Sobrevivientes del ataque nuclear contra Hiroshima le exigieron a los líderes mundiales que pongan fin a sus proyectos nucleares, al conmemorarse el 75º aniversario del ataque estadounidense contra la ciudad nipona, que dejó un saldo de 140 mil muertos. La reunión tuvo lugar frente al monumento en forma de cúpula que guarda restos de los daños provocados por la bomba. En concreto, los sobrevivientes llamaron al mundo y al gobierno japonés a firmar el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, aprobado hace tres años por las Naciones Unidas (ONU) y del que Japón se mantiene al margen. El aumento de los casos de coronavirus en el país asiático se tradujo en una baja participación y, a diferencia de otros años, no hubo presencias internacionales.

El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, recordó que los pronósticos que se hicieron ese 6 de agosto de 1945, tres días antes de que Estados Unidos lanzara la segunda bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki, afortunadamente no se cumplieron. "Se rumoreaba en ese momento que nada crecería aquí durante 75 años. Sin embargo, Hiroshima se recuperó y se convirtió en un símbolo de la paz", sostuvo Matsui sobre el ataque estadounidense que provocó unos 140 mil muertos en el mismo día y en fechas posteriores.

En su discurso ante Shinzo Abe, el primer ministro nipón, Matsui rogó al gobierno que "firme, ratifique y sea parte del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares". Ese acuerdo, aprobado en la ONU el 7 de julio de 2017 por 122 estados miembros necesita ser ratificado por al menos 50 naciones y hasta ahora solo 40 lo hicieron, entre ellas ninguna de las potencias nucleares.

"La sociedad civil debe rechazar el nacionalismo y unirse en contra de todas las amenazas", dijo Matsui en la tradicional ceremonia en el Parque de la Paz, erigido sobre la 'zona cero' del ataque estadounidense. "La gente de todo el mundo debe unirse para conseguir la abolición de las armas nucleares y lograr una paz duradera", reclamó. Matsui advirtió además sobre la carrera armamentística, también nuclear, que se reaviva con las nuevas dinámicas de poder en el tablero internacional, marcadas por la rivalidad entre Estados Unidos y China. 

Como cada año, se guardó un minuto de silencio a las 8.15, exactamente la misma hora en la que "Little Boy", apodo que los científicos estadounidense dieron a esta bomba nuclear, cayó sobre Hiroshima causando la muerte instantánea de 70 mil personas, hiriendo a otras decenas de miles y arrasando por completo el lugar. Con la bomba nuclear sobre Nagasaki murieron inmediatamente otras 39 mil personas. Sin embargo, se calcula que en 1950 habían fallecido 340 mil por las dos bombas nucleares, sobre todo por enfermedades causadas por la exposición a la radiación ionizante.

En un mensaje posterior, Abe evitó en todo momento hablar del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, pero dijo que, como viene repitiendo periódicamente, su país luchará "con tenacidad" para conseguir un mundo libre de armas nucleares. Cada país debe "eliminar el sentimiento de desconfianza hacia los otros mediante una implicación mutua y el diálogo", planteó el jefe de gobierno.

El Comité Internacional de la Cruz Roja había advertido esta semana que, si se volviera a producir un ataque nuclear, las consecuencias serían tan devastadoras que ninguna respuesta humanitaria sería suficiente para mitigarlas. "La comunidad internacional no tiene la capacidad de ayudar a todos los que lo necesitarían", afirmó la organización, que estima que actualmente hay más de 14 mil bombas nucleares en todo el mundo, algunas de las cuales tienen un poder "decenas de veces más grande" que las lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki.