9 historias de amor y odio en aislamiento        6 puntos

9 povesti de dragoste si ura in izolare; Rumania, 2020

Dirección y guion: Dan Chisu.

Duración: 90 minutos.

Intérpretes: Andrei Huțuleac, Alex Bogdan, Cătălina Mihai, Codin Maticiuc, Ana Pandeli.

Estreno exclusivo la sala virtual de Cine Arte Lumiere  

Era sólo cuestión de tiempo: esta semana se estrenaron en Argentina –desde luego, en plataformas online– no uno ni dos, sino tres proyectos gestados y producidos alrededor del mundo durante el aislamiento social obligatorio. A la local Murciélagos y la global Hecho en casa, se les suma la rumana 9 historias de amor y odio en aislamiento, a su vez la única de esas películas que intenta unir sus breves piezas en un relato unificador. Dirigida por Dan Chisu –realizador, productor y director del festival de cine DaKINO, en Bucarest–, la estructura es simple pero rendidora, al menos en los mejores pasajes. El propio Chisu encarna a un cineasta embarcado en un largometraje a realizarse en cuarentena, reflejando la/s realidad/es en una serie de ficciones. Cada uno de los nueve segmentos, claramente diferenciados en pantalla por una placa, son precedidos por conversaciones (en algunos casos, auténticas discusiones) con los actores y actrices encargados de interpretar los roles. La gacetilla de prensa afirma que el presupuesto de 9 historias… fue cero, y que “nadie recibió dinero, pero pagamos las cervezas que un actor tuvo que beber y los cigarrillos de otro actor en otra historia". Chisu dixit.

La realidad y la ficción se entrecruzan en el primer segmento, protagonizado por un conductor televisivo absolutamente negado a transformar su trabajo usual en un típico “vivo” en tiempos de pandemia. Las adicciones, aunque de índoles muy diversas, forman parte del paquete en dos relatos. En el primero de ellos, una madre enfermera intenta desesperadamente romper con el encierro para reunirse con su hija, una joven enganchada a la heroína. En el segundo, un hombre insiste en que su novia, recientemente llegada del exterior, se quede en su propia casa; las excusas son varias, pero la auténtica razón radica en la adicción a un videojuego que está chupando su energía como si se tratara de un vampiro digital. La dramática historia de una mujer que acaba de salir de la cárcel –para enfrentarse de golpe a otro encierro– es precedida por una simpática representación humana de los sentimientos de un perro en cuarentena, y el reencuentro virtual de dos examantes se cruza con la historia de un abogado de divorcios que está pasando por un alto momento de su carrera durante el aislamiento.

Una de las mejores historias del pelotón –todas ellas filmadas con teléfonos celulares y capturas de encuentros vía Skype o Zoom– encuentra a un profesor universitario en el día 200 de cuarentena, en plena conversación a distancia con su esposa. El título, “El pesimista”, es bastante elocuente y lo que se describe en los diálogos se acerca a una idea de futuro poco menos que apocalíptico: ninguna de las vacunas funcionan y el panorama es ciertamente desalentador. Es uno de los segmentos más serios (y pesimistas, claro) de un proyecto que casi nunca le escapa al humor, un sentido de la comicidad ligado al habla, los gestos y los usos y costumbres cotidianos que los seguidores del cine rumano encontrarán familiar y reconfortante. 9 historias… homenajea en dos ocasiones a Esto no es un film (2011), el largometraje del iraní Jafar Panahi realizado de forma clandestina durante su arresto domiciliario. No es casual: más allá de las obvias diferencias en las causas, consecuencias y modos de encierro, tal vez se trate de la mejor película realizada “en cuarentena”.