La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyecta que en 2020 el valor de las exportaciones de bienes de la región se contraerá un 23 por ciento, y las importaciones se reducirán 25 por ciento. "La disminución del volumen importado sería algo mayor que la registrada en 2009 durante la crisis financiera mundial y similar a las observadas en 1982, a comienzos de la crisis de la deuda externa, y en 1942, debido a la escasez resultante de la Segunda Guerra Mundial", compara el informe sobre el impacto de la covid-19 en el comercio internacional elaborado por el organismo.   

La Cepal realizó sus proyecciones en base al desplome del comercio internacional de bienes, que se contrajo en 18,5 por ciento en el segundo trimestre de 2020 en comparación con 2019. En el acumulado del primer semestre la caída alcanzó un 11 por ciento. El comercio de servicios también disminuyó, sobre todo por el parate del turismo que, entre enero y abril de 2020 el número de turistas internacionales a nivel mundial se redujo en 44 por ciento en comparación con el mismo período de 2019. Para el año completo, las proyecciones indican una reducción de entre un 58 y un 78 por ciento.

Con este escenario, el organismo analiza que la pandemia probablemente reforzará dos fenómenos que se vienen dando desde hace unos años. Por un lado, una tendencia hacia un menor nivel de interdependencia productiva, comercial y tecnológica entre las principales economías mundiales, en particular entre los Estados Unidos y Europa, por una parte, y China, por la otra. Por otra parte, reforzará el proteccionismo a nivel mundial. El resultado sería una economía más regionalizada." 

"La integración regional debe desempeñar un papel clave en las estrategias de salida de la crisis en América Latina y el Caribe. Avanzar hacia el establecimiento de un mercado integrado de 650 millones de personas proporcionaría a los países de la región un importante seguro frente a perturbaciones de oferta o de demanda generadas fuera de ella. Asimismo, permitiría alcanzar la escala requerida para fortalecer industrias estratégicas como la farmacéutica y la de insumos médicos y promover redes de producción e investigación compartida entre países y subregiones", explica el informe y agrega que, sin embargo, "la coyuntura actual es particularmente adversa para las iniciativas de profundización de la integración regional. A las diferencias de visión estratégica se suma ahora una crisis sanitaria, económica y social de enormes proporciones y el riesgo de una profunda crisis alimentaria".