A una nueva etapa sanitaria y social de la pandemia le corresponde una comunicación pública propia. De la campaña pedagógica inicial que acompañó el aislamiento social preventivo y obligatoria, con el #QuedateEnCasa como slogan, se pasó a una que busca alertar y concientizar sobre la necesidad de mantener el distanciamiento social, bajo la idea de #SeguíCuidándote. Una campaña de los medios públicos conformada por spots en los que artistas, músicos y próximamente deportistas le hablan a la ciudadanía a través de piezas basadas en hechos reales o en mensajes que buscan estimular la responsabilidad individual. “Pensamos que era necesario reforzar ese tono que, lejos de generar miedo, busca hacer un llamado de atención ante esa relajación de hecho que estamos observando”, le explicó a Página/12 Claudio Martínez, Subsecretario de Medios Públicos. La campaña es impulsada por y para los medios públicos, que fundamentalmente tiene circulación en la TV Pública, Radio Nacional, Telam, Canal Encuentro y DeporTV.

Leonardo Sbaraglia, Ingrid Pelicori, Maite Lanata, Pompeyo Audivert, Juan Leyrado, Mirta Wons, Laura Cymer, Esteban Lamothe, Angela Lerena y Malena Solda son solo algunas de las personalidades que le ponen voz a esta serie de spots que -por ahora- se emiten en los medios públicos y en las redes sociales. Una iniciativa que busca concientizar apelando más a la emocionalidad que a la información, transmitiendo un mensaje que llame la atención de los televidentes y usuarios pero acorde a las necesidades actuales: evitar las reuniones sociales en estos momentos de “aperturas” de actividades.

“La campaña -cuenta Martínez- fue el resultado de nuestras charlas permanentes con los colegas del Ministerio de Salud y con los epidemiólogos que asesoran al presidente Alberto Fernández. Ellos y ellas nos mostraron que el mayor número de contagios se da hoy en las reuniones sociales; ya sean las fiestas clandestinas, los asados, las mateadas, los cumpleaños o las simples visitas familiares para saciar la necesidad de ver a los seres queridos. Había que poner el foco en esas situaciones en las que la gente se relaja, baja el barbijo y baja las barreras que todos aprendimos a construir en estos cinco meses de pandemia”

La pandemia no solo condicionó la vida social de todos, sino también se convirtió en un desafío para los medios públicos. En ese contexto, los medios estatales mostraron reflejos para articular sus contenidos con las necesidades sociales, poniéndose a disposición de la ciudadanía y de las políticas públicas. A la programación del “Seguimos educando” se le suma ahora esta campaña impulsada por la Secretaria de Medios y Comunicación Pública, que se complementa con la que el gobierno nacional viene desarrollando desde marzo. La pandemia, en cierto modo, impuso una planificación de campañas de bien público que acompañara cada una de las etapas que atraviesa el país.

“La campaña oficial del Gobierno se viene desarrollando desde marzo con una cantidad enorme de piezas que tuvieron un tono pedagógico que resultó fundamental para generar conciencia ciudadana sobre los aspectos básicos del cuidado: lavarse las manos, toser en el pliegue del codo, usar el barbijo y mantener la distancia social. Ese mensaje caló hondo en la sociedad. Todos, en mayor o menor medida, naturalizamos esos consejos. Más cerca en el tiempo, la campaña subió el tono mostrando personas internadas en terapia intensiva al mismo tiempo que se escuchan audios de gente que desafía a la cuarentena. Nosotros pensamos que era necesario reforzar ese tono que, lejos de generar miedo, busca hacer un llamado de atención ante esa relajación de hecho que estamos observando”, analiza Martínez.

-Si en la primera etapa se destacó un mensaje informativo, en esta segunda la comunicación parece destinada a tocar la fibra emocional de la ciudadanía. ¿A qué obedeció esa distinción?

-Sí, es cierto, buscamos ese tono emotivo, un mensaje directo, claro y concreto que intenta tocar una fibra diferente precisamente para alertar a los que creen que la pandemia ya pasó, cuando es evidente que todavía tenemos que atravesar algunas pruebas complejas.

-¿Por qué apelar a actrices y actores como protagonistas de estos spots? ¿Qué buscaron en el casting final? ¿Por qué hay testimonios interpretados y basados en historias reales y otros que son simples mensajes preventivos de concientización?

-Buscamos a actrices y actores; y también a músicos y músicas, y a personajes del periodismo y el deporte, porque necesitabamos apelar a figuras populares, queribles y creíbles, que nos ayudaran a que el mensaje llegue de manera más personal, con nombre y apellido. Teníamos que hacer una convocatoria rápida y eficaz, por eso apelamos a SAGAI (la Sociedad Argentina de Gestión de Derechos de Actores e Intérpretes). Ellos nos ayudaron a convocar a las figuras del mundo de la actuación. Necesitábamos a artistas que pudieran interpelar a los diferentes públicos a los que iban dirigidos los mensajes. Esto es: actrices y actores jóvenes que pudieran interpretar guiones sobre fiestas clandestinas, intérpretes de mediana edad que fueran creíbles al hablar de los cuidados a sus adultos mayores, deportistas y periodistas deportivos que hablaran de las ganas de jugar un picado que tendrán que esperar y músicos que muestren su necesidad postergada de tocar en recitales. Así se armó el casting, sabiendo que íbamos a producir dos tipos de guiones: unos con consejos para cada situación de riesgo y otros con historias reales, que fueron relevadas por el equipo de prensa de Presidencia. Son dos modos diferentes y complementarios de contar lo mismo. Los recursos artísticos son sencillos: apostamos a guiones potentes y a la calidad de los intérpretes. El fondo para todos es el mismo. Los valores de los planos, idénticos. La música varía de uno a otro. No hay mayores artificios.

-¿Por qué la campaña se emite solo en medios públicos y redes si se trata de un mensaje que tendría mayor eficacia cuanto llegue a más gente posible? ¿Se podría extender al sistema de medios privados?

-La campaña nació como un compromiso de los medios públicos que tenemos una responsabilidad social enorme. Se grabó en un estudio de la TV Pública, con personal del canal y trabajadores de otros medios del Estado. Están comprometidos todos los canales, señales y plataformas públicas. La campaña que el Gobierno pauta en medios privados tiene una planificación diferente con tiempos y piezas diferentes. Este es un aporte que busca complementar el esfuerzo que hace el Gobierno para llegar con mensajes claros y contundentes sobre la pandemia. De todos modos, no hay que descartar que la campaña de medios públicos sea pautada en señales privadas en algún momento.

-En las historias basadas en hechos reales hay una interpretación de los actores. ¿Cuál era el límite o lo que había que evitar?

-El límite entre llamar la atención y sembrar el miedo es delicado. Con Woody González, el director, y Sila Bordoy, la productora, les pedimos a nuestros guionistas, Martiniano Cardoso y Pedro Saborido, que exploren ese límite sin atravesarlo. Un llamado de atención nos pone en alerta, el miedo puede ser paralizante. Necesitamos una sociedad atenta, pero no aterrorizada.

-¿Habrá nuevos spots para esta etapa?

-Estamos trabajando en una nueva etapa de la campaña, esta vez protagonizada por deportistas. Me alarma ver picados en potreros o al costado de las autopistas. Necesitamos que la figuras populares se comprometan en este tipo de mensajes que invitan a resistir las ganas de salir a jugar. En la campaña decimos que para ganar este partido entre la vida y la muerte, no hay que jugar ningún partido.

-¿Cuál será el criterio que utilizarán para desarrollar campañas de prevención, concientización o bien público? ¿Cómo conciben el rol comunicacional estatal en este aspecto?

-Yo puedo hablarte de lo que hacemos en los medios públicos. En las tres sociedades del Estado que gestionan nuestros medios tenemos plena conciencia del rol determinante que jugamos en la comunicación de las políticas públicas. Hay una paradoja muy interesante para analizar. Cuantitativamente, los medios públicos no tiene una participación significativa en el reparto de las audiencias; sin embargo, cualitativamente tienen un peso muy importante. Todo lo que decimos o mostramos en los medios públicos tiene impacto social y político. Cuando un o una periodista habla en un medio privado, lo hace en nombre propio. Cuando un o una periodista habla en un medio público, habla el Estado. Eso aumenta nuestra responsabilidad. Por eso buscamos reforzar las acciones que cristalicen ese compromiso. Por ejemplo: cuando advertimos que los jubilados se agolpaban en los bancos los días de cobro en medio de la cuarentena, desarrollamos junto con Banco Nación una serie de micros de educación financiera para adultos mayores, conducidos por Virginia Lago. También, cuando al principio de la pandemia comprendimos el impacto negativo de las noticias falsas, creamos en Telam la plataforma CONFIAR; una herramienta que con participación del Conicet nos ayuda a detectar las informaciones sobre la covid-19 que hacen tanto daño como el virus mismo. Esa es nuestra forma de concebir los medios en poder del Estado: como un servicio público.