La primera ministra británica, Theresa May, confirmó ante el Parlamento de ese país que su administración presentó en Bruselas la solicitud oficial de salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). "Es un momento histórico y de no retorno”, aseveró. “Ahora tomaremos nuestras propias decisiones."

Esta mañana, el embajador británico en la UE, Tim Barrow, entregó ante las autoridades del bloque regional la carta que anuncia la decisión de Londres, nueve meses después del referéndum en el cual el 52 por ciento de los británicos optó por el Brexit.

Una vez confirmada la finalización de ese trámite en la capital de Bélgica, donde funciona la sede de la UE, May llegó a la sede legislativa en Londres, dio la noticia y aseguró que abandonar las instituciones comunitarias no significa abandonar Europa.

El Reino Unido, indicó, seguirá trabajando "para que los valores europeos no se pierdan". "Seguiremos siendo socios fiables, aliados, amigos" porque, añadió, “a todos nos interesa que el Reino Unido y la UE sigan siendo fuertes".

"Quiero que el Reino Unido emerja mucho más fuerte, más justo y más unificado", dijo y expresó su deseo de alcanzar "un acuerdo de libre comercio ambicioso con la UE, para que las empresas tengan la mayor libertad para operar y comerciar".

El trámite que hoy comenzó en Bruselas se prolongará durante dos años. En ese período se negociará sobre más de 20 mil leyes y se determinará el estatus legal de los británicos que ya viven en países de la UE, como así también el de los ciudadanos comunitarios que residen actualmente en Reino Unido.

La premier afirmó que el Reino Unido quiere "un mayor control de la inmigración, pero también seguir atrayendo a aquellos que quieren venir a estudiar y trabajar, pero con más gestión".

Los otros 27 países de la UE delinearán su posición negociadora en una cumbre extraordinaria que se celebrará el 29 de abril. May mostró un acercamiento "de cooperación sincera" hacia esas negociaciones y se mostró dispuesta a conseguir objetivos "de forma justa y tranquila".

Para que la salida sea ratificada, la UE tendrá que recibir el apoyo del Parlamento y el Consejo Europeo. En el Reino Unido, el Brexit también será sometido a la aprobación del Parlamento. No habrá renegociación a petición de los diputados británicos. Y si estos rechazan el acuerdo, el Reino Unido abandonaría el bloque de forma no regulada.