Después de casi cuatros meses familias ecuatorianas pudieron encontrar los cuerpos de sus seres queridos muertos por el coronavirus. Se trata de 116 familias que tras una búsqueda agónica por cementerios y morgues pudieron dar con sus parientes. El avance de la covid-19 en Ecuador hizo colapsar la salud pública. En Guayaquil, la ciudad epicentro de la pandemia, llegaron a dejarse cuerpos abandonados en las calles . La pandemia dejó hasta la fecha más de 71.300 contagiados y 5.207 muertos en el país. El gobierno también reconoció 3.355 muertes dudosas por el coronavirus.

Estado ausente

La espera terminó para Colón Ramírez. Tras casi cuatro meses de búsqueda, al fin recuperó y sepultó a su abuela. La mujer murió cuando la calurosa Guayaquil vivió con más dureza los estragos del coronavirus. El cuerpo de su abuela, de 83 años, así como los de otras personas sin identificar, estuvo perdido entre cadáveres apilados en contenedores refrigerados. Así fue como respondió el sistema de salud de la ciudad al verse desbordados los hospitales con enfermos y fallecidos.

La última vez que Ramírez había visto a su abuela, Emilia Villón, fue el 29 de marzo, cuando la internó en un sanatorio de la seguridad social local. "Estaba con fiebre, le dolían los huesos. Luego le faltaba el aire", contó el joven. Aunque en el hospital nunca les informaron de la muerte de Villón ni su causa, en el acta de defunción aparece como víctima de la covid-19. La mujer fue identificada por sus huellas dactilares y porque su familia la reconoció entre las fotos de cadáveres que exhibe la Policía Judicial, a cuya sede Ramírez acudió para recoger un ataúd con el cuerpo. También perdió otros seis familiares por el avance letal del virus.

Ramírez contó que a los tres días de hospitalizar a su abuela dejaron de tener noticias de ella. En ese momento empezó la odisea para tratar de localizarla. La familia recorrió morgues y hasta contenedores de basura. "Un primo entró a buscarla (en un contenedor). Fue horrible. Salió casi como loco porque había demasiados muertos", contó Ramírez. Ante esta crisis la Defensoría del Pueblo intervino y se hizo cargo de 216 cuerpos extraviados, explicó la vicedefensora Zaida Rovira. De ese número tan sólo 116 fueron identificados. Entre lunes y jueves, unos 30 cadáveres habían sido entregados a sus familiares.

Guayaquil: lo peor de la pandemia

Guayaquil se convirtió en uno de los primeros focos del coronavirus en Latinoamérica. Con muertos en casas y calles, y un sistema sanitario colapsado, la ciudad portuaria de casi 2,7 millones de habitantes encaró en marzo y abril lo peor de la pandemia. En la provincia costera de Guayas, cuya capital es Guayaquil, se registraron 25.177 muertos por diversas causas entre enero y junio de 2020. En la misma fecha de 2019 hubo 10.884 muertos, según datos oficiales.

Cuando la emergencia dio un respiro, aparecieron familias reclamando a sus muertos. En paralelo las morgues tanto judiciales como en hospitales desbordaban de cadáveres sin identificar. Frente a ello, la Defensoría del Pueblo interpuso una acción de protección contra el Estado. Acusó al gobierno por la vulneración del derecho a la dignidad humana, la integridad personal y reclamó servicios públicos de calidad. El recurso judicial fue aceptado el 26 de junio y empezaron las diligencias legales para identificar los cuerpos, incluso apelando a pruebas de ADN. "Son 216 cadáveres que fueron objeto de una inobservancia de los protocolos (en el manejo de cuerpos) y por eso se dio la falta de identificación", declaró la vicedefensora del Pueblo.

Por su parte, Patricia Salguero señala que fue una odisea recuperar los restos de su hermana que murió en abril en un hospital público. El centro de salud se negó a devolverle el cuerpo argumentando que al haber muerto por la covid-19 el gobierno se encargaría de sepultarla. Salguero, de 52 años, intentó averiguar sin éxito sobre su hermana en todos los cementerios de Guayaquil. Finalmente la encontró en la morgue policial al ver fotos de numerosos cadáveres. Ahora le queda el consuelo de poder enterrarla. "Se junta al mismo tiempo la alegría con la tristeza por todo lo que ha pasado", expresó la mujer.

Muchas familias lejos de quedarse tranquilas con la devolución de los cuerpos avanzarán en juicios contra el Estados. “Hay muchos que ya quieren cerrar esta página, que ya con esto concluyen o pueden vivir su duelo. Sin embargo, hay otros que quieren seguir algún otro tipo de acción", explicó Rovira. Aunque las familias tienen la certeza de que el cadáver corresponde a la identidad de su pariente, todavía no se cumplió totalmente lo que dispone la acción de protección. De acuerdo con la sentencia, la seguridad social y el Ministerio de Salud deben ofrecer disculpas públicas a los familiares de los fallecidos cuyos cuerpos se perdieron en los contenedores. Aún no lo hicieron.