La pandemia, y el consiguiente aislamiento, irrumpieron modificándolo todo. También en el arte, y seguramente este año que tarda en pasar dejará lo que será posible recordar como un “arte de la pandemia”. En este rubro estará seguramente En un mismo cielo, el trabajo en video de la coreógrafa y directora Diana Theocharidis, junto al Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, que desde este jueves a las 20 quedará para ver en las plataformas Cultura en Casa  y en la web del Complejo Teatral de Buenos Aires . La compañía, que dirige Andrea Chinetti y que co-dirige Miguel Ángel Elías, protagoniza una obra creada especialmente para esta época de distancias, que asume los límites de la cuarentena como material para relanzar otra percepción de la realidad. La música central es el tema “Alarma entre los ángeles”, de Invisible -única obra instrumental de la emblemática banda liderada por Luis Alberto Spinetta, del disco El jardín de los presentes-, junto a una pieza original del compositor Pablo Ortiz que funciona como obertura.

“La creación en condiciones muy limitadas puede desatar una potencia desconocida”, asegura Theocharidis. La casa supera su condición de símbolo de protección en el encierro y se propone como un espacio escénico capaz de sintetizar fragmentos de distintas experiencias. Se despliega entonces un mapa de símbolos y detalles, gestos y movimientos, música e imagen, donde se cifra una memoria de este singular momento histórico. “La obra conecta esos mundos diversos para encontrar en cada uno el enigmático punto de apoyo interior, y un gesto que resuena en el otro”, agrega la coreógrafa.

A través de ensayos a distancia mediante plataformas virtuales, se plantearon las situaciones. Luego, cada uno de los veintisiete integrantes del ballet se filmó a sí mismo, de acuerdo con las indicaciones y sugerencias de la directora, que sobre ese material realizó el montaje, con la colaboración de Diego Poblete en arte y edición de video y de Elizabeth Rodríguez en la asistencia de dirección. “La dinámica de los ensayos, trabajando juntos a la distancia, fue una manera de entrelazar los distintos universos de los intérpretes a través de la música y la danza. Historias distintas, planos distintos, imágenes distintas, se suceden en diferentes lugares que acaban reunidos en un mismo sitio. Como si se tratara de múltiples estrellas fugaces en el cielo, unidas por la mirada de quien las mira”, explica Theocaridis.

Las fracturas entre encierro y libertad que agitan el universo simbólico del video tienen un correlato poderoso en la música, que trae también su carga histórica. Spinetta, Tomás Gubitsch, Machi Rufino y Pomo Lorenzo entraron al estudio en la mañana del 24 de marzo de 1976 para empezar a grabar el disco donde estará “Alarma entre los ángeles”. En el solo de guitarra de Gubitsch, sobre el que se sostiene buena parte de la obra, acaso se estaba nombrando lo que las palabras demoraban en decir.