El coronavirus volvió a impactar en Nueva Zelanda. Después de 102 días sin infecciones, la primera ministra Jacinda Ardern anunció que se detectaron cuatro casos positivos en una familia de Auckland. Por ese motivo, habrá cuarentena y restricciones hasta el próximo viernes. Ardern explicó que la fuente de transmisión es desconocida, dado que los nuevos pacientes, entre los que hay un menor, no viajaron ni tuvieron un contacto estrecho con otro enfermo. Nueva Zelanda registra apenas 22 muertes y 1.570 casos en una población de 5 millones de habitantes. Como no se registraban casos desde el primero de mayo, el país había disfrutado de una vida prácticamente normal sin medidas de distanciamiento y con la celebración de eventos culturales y deportivos con público. El anuncio de los nuevos contagios se produce en medio de la campaña electoral que comenzó el sábado para unas elecciones generales que se celebrarán el 17 de septiembre y estarán marcadas por estrictos protocolos de seguridad e higiene. 

"Luego de 102 días, tenemos nuestros primeros casos de covid-19 fuera del aislamiento o los centros de cuarentena. Si bien hemos trabajado increíblemente duro para prevenir este escenario, también nos hemos preparado para esto", afirmó Ardern, cuya gestión en la lucha contra la pandemia recibió múltiples elogios a nivel mundial. 

"Pedimos a la gente de Auckland que se quede en casa para frenar la propagación", agregó la primera ministra, quien volvió a poner a la ciudad en cuarentena, lo que significa que no puede haber reuniones de más de diez personas. La medida implica además el cierre de las escuelas y la obligatoriedad de llevar tapabocas en los lugares donde no se pueda mantener distanciamiento social. Hasta el viernes, los residentes de esta ciudad sólo podrán salir de sus casas si son trabajadores esenciales o tienen que comprar alimentos. 

Phil Goff, el alcalde de la ciudad más poblada del país con 1,7 millones de habitantes, dijo que entiende que "nadie quería volver al confinamiento, pero siempre supimos que era una posibilidad real". Goff admitió además que comprende que la gente esté un poco "asustada, enfadada y confundida".

A fines de marzo, Nueva Zelanda había impuesto una de las cuarentenas más severas del mundo por la pandemia, lo que le permitió volver a una casi normalidad el 9 de junio, luego de dar por eliminado el virus. El lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tomó al país como un ejemplo por haber logrado "eliminar con éxito la transmisión comunitaria".

Sin embargo, las autoridades sanitarias neozelandesas advirtieron que era "inevitable" una segunda ola del nuevo virus. Ashley Bloomfield, director general de Salud, confirmó que los cuatro casos corresponden a una familia que no había viajado fuera de Nueva Zelanda.

El anuncio de los nuevos casos llega días después del inicio de la campaña electoral de cara a las elecciones del 17 de septiembre, en las que la primera ministra parte con una clara ventaja de acuerdo a las encuestas. Al ser consultada sobre el impacto de las nuevas medidas en los comicios, Ardern evitó responder: "No quiero especular sobre ese asunto". 

Uno de los puntos fuertes de la primera ministra, que asumió en octubre de 2017 y gobierna en coalición con Nueva Zelanda Primero y el Partido Verde, fue justamente su gestión de la crisis del coronavirus, que incluyó un cierre total de fronteras y estrictas medidas de confinamiento.