En tren de justificar cualquier accionar desde la oposición al gobierno se pueden escuchar las más inverosímiles explicaciones. No ocurre lo mismo cuando la protesta parte de sectores trabajadores, carenciados, o para llamarlos más claramente: sectores populares o afines al gobierno nacional.

La mirada de ciertos sectores de la política, de los medios de prensa, de la propia justicia y de una parte de la población le da crédito a lo que sea, crítica, ataques, opiniones contra las políticas oficiales, provocaciones, operaciones, etc.

No se observa el mismo criterio cuando se trata de sectores de la derecha, antipopulares, violentos, casi fascistas en muchos casos, ahí ese conglomerado de irresponsables coincide y endurece su opinion frente a legítimos reclamos.

¿La doble vara? 

No. Es el vale todo cuando se trata de atacar al gobierno, y de presentarse como victimas cuando juegan como defensores de la república.

Son impresentables, son provocadores, subestiman a la gente y pretenden imponer sus opiniones para no perder, para no mostrarse tal cual son, en definitiva se muestran como los representantes del privilegio dispuestos a erigirse en los patrones de la democracia llevándose todo por delante.

La paciencia tiene un límite. No se puede avanzar ni ejercer los derechos que confieren ser gobierno ante el ataque diario, organizado, de estos miserables disfrazados de opositores políticos. No entendieron que perdieron las elecciones, no entienden de pandemias ni crisis, para ellos solo la imposición de políticas de explotación y sumisión es lo que vale.

Ante este cuadro, solo fortaleciendo los mecanismos de la democracia con mayor protagonismo y participación popular podremos avanzar. No será cediendo terreno, dando marchas atrás, ni haciendo concesiones que se podrá avanzar. El único camino posible es profundizar las políticas nacionales, populares y soberanas desde el gobierno nacional de la mano de las fuerzas del pueblo que se identifican y defienden este proceso.

Solo el pueblo salvara al pueblo frente a los ataques del neofascismo nativo y de los sectores reaccionarios enemigos históricos de la Patria.

Héctor Marinangeli