Cuando Tato Bores decía al aire sus célebres monólogos en los que repasaba la actualidad política, solía meter bocadillos como "...y entonces le dije a Berta..."; "Estábamos con Berta y los chicos...". Berta Szpindler, la viuda del denominado Actor Cómico de la Nación, murió hoy a los 88 años. Tres semanas atrás había sido operada de cadera.

El fallecimiento se produjo, esta mañana, en su casa. Con Mauricio Borensztein se habían casado en 1954 y tuvieron tres hijos: Alejandro, Sebastián y Marina. Justamente, su hija menor había compartido hace pocos días una foto con ella y con su hija Malena, en Instagram. Después de la muerte del cómico, en 11 de enero de 1996, su esposa Berta dio una nota a este diario. Fue en 2002, y se publicó en el suplemento Las 12 .

"Yo conocí a Enrique, el hermano más chico de Tato, un verano en Piriápolis. Mirá qué casualidad, nos conocimos nosotros dos y una mujer que después se iba a casar con el hermano más grande de Tato, con Abraham. Íbamos a ser todos familia. Enrique hablaba bastante del hermano, Tato ya era conocido, era el niño Igor", recordó en aquella entrevista sobre cómo conoció a quien había nacido como Mauricio Borensztein.

"Y un día, acá en Buenos Aires, yo no andaba bien y pasé por la disquería que ellos tenían en la calle Córdoba, y Enrique me dijo si no quería trabajar ahí. Así lo conocí a Tato. Ya estaba en el Maipo, con las vedettes", contó Szpindler. Comenzó un romance a las escondidas, hasta que el padre los conminó a casarse. "Y me fui volando al Maipo, era un sábado a la noche y le dije 'Tato, hay que casarse'. En esa época no era fácil casarse, pero estaba ahí Sofía Bozán, que conocía a un juez, y el miércoles siguiente nos casamos. Y con la plata que nos regalaron los del Maipo y Abraham, mi cuñado mayor, nos alquilamos durante seis meses un departamento de un ambiente. Y así empezamos".

Sobre su rol en los años de éxito de su marido en televisión, dijo que "yo siempre estuve al lado de él, pero las decisiones de sus personajes y de sus cosas fueron únicamente de él. Me consultaba todo, pero eran decisiones de él. Los personajes, los cambios, a lo mejor me contaba, pero lo decidía con sus libretistas".

En otro pasaje de esa entrevista, se refirió a su bajo perfil: "Cuando yo veía a las esposas que daban notas no entendía mucho, porque a mí me parecía que yo no tenía nada para decir. A mí me parece muy bien que haga declaraciones la gente que tiene algún peso en algo, si sos artista, un pintor, un político. Yo sentía que era la señora de Tato Bores, nomás. Esta es la primera vez que doy una nota, ni siquiera junto con Tato lo hice. Sí me prestaba a sacarme una foto, pero nada más".

Y también habló sobre el hecho de haber sido incorporada a los monólogos: "Fue un invento de él, y después todos los libretistas se lo fueron copiando, anche mis hijos. Surgió cuando hacía televisión. Como él siempre hablaba en primera persona, que todas las cosas le sucedían a él... y él tenía muchos interlocutores en esos monólogos, yo era uno".

Berta admitió que le hubiera gustado ser como Cyd Charisse. "No quiero herir a nadie, pero si a lo mejor Tato se hubiera dedicado a algo más común me hubiera faltado algo, pero de esta manera yo me llenaba mucho con las cosas de él. A lo mejor eso no está bien. Hoy viste que las mujeres se realizan por su lado, y me parece genial. Pero no te olvides que yo pertenezco a otra generación... Creo que a cada uno de nosotros le queda alguna deuda pendiente con el destino. Después que se te pasó un buen cacho de la vida decís ¿Por qué hice esto? ¿Por qué no habré hecho lo otro? Pero como dice mi analista 'Lo que foi, foi'".