No pude despedirme de mis amigos / Miré por la ventana / No hay un afuera / Solo el vino me calma cuando la noche es larga / Ahora estoy cansada y las plantas me hablan / No me queda otra que adaptarme” dice la voz hipnótica de Paloma Sirvén en el comienzo de “El hechizo”, el EP que en dupla con Tomás Wicz armaron y lanzaron en plena cuarentena y que ya tiene miles de visitas en todas las plataformas en las que fue subido (youtube, spotify). Es un trabajo potente, breve (dura 14 minutos) pero lleno de detalles, momentos de quiebre, oleadas de sensaciones propias de este momento y la sensualidad de dos que se van pasando la posta para decir, a veces susurrando, otras en un alarido, que acá estamos, sobreviviendo también gracias a la música y el baile. “Pop alternativo” lo definen ellxs, pero lejos de las categorías, es un sonido amoroso, aterciopelado, lleno de caricias y letras poderosas.

Ambos vienen del palo de la actuación y la música y si bien ya tenían temas hechos, se habían presentado en vivo y hasta habían grabado un video el año pasado, “El hechizo” se lanzó en mayo, casi de un día para el otro. Canciones grabadas en el celular, con la acústica de un baño o la soledad de un cuarto a la madrugada es la materialidad de un sonido que envuelve a quien escucha: 14 minutos de subir y bajar de la mano de sus dos voces. Ese costado casero y amable no le quita profesionalismo, el sonido y la gráfica son impecables y el recorrido incluye la formación de ellxs mismxs como productores musicales. “Nosotros somos muy amigos desde 2012 pero Plastilina nace en 2014. Yo estaba haciendo un taller de poesía y la profesora nos trajo ese material para escribir a partir de la sensación tan placentera de jugar y armar formas” cuenta Paloma. En ese momento le surgió una canción y siguió el impulso. Se la mandó a Tomás y él la potenció con su voz. Como se conocieron trabajando en una obra de Ricky Pashkus, mucho aprendieron sobre la autogestión y la fuerza colectiva. “Mucha gente nos decía que nuestras voces quedaban muy bien juntas, y por alguna razón siempre nos tocaba hacer duplas y nuestras voces se encontraban. Tuvimos un tiempo de investigar qué sonido queríamos hacer, mientras entrenábamos la voz y estudiábamos música pero no teníamos idea cómo grabar una canción” dice Tomás.

En diciembre de 2019 sacaron “Crol”, que salió con videoclip, y al que llamaron el Acto 1 de su obra. Con esta cuarentena vino este segundo momento, con esa materialidad flexible del material de la infancia, y la idea era salir con una línea conceptual que dé cuenta del camino recorrido: “Cuando empezó la cuarentena Tomi me escribió y pensamos en hacer un EP para aprovechar ese tiempo, que al principio se suponía que iban a ser quince días y nos parecía una eternidad. Era un poco un juego o un chiste pero enseguida nos pusimos a trabajar en canciones nuevas, no fueron canciones que esperábamos, para nada, no teníamos ningún boceto ni ninguna melodía, surgieron 100 por ciento en cuarentena” cuenta Paloma. Tomás aprendió a producir sobre la marcha y lo pudo hacer con una compu que le habían prestado justo antes, Paloma grabó las voces con el celular, con notas de audio, y mientras Tomás ajustaba sus conocimientos sobre producción de música fueron cerrando la idea de “El hechizo”, ese toque de magia que todxs necesitamos para no sentirnos tan solxs.

“El proyecto tiene esa ambición de vincularlo con lo teatral, lo performático, nos importa mucho lo visual, el show, la pequeña historia que se puede armar a partir de las canciones. Hay mucho juegos de voces, fusiones de armonías, y las letras no se perciben como pregunta-respuesta sino como una unidad y eso también es parte de la identidad del proyecto. Es muy loco que están en el orden que fueron compuestas: la primera se llama “No pude despedirme" y habla bastante de este primer momento de la cuarentena, de hecho se escuchan helicópteros al principio y se habla de una persona que está en la casa, mareada, sin entender bien el paso del tiempo”. Para Tomás “se llama “El hechizo” porque es todo un gran embrujo de sanación consciente, de trabajar con uno en este momento. Para nosotros el EP fue lo que nos salvó de todo esto, y el objetivo era terminar las canciones y depositar todo el deseo de crear e investigar acá. Estamos muy contentos porque las canciones son re lindas e inmortalizan los sonidos que nos fueron acompañando y atravesando en este momento”.

“No voy a decir que estoy feliz pero puedo con esto. Voy a destruir toda cicatriz perdón si no te contesto / No te pongas triste estoy acá" dicen en “Puedo con esto". Las canciones tienen su evolución y los sentidos de las letras están abiertas y pueden resignificarse mas alla de la cuarentena. "Todos los días nos llegan mensajes de gente que canta las canciones, comparte las letras, hacen videos bailándolas. Siempre dicen que nuestra música les trasmite mucha paz y calma. El otro día una chica nos contó que estaba deprimida y que nuestra música le “daba ganas de hacer cosas”. Fue hermoso. Pensar que una canción te puede hacer que te levantes de la cama, te distraiga pero te haga pensar, te impulse, es muy lindo. Sin duda, hay algo en las letras muy catártico. Fue un proceso de composición muy de los dos, en una soledad compartida (hablamos todos los días por whastapp) y de ahí fue salir a mostrarles lo que teníamos cuando ya estaba todo listo. Hicimos un vivo a las dos horas que se estrenó el EP y decíamos con Tomi que sentíamos que era como año nuevo nuevo pero mucho mejor. Poder mostrar algo que hicimos con mucho trabajo y ya que las canciones estén dando vueltas por ahí para que todos la escuchen, es muy fuerte" dice Paloma.

¿Cómo piensan que va a evolucionar Plastilina después de este trabajo tan potente y tan mimetizado con la coyuntura pandémica?

--P: Hace un año veníamos trabajando en temas nuevos que iban a formar parte de un disco más grande pero la pandemia hizo que estemos en casa, que nuestros planes se den vuelta y que aparezcan nuevas canciones totalmente impensadas como fueron las de “el hechizo”, que no existían antes. Pero sin duda, tenemos ganas de retomar todas esas canciones y que vayan saliendo. Obviamente que todo cambió. La pandemia, en mayor o menor medida, nos atravesó a todos. Descubrimos que podemos hacer música también desde la comodidad de nuestros cuartos. Ya no hay excusa para detenerse.