La inflación se ubicó en julio en el 2,4 por ciento, según la medición que realiza el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) que depende de la UMET. La suba de precios del mes pasado está en el mismo nivel que la registrada en junio, aunque por encima del 1,5 por ciento de mayo y del 1,4 por ciento de abril. Este jueves, el Indec dará a conocer el índice de precios al consumidor de julio.

La inflación de julio se explica por el impacto que tuvo la revisión del esquema de Precios Máximos, que implicó ajustes superiores al 3 por ciento en buena parte de la canasta alimentaria. También tuvo incidencia el efecto del dólar paralelo sobre un segmento de las importaciones de electrónica de consumo en un contexto de crecimiento en algunos nichos de la demanda.

En siete meses, la inflación acumula un 16,1 por ciento, lo cual contrasta con el 25,1 por ciento que registraba el avance de los precios a esta altura del año pasado. Al mismo tiempo, la actividad económica experimenta una retracción récord con motivo de la pandemia, mientras que el gobierno aplica fuertes controles de precios en alimentos, bebidas e higiene personal y mantiene congelados precios de servicios públicos. Tanto la crisis como los controles contribuyen a aminorar la marcha de los precios. Si la tendencia actual en materia de precios se repitiera en lo que queda del año, la variación de precios a lo largo del 2020 estaría en el 29,1 por ciento.

En julio, la suba de precios minoristas estuvo traccionada por los rubros de esparcimiento (5,8 por ciento), equipamiento del hogar (4,9) e indumentaria y calzado (3,2). En esparcimiento tiene impacto la suba de la electrónica, por efecto cambiario, mientras que equipamiento del hogar incluye a los electrodomésticos. En ambos casos, la suba de precios también está favorecida por la dinamización de la demanda a causa del teletrabajo y falta de stocks a causa de dificultades logísticas dadas por la cuarentena.

"Electrónica, equipamiento del hogar e indumentaria y calzado son rubros en donde el Estado no está teniendo injerencia directa sobre los precios, como sí ocurre con los alimentos vía Precios Máximos o en servicios públicos, alquileres y naftas", indica el informe de la UMET. 

Otro de los rubros que en julio subió por encima del nivel general es alimentos y bebidas, con el 2,5 por ciento. "Aquí se observan dos momentos diferentes a lo largo del mes. En la primera quincena, la inflación de alimentos promedió el 1,8 por ciento, en tanto que en la segunda, tras los reajustes en Precios Máximos, trepó al 3,2 por ciento mensual", detalló el IET, que adelanta que la actualización de Precios Máximos va a tener impacto también en la inflación de agosto.

Por debajo del promedio de la inflación se ubicó el rubro de transporte y comunicaciones, con un aumento del 1,9 por ciento, impulsado por subas en pasajes de avión, seguros para el automóvil, compra de bicicletas y de automóviles. El capítulo de salud avanzó 1,3 por ciento, impulsado mayormente por medicamentos, ya que las prepagas no tuvieron cambios.

Para la consultora Eco Go, la inflación de julio fue del 2,1 por ciento, mientras que para el estudio de Orlando Ferreres, la variación fue del 2,2 por ciento. Por su parte, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado realizado por el Banco Central, la suba se ubicaría en torno al 2,4 por ciento y la inflación anual, cerca del 40 por ciento, a partir de incrementos del 3,5 por ciento en promedio hasta finales de año.