Desde París

El coronavirus vuelve a rodear a más de la mitad de Europa con picos altísimos en España, Bélgica, Suecia, Rumania, Bulgaria y Francia. Aunque en el territorio francés no se constató un despegue masivo de la contaminación, el virus se propaga con una regularidad que, al igual que en otros países del mundo y del Viejo Continente, ha acarreado medidas suplementarias: reconfinamiento de ciertas zonas, máscaras obligatorias en los lugares públicos, vuelta el teletrabajo, control estricto de los pasajeros oriundos de 16 países (Francia), recomendaciones efusivas de no viajar a determinadas regiones de Europa como es el caso de Cataluña y nuevas cuarentenas impuestas a ciudadanos que lleguen de España (Gran Bretaña y Bélgica). La salud pública francesa advirtió que la cantidad de personas infectadas ha aumentado por tercera semana consecutiva. Los días del gran alivio que siguió al fin de la cuarentena empiezan a quedar atrás con el paso de las semanas. La Dirección General de la salud pública de Francia precisó en un comunicado que “hemos borrado una buena parte de los progresos realizados durante las primeras semanas del desconfinamiento”. La Organización mundial de la salud puso ahora el foco en Europa. La región fue objeto de un casi control de la pandemia para volver a ser una zona de alto riesgo. Más de 15,8 millones de personas fueron infectadas en el mundo desde finales de 2019 y otras 639.981 perdieron la vida. En Europa, la pandemia provocó la muerte de 207.599 personas e infectó a más de tres millones.

Lentamente, los países europeos empiezan a levantar nuevas murallas ante la evolución del virus y nadie descarta ya un confinamiento casi similar al de los meses de marzo, abril y mayo a partir mediados de septiembre. La indisciplina y el relajamiento son los principales motores que volvieron a reactivar la circulación del virus. El sueño con un verano normal ya no es más posible, lo mismo que la apuesta por una reactivación progresiva de la actividad y, por consiguiente, de la economía. De hecho, los desplazamientos de cientos de miles de seres humanos provocados por las vacaciones son un factor de alarma permanente. Se vuelve a tener la sensación de una imprecisión en las medidas preventivas y un cálculo demasiado optimista ante la persistencia del virus. Decenas de clúster reaparecen en todos los territorios de Europa. En el hospital de la Pitié-Salpêtrière de la capital francesa las carpas instaladas durante la peor fase de la pandemia ya fueron desmontadas.

 Los médicos aseguran que, si bien las señales débiles de una reactivación de la pandemia se están multiplicando, la aceleración brutal no se ha constatado todavía. El ministerio francés de salud contabiliza “un número de casos superior a los mil, es decir, un nivel compatible con el que se dio a finales del confinamiento”. En el curso de las últimas tres semanas el porcentaje de casos detectados aumentó en un 66 porciento para un total de 215 clusters epidémicos censados en el país. Entre el jueves 23 de julio y el sábado 25 10 personas murieron en Francia, donde la tasa de reproducción del virus llega a 1,3, lo que equivale a que cada persona contaminada transmite la enfermad a 1,3 personas. 

Francia impuso test para pasajeros oriundos de 16 países. En la lista no figura la Argentina, pero sí Estados Unidos, Brasil, Panamá y Perú. El resurgimiento de la pandemia se está globalizando. Entre el jueves y el viernes pasado se registraron 280 mil casos diarios en el planeta al mismo tiempo que los gobiernos, forzados a implementar medidas duras, pierden el respaldo de las poblaciones (Gran Bretaña y Estados Unidos, en primer lugar). Entre principios de julio y casi finales de mes 5 millones de personas fueron infectadas en todo el planeta con una marcada curva ascendente en Europa. Según el portavoz de la rama europea de la OMS “el resurgimiento del Covid-19 en ciertos países luego de levantamiento de varias medidas barreras es ciertamente una causa de preocupación”. Las autoridades sanitarias insisten en decir que “resulta más necesario que nunca volver a una disciplina colectiva”.

Esta, sin embargo, no se constata en la calle. La gente se olvidó rápidamente de respetar de forma masiva las consignas básicas aún en vigor. Europa se va de vacaciones, pero el virus regresa a su demoledor trabajo. En Bélgica, por ejemplo, se registró un aumento del 89% de las infecciones. Si se toma en cuenta la variable muertos por cada millón de habitantes, Bélgica, con 859,5 muertos, figura primero en la lista seguida de Gran Bretaña (688,3), España (608,5), Italia (58,8), Suecia (559,5), Perú (557,8), Chile (475,9), Francia (450,8), Estados Unidos 444,9) y Brasil (406,9). En esta lista que incluye a 50 países la Argentina recién aparece en el puesto número 46 (63,1).

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