La actividad económica registró un leve rebote en el primer mes del año al arrojar una mejora interanual de 1,1 por ciento. Tras nueve meses consecutivos de datos negativos, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) dio cuenta de la primera alza interanual, aunque en la comparación con respecto a diciembre exhibió una caída en términos desestacionalizados de 0,5 por ciento. 

El rebote de enero no respondió a una mejora en actividades clave de la economía, por su impacto dinamizador en el mercado laboral, como es la industria y la construcción, que en enero reflejaron caídas interanuales. Estuvo sustentado en un aumento del gasto público y en el dinamismo del sector agroexportador. “Esta basada en la inversión y no en el consumo”, aseguró el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en declaraciones televisivas. Esto explica se mantenga el mal desempeño de la industria y el empleo. 

El escueto informe del EMAE, de apenas dos páginas, sólo detalla la evolución del indicador que surge para anticipar la tendencia del PIB. Así no existe información sobre las causales de la caída o los factores que tuvieron mayor incidencia en la misma. Se resume que la economía, según la nueva forma de comunicar del Indec de Macri, creció en enero 1,1 por ciento contra igual mes del año pasado y cayó 0,5 contra diciembre previo. En diciembre, la actividad económica había mostrado una merma de 0,1 por ciento en comparación contra igual mes de 2015, mientras que frente a noviembre había marcado un avance de 1,8 por ciento, de acuerdo con los cuadros revisados por el Indec. El año pasado la actividad cerró con una caída del 2,3. 

Sin detalles por parte del ente estadístico, se abre lugar a las interpretaciones. Los principales rubros que suelen ser la antesala a este dato, como las cifras de industria y construcción, no convalidan la cifra del EMAE de enero. De acuerdo con los indicadores del propio Indec, la actividad fabril se retrajo 1,1 por ciento en enero respecto a igual mes de 2016, mientras que la construcción sufrió una baja del 2,4 para la misma comparación. 

El ministro Dujovne buscó dar una explicación al número de enero. “Existe mucha heterogeneidad sectorial. No le va igual a todos los sectores. El gasto social del gobierno subió un 70 por ciento. Pero la industria estuvo mal por Brasil y por la recesión local debido a que nuestra industria depende mucho del consumo”, aseguró el funcionario. De acuerdo con el Estimador Mensual Industrial (EMI) de enero, la industria automotriz creció 71,1 por ciento y la elaboración de sustancias y productos químicos, un 0,4. Pero se retrajeron la industria textil (-11,1 por ciento), las metálicas básicas (-9,5), el bloque de papel y cartón (-8,9), la edición e impresión (-7,3), los productos minerales no metálicos (-6,4), el tabaco (-4,2), caucho y plástico (-2,1), alimenticia (-1,4), metalmecánica excluida la actividad automotriz (-1,0) y la refinación del petróleo (-0,1).

Dujovne adelantó que este año traccionará la actividad el sector agropecuario, que anticipó crecerá 5 por ciento. Sin embargo, los datos oficiales dan cuenta de que la cosecha total será record este año debido a que la mejora en las cosechas de trigo y maíz serán compensada por una menor siembra de soja.

El ministro también adelantó que el sector de la construcción presentará un gran dinamismo a partir de la reactivación de la obra pública. Por ahora es solamente una expresión de deseos del ex columnista de TN. “Hay un shock de inversión en infraestructura como nunca antes en Argentina”, aseguró, si que exista ninguna señal ni estadística pública o privado que avale esa afirmación. Pese a tantos mensajes de optimismo, la actividad continúa ofreciendo cifras negativas. El funcionario redobló la apuesta e hizo referencia a supuestos signos de recuperación y habló de “un trimestre de mejora en el empleo”, aunque las cifras oficiales tampoco lo acompañan en esta afirmación (ver aparte).