El testeo es una herramienta clave para tratar de frenar la expansión del coronavirus. SIn embargo, se genera un problema: la escasez de tests. Un video muestra cómo funciona el Pool Testing, que ya funciona en Alemania e Israel y, más cerca, en la provincia de Buenos Aires, y que permite hallar contagiados de Covid-19 sin necesidad de un uso masivo de hisopados. Un video realizado por Nicolás Olszevicki, investigador del Conicet, lo gráfica.

Cuando se rastrean los contactos de un caso confirmado, lo más lógico es testear al universo de personas en común con quien se contagió. Supongamos, como presenta el video, que hay 64 personas sospechosas de haber contraído la enfermedad y que hay que hallar a dos contagiados. Lo más lógico sería hacer 64 testeos para encontrarlos y aislarlos, lo mismo que a sus contactos cercanos.

El problema es que se gastaría un test por persona sospechosa, y además se consume mucho tiempo. Por eso, armar grupos de muestras aparece como una buena alternativa. Se trata del Pool Testing. Tomemos el caso de los 64 sospechosos. Se los agrupa en ocho filas y columnas, de ocho personas cada una. Entonces, se realiza un test por cada fila y por cada columna. 

Supongamos que dan positivo dos columnas y dos filas. En algunas de las cuatro posiciones hay casos positivos. Acto seguido, se analiza cada muestra de manera individual para hallar casos positivos. En total se gastaron veinte tests: ocho por cada fila, ocho por cada columna, y los cuatro que se hicieron de forma individual. En consecuencia, se usaron menos de la mitad de los 64 testeos que implicaba el hisopar a todos los sospechosos.

De esta manera, mientras la prevalencia sea baja, se puede ayudar a que no se saturen los sistemas de testeos y a tomar medidas para reducir la circulación del virus.