“No necesito que me lo cuenten yo vivo día a día el dolor por su ausencia, peleo contra un sistema corrupto que cambia informes, que guía testigos, cuando la verdad está a la vista.” Cristina Castro nunca pensó que iba a tener que escribir esas líneas, tampoco imaginó que las fotos con el rostro de su hijo Facundo iban viajar por todo el país, que se iba a convertir en afiches en las paredes, en las calles y en las redes sociales.

Cristina no descansa, sus días acontecen entre extensas jornadas laborales en la estación de servicio donde trabaja desde hace 13 años y procedimientos judiciales, rastrillajes, allanamientos y pedidos de recusación a un fiscal que omite los pedidos de la querella, que no la escucha, que ni si quiera atiende sus llamados.

Desde el 4 de junio Cristina no se acuerda lo que es sonreír. Se levanta y se acuesta pensando ¿dónde está Facundo?, caminó los lugares que transitó su hijo por última vez. Indagó, siguió pistas, encontró pruebas y testigos, a la par de sus abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio. “No sé cómo hice para entender sobre una causa judicial, creo que me salió de las entrañas, empecé a investigar yo misma con mis abogados porque veía que no estaban haciendo nada. Fui leyendo y entendiendo todo”, cuenta del otro lado del teléfono en su casa de Pedro Luro, una ciudad del partido de Villarino.

Desde que desapareció Facundo la rutina de Cristina cambió rotundamente, cuenta que le gustaría quedarse en su casa, jugar a los jueguitos que le enseñaron “los chicos en la compu”, disfrutar de sus nietas, como lo hacía antes, pero no puede, tiene que encontrar a su hijo. No está sola, desde que inició la búsqueda la acompañan no solo sus vecinxs de Pedro Luro, también lxs familiares de Daniel Solano, Kathy Moscoso, Santiago Maldonado, atravesadxs por el mismo dolor y que aún continúan buscando justicia.

“Cuando me llamaron las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas, sentí un abrazo al alma, siempre las entendí y hoy me toca pasar lo mismo. Sé que ellas me entienden más que nadie y cada una de las personas que han pasado por esto”, cuenta. Cristina nació en el 77 recuerda que, durante su adolescencia, a través de muchas lecturas tomó conocimiento sobre las atrocidades que cometieron los gobiernos represores en nuestro país, “lo he vivido y llorado también, cuando leía que encontraban a los nietos desaparecidos, cuando se encontraban los cuerpos pensaba, qué horror cómo puede pasar esto en Argentina y lamentablemente sigue pasando. Por eso digo, han cambiado el Falcon por la Hilux. Ahora tienen fiscales a su favor, gente en la justicia que los cuida, pero a nosotros no nos cuida nadie”.

Otra vez, hay un desparecido en democracia ¿Cómo ser indiferente ante un hecho tan atroz que nos remonta a la etapa más triste de la historia de nuestro país? ¿Cómo no exigir la verdad? ¿Cómo permitirnos mirar para otro lado? ¿Cómo no desconfiar de las fuerzas policiales si durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio los crímenes y abusos de poder de la supuesta “policía del cuidado” han escalado de manera escalofriante? Si tan solo en el mes de junio la Policía Bonaerense asesinó a 18 jóvenes. ¿Cómo no preguntarnos dónde está Facundo? Cuando sabemos muy bien que, si callamos, gana la impunidad.

La búsqueda de la verdad

Cristina tiene tres hijos varones, Facundo es el del medio, los crio sola desde muy pequeños, no fue fácil. Los crio libres, cuenta, con esa convicción, para que cada uno elija qué camino transitar, “Facu eligió militar en “Jóvenes por la memoria”, con la poca internet que teníamos en casa lo ayudábamos a buscar investigaciones sobre los desaparecidos, o iba al ciber a leer sobre las abuelas y las madres que han sido sus referentes siempre, buscar verdad y justicia, en Argentina hace muchos años que no hay justicia”, reflexionó.

Desde que se inició la causa, primero como “averiguación de paradero” Cristina supo que le estaban ocultando algo. Señaló a los sospechosos, la propia Policía Bonaerense a cargo de la investigación y exigió el cambio de carátula. Estábamos ante un nuevo caso de desaparición forzada en democracia. Le mostró a la sociedad y a la justicia que el brazo armado del Estado continúa abusando de su poder, se encargó de desmentir con pruebas a cada uno de los testigos falsos que la policía hizo aparecer casi como por arte de magia. Los puso en jaque, y expuso las contradicciones de las declaraciones. Todas las pruebas presentadas por la policía que ubicaron a Facundo en otro lugar han sido descartadas.

Una supuesta testigo que dijo que vio a Facundo en una esquina de Bahía Blanca cuando ella salió a hacer las compras, nunca se presentó a la audiencia, la Policía Federal fue hasta su casa y nadie abrió la puerta. Otra mujer que según la policía “llevó a Facundo” desde Origone hasta el cruce de las rutas 3 y 22 (cerca de Bahía) en su camioneta Honda, finalmente declaró que no fue el 30 el día que viajó, sino el 27 (recuerda el día exacto porque tenía un turno en el Instituto de Rehabilitación integral de Bahía Blanca). Además, agregó que el hombre que llevó era más alto y de mayor edad que Facundo. El testimonio de la oficial Xiomara Flores que dijo haberlo llevado cerca de las 13 a Origone, se cae porque Facundo llamó a su mamá a las 13:33 y es imposible que a esa hora haya estado allí, donde está comprobado que no hay señal telefónica. Alberto González, otro efectivo policial que dijo haber encontrado a Facundo en Teniente Origone y que lo retuvo para requisarlo por una denuncia anónima por violación de la cuarentena, se contradijo tres veces en su relato. Primero dijo que Facundo se subió a una camioneta Duster Oroch, después dijo que se subió a una Honda y finalmente cuando estuvo en el rastrillaje dijo que Facundo se había ido caminando.

Cristina exige que se investigue de manera competente, confió en que el Estado podría ayudarla, pidió apartar a Bonaerense, pero se hoy se encuentra con otras trabas. La demora de la Policía Federal y un fiscal que desvía y entorpece la investigación con hipótesis insostenibles. Por ello solicitó a la jueza federal Gabriela Marrón, quien lleva hoy la causa, que aparte de la investigación al Fiscal Federal Santiago Ulpiano Martínez por "temor de parcialidad".

Desde ese cuatro de junio, Cristina fue encontrando las piezas del rompecabezas para tratar de develar que pasó con su hijo, expuso ante la justicia la historia completa, pero aún hoy la causa no ha tenido grandes avances. “Tuvimos una audiencia el viernes, pidiendo que se aparte al fiscal porque quiere llevar la investigación para otro lado, quiere desviar la causa y me remonta muchísimo al caso Maldonado por cómo está trabajando. Está tratando de actuar en complicidad con la policía y ya sabemos lo que pasó con mi hijo, no necesitamos que nos sigan dando vueltas, simplemente que actúen y que lo hagan rápido”, denunció.

_ ¿El fiscal tiene en cuenta las versiones policiales que ya han sido descartadas?

Si, es más, los sigue ayudando, el fiscal no quiere que encuentren a mi hijo o no quiere que ellos me devuelvan su cuerpo, sigue apoyando la teoría de buscar a Facu y hasta ahora no ha labrado ningún acta de detención. Creo que debería hacerse a un lado y dejar trabajar a quien quiera hacerlo realmente. Hay un jefe de la policía federal que todo el tiempo nos dice ‘yo soy un simple empleado, no muevo un dedo si el fiscal no lo pide’. Todavía estamos esperando para allanar la comisaria de Teniente Origone. Todavía no salió el oficio y eso debería haber sido inmediato, están haciendo un mega rastrillaje que pidió el fiscal, dice que mi hijo se cayó de un puente cuando sabemos que mi hijo no salió de Villarino, me parece que el fiscal está queriendo salvar el pellejo a unos cuantos.

_ ¿Qué crees que le pasó a Facundo?

El mismo día que me paré en Mayor Buratovich sentí que a mi hijo que le habían hecho algo malo, lo sentí en el cuerpo y como mamá. Nadie me va a sacar de la cabeza y del corazón que a mi hijo le hicieron algo malo, y que nunca llegó a Bahía Blanca.

_ ¿Cómo vivís tus días?

Mi vida cambió rotundamente, y también la de mi padre y mis hijos, ya no hay alegría en mi casa. Lo que sí tengo es la fuerza necesaria para llegar hasta las últimas consecuencias. Hasta que no me entreguen a mi hijo no voy a parar. No me entra en la cabeza pensar que le hicieron algo y que esta gente sigue callando, ocultando y tapando y cada vez se suma más gente a ayudarlos y entorpecen más la investigación. Antes mis días eran de tener la tranquilidad, la tranquilidad de tener mis hijos y poder disfrutar de mis nietas.

_ ¿Cómo definirías a Facundo?

Facu decía que sus amigos eran sus hermanos de la vida, tiene muchísimos, así como Facu son mis otros hijos también, por eso es que tenemos tanto apoyo de la gente de acá. Facu era eso amistad, alegría, compañerismo, siempre predispuesto a ayudar a quien lo necesitara, un amor incondicional por los animales, perro y gato que andaba dando vuelta en la calle se lo traía a la casa, ya era un zoológico mi casa, siempre digo que mi familia es una mesa y hoy a esa mesa le falta una pata.

_ Cuando escuchas declaraciones como las del ministro Sergio Berni que dijo que no hay ninguna prueba que involucre a la policía ¿qué sentís?

Siento que Berni miente o está mal informado, me gustaría volver hablar con él y que vea realmente lo que pasó, porque estoy segura que el día que vino a Villarino y se entrevistó con sus oficiales de la bonaerense, o le mintieron muy bien o no quiso ver la verdad y hasta el día de hoy lo sostengo. Cuando Berni me llamó por primera vez me dijo ‘le vamos a devolver a su hijo vivo’, pero antes de irse me dijo ‘lo siento mucho’ ¿qué me quiso decir con eso? Después se entrevistó con los policías, pero no vino a verme más, yo mirándolo a los ojos me hubiera dado cuenta que él ya sabía la verdad.

_ Si pudieras hablar con la ministra Sabina Frederic ¿qué le dirías?

Que intervenga, porque tenemos un fiscal que nunca nos escucha, le pido ayuda, sé que son muchos los kilómetros que nos separan, pero ella desde allá nos puede ayudar para que salga a la luz la verdad. Con el doctor Peretto, hemos hecho de investigadores, sacamos cuentas, hicimos números, caminamos cada lugar que hicieron los patrulleros de Villarino. Desde fiscalía no lo hicieron, nosotros pedimos los GPS de los patrulleros, fuimos los que estuvimos parados en un basurero esperando que llegara la Policía Federal para recoger unas muestras de hueso.

_ ¿Fueron tenidas en cuenta las declaraciones de los tres testigos que vieron como subían a Facundo a un patrullero?

Primero no los quisieron escuchar, llamaron tres veces para ir a declarar a la comisaría de Pedro Luro y les dijeron que no era necesario que ya estaba todo resuelto, con eso los dejaron de lado. Ahora han declarado dos veces en la policía federal, pero parece que el fiscal no tiene ganas de escucharlos y quiere seguir con la hipótesis de que mi hijo llegó hasta Bahía Blanca cuando sabemos que no es así y se lo hemos demostrado con pruebas.