Surgido al calor del movimiento mundial de mujeres para terminar con la discriminación de género y la violencia en el año 2017, el colectivo Nosotras Proponemos decidió que, aún en tiempos de pandemia, su voz debía hacerse escuchar. Compuesto por artistas, curadoras, investigadoras, escritoras, galeristas y trabajadoras del arte de todo el país, Nosotras Proponemos decidió llevar adelante una campaña de concientización sobre el trabajo del arte, las artistas y sus necesidades concretas.

Como el contexto de aislamiento las alejó de las calles, las redes sociales se convirtieron en la principal herramienta para visibilizar sus demandas y reclamar derechos. Bajo la acción titulada "Lxs artistas somos trabajadores", el colectivo elaboró un tarifario en cooperación con Artistas Autoconvocades, Trabajadores del Arte y otras agrupaciones del país. De esta manera, acordaron un honorario especial de $5000 para las participaciones artísticas a las que sean convocadas en el contexto de emergencia económica y social provocada por la pandemia.

Esta última campaña de visibilización de las artistas como trabajadoras surgió de la “necesidad de desarrollar un plan de concientización”, y de la aspiración a modificar su situación, atravesada por la cuestión de género.

“Lo más urgente es lograr el reconocimiento de nuestro rol como trabajadoras, comenzando por instalar el pago de honorarios como retribución por la labor e impacto, no sólo en las instituciones culturales, sino en toda la sociedad. Esta situación se ha hecho altamente visible en la coyuntura de pandemia por la covid-19. Son innumerables los pedidos de contenidos, charlas, talleres, actividades, cursos que se nos piden para poder sostener el aislamiento social y los programas de museos. Elaboramos la propuesta de una nueva categoría impositiva para nosotres, un monotributo para artistas visuales que atienda las especificidades de nuestro quehacer”, explican desde el colectivo.

Que la pandemia dejó al descubierto la precariedad del sector cultural es algo que ya se sabe. Que la presencia desigual de las trabajadoras del arte necesita transformarse, también. Sobre esto, la Asamblea Permanente de Trabajadoras del Arte Nosotras Proponemos viene trabajando fuertemente desde sus comienzos y reclama que, hoy más que nunca, las trabajadoras del arte están en un estado de completa precarización.

Su historia comenzó en noviembre de 2017 con un llamado a la acción, un manifiesto y un compromiso, que en pocas semanas reunió firmas de profesionales, convocados por el reconocimiento de que la presencia desigual de las mujeres en el arte necesitaba transformarse. Ese mismo noviembre se dio comienzo a la escritura, en forma colectiva, de un documento que proponía “expandir la conciencia acerca de la necesidad de terminar con los comportamientos patriarcales y machistas que dominan el sistema político y que se espejan en el sistema del arte”.

El inicio de la redacción del documento fueron diez puntos escritos y publicados por una de las integrantes en su muro de Facebook. Los mismos se fueron enriqueciendo por aportes de muchas otras artistas, hasta constituirse el Compromiso de Prácticas Artísticas Feministas que constaba de 37 puntos, y que aún hoy sigue vigente. “Al día de hoy nos seguimos apoyando en acciones continuas, señalando en cada paso y en toda situación la desigualdad de oportunidades y la diversidad de estéticas posibles”.

Siguen en actividad sus asambleas, sus debates, sus comisiones, sus producciones de afiches, proyecciones y videos. Continúan porque quieren hacerse visibles y buscan reglas más justas. La pandemia y el aislamiento no lograron desarmar sus asambleas e intercambios diarios. Por el contrario, todavía aún, frente a esta realidad, una red de mujeres trabajadoras del arte continúa unida y luchando por instalar prácticas feministas y lograr igualdad de oportunidades en su medio.