En la Argentina, el 30 % de las jóvenes que abandonó el secundario lo hizo por embarazo o maternidad, mientras que la región de América Latina y el Caribe expone los mayores porcentajes de embarazos no deseados en niñas menores de 15 años en el mundo. Los datos surgen en el marco de la campaña “Son niñas, no madres”, de Amnistía Internacional, que pide a los gobiernos latinoamericanos garantizar servicios básicos de acceso a derechos y frente al aumento de los riesgos de violencia sexual y embarazo para las niñas. 

“La crisis generada por la pandemia del Covid-19 ha agravado aún más esta situación, intensificando los riesgos y desigualdades para la salud y el futuro de las niñas latinoamericanas”, advierte un informe del organismo que da cuenta del incremento de denuncias de casos de violencia sexual en varios países de la región contra niñas en contexto de confinamiento, quienes además deben soportar mayores obstáculos para acceder a los servicios esenciales de salud, de protección social y de administración de Justicia después de enfrentar un abuso.
Durante los últimos meses, bajo políticas de cuarentena, varios casos demostraron la magnitud de las vulnerabilidades enfrentadas por las niñas en estos contextos. “En la Argentina, en mayo de 2020, se le negó el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a una niña de 12 años de Santiago del Estero, quien enfrentaba un embarazo forzado producto de una violación. El sistema provincial de salud cometió numerosas irregularidades, impidiendo el acceso al aborto legal en tiempo y forma. En Uruguay, el pasado 12 de junio se hizo público el caso de una niña de la ciudad de Lascano, Rocha, que quedó embarazada a los 12 años por su padrastro. Los sistemas de salud a lo largo de la región se han abocado a la respuesta ante la pandemia de la COVID-19, dejando de lado la atención en salud sexual y salud reproductiva de la que depende el bienestar de mujeres y niñas, precisamente en el momento que existe una demanda urgente de estos servicios”, expresa el informe.
“Esta crisis por la pandemia de la Covid-19 nos ha mostrado que los cambios no son solo necesarios y urgentes, sino posibles. La salud de miles de niñas latinoamericanas está en riesgo a causa de la violencia sexual y la falta de protección de los Estados. Este es un momento crítico para asegurar que la salud y el futuro de ninguna niña más sea arrebatados a causa de un embarazo resultado de violencia sexual”, señalan representantes del movimiento regional Niñas, No Madres, una coalición de organizaciones locales e internacionales dedicadas a la protección y defensa de la salud y derechos de mujeres y niñas en América Latina. “El acceso a servicios esenciales de salud como la anticoncepción de emergencia y la interrupción legal del embarazo son la respuesta mínima que los Estados deben garantizar a las niñas que han enfrentado abuso. Construyamos una nueva normalidad en la que todas las niñas puedan crecer sanas, fuertes y seguras.”