Ni los tarifazos que trastocan los costos de producción, ni la inflación que frena el consumo, ni los despidos masivos y paritarias a la baja que ponen en alerta a todo el arco gremial y social. Para el presidente Mauricio Macri, la culpa de que no lleguen las inversiones es de “los paros y las protestas”, no de sus medidas de gobierno.

El jefe de Estado explicó su particular mirada de la realidad Argentina durante un contacto con la prensa en el que hizo un balance de su visita oficial a Holanda, en la cual hubo firmas de convenios con promesas comerciales pero ningún anuncio concreto de inversiones.

Al ser consultado sobre la relación entre la cantidad de medidas de fuerza y el retraso de la aparición de "brotes verdes" en la economía, el mandatario sostuvo que “todo influye” en la falta de reactivación y se desligó de sus promesas de campaña al respecto: “Nunca prometí un milagro de un día para el otro” y apuntó contra la "conflictividad social".

En los últimos meses, las políticas de ajuste del Gobierno hicieron que la cantidad de movilizaciones en el centro de la ciudad de Buenos Aires y distintos puntos del país se incrementaran. Las organizaciones sociales se movilizan semana a semana para exigir puestos de trabajo y un refuerzo en la ayuda social que reciben para paliar la crisis. Los gremios docentes concretaron un paro con una masiva marcha hasta Plaza de Mayo debido a que el Ministerio de Educación no convoca a una paritaria nacional.

La aplicación continua de políticas de ajuste en distintos sectores hizo que la CTA –que el año pasado realizó una huelga a nivel nacional- anunciara una marcha para mañana y que, a la vez, adhiriera al primer paro general convocado por la CGT para el próximo 6 de abril. El reclamo al gobierno de Cambiemos es el mismo: que su política económica dé un giro a favor de las clases populares y de los sectores de la producción nacional.

Sin embargo, para Macri “lo que está en discusión es si este cambio cultural es producto de una decisión de los argentinos o solamente de la decisión de un presidente", y remarcó que el él no es “el dueño del cambio, sino el resultado del cambio que decide la gente".

Por otra parte, vaticinó que la aplicación de su política económica “terminará algún día con los excluidos” y sostuvo que, luego de ello, sí “habrá oportunidades de desarrollo”. “Ya fue casi un milagro haber evitado la crisis terminal a la que íbamos en pocas semanas o meses si no producíamos este cambio copernicano", añadió Mauricio Macri y volvió a prometer que este año “vamos a crecer, 2018 será mejor todavía y 2019 va a ser mejor todavía".