El Gobierno pagó por cuarto mes consecutivo parte de los salarios del sector privado mediante el programa de asistencia al trabajo y la producción (ATP). Los cuatro ATP significaron un desembolso estatal de 155 mil millones de pesos, equivalente al 0,57 por ciento del PBI. En tanto, el gabinete económico trabaja en la “calibración” del ATP 5: los créditos podrían transformarse en subsidios para las empresas que generen empleo.

“El ATP es una de las razones que explica por qué las contracciones del empleo no fueron mayores”, describió el último informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI), que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo.

En el ATP 4, desembolsado durante esta semana para los sueldos de julio, tuvo la menor cantidad de empresas aprobadas de los últimos cuatro meses: en base a los criterios, la AFIP seleccionó a 135 mil pymes para el pago de 1,4 millones de empleados, por un desembolso de 27 mil millones de pesos. Para el CEP-XXI, esta cifra representa una baja respecto a las anteriores rondas debido a que “muchas empresas pudieron producir en condiciones de relativa normalidad”. En agosto, el 89 por ciento del empleo estuvo habilitado para trabajar, contra el 58 por ciento de marzo y el 77 por ciento de julio.

Pero, además, la menor cantidad de empresas del último ATP tuvo que ver con una modificación del programa. Las pymes en donde no se verificó una caída nominal de la facturación, quedaron afuera, pero se les otorgó un crédito a tasa blanda. Fue el caso de 65 mil pymes para asistirlas en el salario de 400 mil empleados, con un desembolso de 7 mil millones de pesos.

Sobre el ATP 5, Kulfas adelantó en una reunión con inversores que irá mutando: "En los próximos meses la empresa que quiera entrar al ATP se le va a ofrecer crédito a tasa subsidiada, pero si mantiene el empleo en el tiempo, o genera nuevos puestos, el crédito se va a transformar en subsidio". 

El ATP es uno de los tres instrumentos que implicó mayor cantidad de recursos fiscales, detrás de los créditos a pymes y el ingreso familiar de emergencia (IFE). Hasta el momento, el Estado destinó 1,4 billones de pesos para contener el derrumbe económico provocado por la pandemia, es decir, un 5,25 por ciento del PBI. 

En la primera ronda de ATP (sueldos de abril) fueron aprobaron para acceder 255 mil empresas, por 49.900 millones de pesos. En el segundo turno (sueldos del mes de mayo), 253 mil compañías, por 40.900 millones de pesos. El tercero (sueldos de junio), 220 mil pymes, por 30.600 millones de pesos. Como hubo cierta rotación de empresas beneficiarias, en total hubo 328 mil empresas que ingresaron en al menos un ATP. Emplean a 3,07 millones de trabajadores, el 60 por ciento del total de las firmas empleadoras del país. En todos los casos, también accedieron al beneficio de postergación o reducción de las contribuciones patronales.

Las pymes fueron las más beneficiadas por este programa estatal. En las tres primeras rondas, el 99,5 por ciento de las firmas aprobadas fueron pequeñas y medianas empresas de menos de 200 trabajadores. Las pymes explicaron, a su vez, entgre el 71 y el 75 por ciento de la cantidad de trabajadores alcanzados por el pago del ATP en las tres rondas. En el ATP 3, de un total de 221 mil empresas que accedieron al programa, unas 215 mil eran empresas con menos de 50 empleados. A su vez, en dichas empresas se desempeñaban 872 mil de los 1,6 millones de trabajadores que recibieron el auxikio salarial del tercer ATP.

El protagonismo fue “creciente” debido que “las más grandes fueron saliendo más rápido” del programa, por la recuperación de la industria, según la explicación oficial. En términos de gasto, las pymes pasaron de explicar un 67,4 por ciento de las erogaciones del Estado en la ATP 1 a un 70,6 por ciento en la ATP 3. El ATP 4 fue anunciado por el presidente Alberto Fernández junto a pymes, y las grandes quedaron fuera del programa.