenes, pero algunos artistas y estudiantes de arquitectura me contactaron y ya estamos pensando la factibilidad de realizar performances con estas propuestas”, contó el realizador.

“Lo que está pasando es una modificación sustancial en la convención a la cual nos sometemos cuando vemos un espectáculo. Y eso está provocando un cambio en la relación espacial, pero también va a traer consecuencias en el contenido y en los formatos de producción y coproducción”, advirtió a continuación Débora Staiff, productora y gestora cultural argentina, quien propuso pensar la teatralidad como forma de expresión, más allá del teatro. Y desde esa premisa destacó algunos lugares donde hoy se desarrolla esa teatralidad, como el fenómeno urbano de los balcones, desde los cuales actualmente también se realizan y se observan actividades artísticas. “Las plateas y el público están en todos lados”, dijo al respecto.

Por su parte, el periodista y crítico chileno Javier Ibacache puso el foco en las acciones vinculadas a pensar el regreso de las audiencias a los teatros. “La disyuntiva va a seguir siendo cómo incidir en la actitud de los espectadores, cómo generar relaciones de confianza y cómo podríamos repensar la idea de comunidad. Es aconsejable, más que nunca, transitar hacia modelos donde los públicos estén en el centro de la gestión de los espacios culturales, lo cual es un gran desafío, porque implica repensar estructuras de trabajo”.

Último en tomar la palabra, Marcelo Cuervo, consultor local en arquitectura teatral, iluminación y mecanización escénica, planteó su mirada respecto de los teatros, pero en términos edilicios. “La pandemia no suspendió los públicos, pero sí el uso de los espacios escénicos. Y en este marco, los espacios al aire libre plantean una situación mucho más flexible para alojar los nuevos contenidos”, definió, y concluyó: “Necesitamos un momento de reflexión para construir las poéticas que aparecerán luego de este impasse. Por eso celebro estos foros de discusión para poder llevar a cabo este exorcismo que uno hace para converger en estos pensamientos de orden colectivo”.