¡Hola! Espero que estén muy bien dentro de las condiciones que la realidad propone. El panorama es oscuro, por ello, más vale tenerlo en claro: el mundo vivirá con rebrotes durante un buen tiempo. Si alguna cosa podemos aprender de la experiencia internacional es que, a pesar de que los casos disminuyan del otro lado del Atlántico y la normalidad retorne envuelta de más flexibilizaciones y más reaperturas, el nuevo coronavirus seguirá entre nosotros hasta la bendita vacuna.

Sorpresivamente –causa sorpresa porque como siempre remarcan los especialistas los lapsos para desarrollar una vacuna son bien dilatados– la Organización Mundial de la Salud considera que a fin de este año habría una primera tanda para ser aplicada a las personas más vulnerables y que, a finales 2021, estarían disponibles al menos 2 mil millones de dosis para cubrir la demanda de un tercio de la población mundial. Una vacuna, claro está, podría restablecer y devolvernos parte de la vida anterior, pero para quienes confiamos en que –incluso en los momentos de calma– la sociedad se está transformando de manera constante, quizás el cambio no esté tan mal después de todo. Aferrarnos con nostalgia a un pasado con miles de cicatrices puede no ser lo más conveniente. La incertidumbre molesta pero también puede traer buenos aires. Será cuestión de reacomodarse a los tumbos.

Pero mientras tanto, dejemos a un lado el futuro porque el problema es de carne y hueso y está más presente que nunca. A nivel local, una cuarentena estricta se abre paso en el AMBA y debemos entrenar a nuestros cuerpos y a nuestras mentes –ya fatigadas– para resistir a un esfuerzo más de confinamiento. Localidades de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Mendoza, Chubut, Neuquén y Jujuy (además de cinco municipios bonaerenses) también perdieron el estatus sanitario alcanzado semanas atrás y retrocedieron durante los últimos días luego de que se multiplicaran los casos. En la Ciudad y el Gran Buenos Aires, la decisión gubernamental implicará disminuir la circulación de personas a través de las jurisdicciones. En algún momento, también será necesario repensar aquellos rubros que la normativa identifica como “esenciales”, pero ello revela una discusión aparte, una batalla que no estamos dispuestos a librar. Al menos no en este espacio y en esta ocasión.

Calibrar las condiciones del confinamiento en esta zona caliente servirá para darle un respiro al sistema de salud que, aunque no está cercano a colapsarse, en poco tiempo podría estarlo si el número de contagios continúa en aumento como lo está haciendo hasta ahora. Ya lo sugerían los expertos: aunque “se está trabajando muchísimo y muy bien” un retorno de fase sería muy productivo si el objetivo, claro está, es que se muera la menor cantidad de gente posible. Lo digo de este modo porque los economistas neoliberales continúan paseándose por los canales alentando flexibilizaciones y erosionando los mejores esfuerzos de la ciudadanía durante esta época de excepción. La falsa dicotomía que se proponían instalar entre salud y economía desde hace tiempo quedó desacreditada, en la medida en que los gobiernos más anticuarentena de todos –como EEUU y Brasil– han detentado retrocesos considerables en sus economías. "Si no volvemos a la fase 1, en 30 días estamos como Chile", advierte el investigador del Conicet Rodrigo Quiroga. Este bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba ha contribuido con sus gráficos desde que comenzó la pandemia y sus números han explicado desde inicios de marzo las características de la evolución de contagios de Covid-19. Hoy “estar como Chile” representa un auténtico peligro: al momento de escribir este texto el vecino trasandino tiene más de 250 mil infectados y más de 4700 muertes.

Durante la semana se produjeron dos desarrollos locales que vale la pena destacar
. Por un lado, te contamos que científicas bonaerenses avanzaron en la fabricación de un producto químico que se puede rociar en distintos objetos con el propósito de impedir que el coronavirus se adhiera a las superficies. Son investigadoras de la Universidad Tecnológica de La Plata las que retomaron un estudio que la misma casa de estudios había realizado tiempo atrás, adaptándolo y dándole un objetivo de cuidado sanitario. ¡Bravo por ellas!

Por otro lado, nos hicimos eco de un aporte realizado por el equipo de investigaciones de la empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA). Un grupo diseñó una herramienta para rastrear material genético del SARS-CoV-2 en la red cloacal , lo que servirá para monitorear el comportamiento de la pandemia a partir del virus que excretan los infectados. La técnica de detección, que verifica si aumenta o disminuye la concentración del patógeno en aguas cloacales, permitirá ejercer vigilancia epidemiológica y generar alertas tempranas. El método fue puesto a punto y validado en solo dos meses y está en manos del Ministerio de Salud de la Nación y del Instituto Malbrán para su consideración.

Como última estación del recorrido por los acontecimientos más importantes en materia de Ciencia y Educación, quiero retomar la –sana– costumbre de mencionar otras noticias que fueron comunicadas por Página/12 y nos ayudan a desmarcarnos al menos un poquito de esta crisis que atravesamos. De todas, hay una que me alegró especialmente. El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, y el intendente de Pilar, Federico Achával, presentaron el proyecto de creación de la Universidad Nacional del Pilar. La propuesta, que aún debe tratar el Congreso, es que la nueva casa de estudios funcione en la sede del Instituto Carlos Pellegrini del distrito, con una orientación productiva, dado el parque industrial instalado en el municipio. Sería la primera casa de altos estudios fundada durante la gestión de Alberto Fernández y otorgaría continuidad al proyecto de promoción de la educación superior que Cristina Fernández había consolidado durante su segunda gestión en el Ejecutivo Nacional. Más universidades equivalen a más pensamiento crítico anclado en los territorios. Esperemos que pueda cumplirse con todo el circuito normativo y el país tenga una Universidad Nacional más de la cual enorgullecerse. Más ciencia y más educación del pueblo y para el pueblo.

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