Enero bajo el árbol (Discos ICM) promete el nuevo trabajo de Pez Blob. El segundo disco del trío que conforman Luciana Bass (guitarra), Rocío Giménez López (piano y sintetizadores) y Gerónimo Mangini (batería y percusión), grabado gracias al apoyo del INAMU, toca recién las redes -disponible en Bandcamp y YouTube -, y provoca una semblanza sonora única, que se vincula de manera consecuente y diferente con el anterior Océano Pez (2018).

“La mayor diferencia es el ámbito, el espacio. El disco anterior fue grabado en fábricas, en un contexto donde estábamos rodeados de maquinaria, tierra, muchísimo calor y sol. Eso ya lo hacía especial”, explica Luciana Bass a Rosario/12. “El primer disco tuvo que ver más con una puesta en escena --agrega Rocío Giménez López--, viajamos para poner al grupo en distintos lugares y escenarios sonoros. Pero ahora fue al revés, decidimos volver al estudio, a buscar un sonido más limpio, más concreto. El anterior fue un disco donde el espacio determinó mucho lo que tocábamos, en galpones con piso de tierra. Eso hizo algo con la música, literalmente. Pero ahora no, buscamos que el grupo sonara como cuando ensaya, improvisando, a la manera de un laboratorio sonoro”.

Bass señala también que entre disco y disco “hubo algún movimiento en cuanto a lo musical; hay cuestiones rítmicas que fuimos trabajando, y en la composición creo que aparecieron cosas diferentes, también porque sabíamos que componíamos para grabar en un estudio. Roció sumó un sintetizador y se volcó un poquito más para el lado quizás del ruido, experimentando con texturas y sonoridades”.

-El ruido es un sonido, pero también una interrupción. ¿Por qué incorporarlo?

Rocío Giménez López: --Depende de cómo uno lo piense. Yo siempre pienso la música en distintas capas, y el ruido ya aparece tanto desde la percusión, como en los sintetizadores y el piano preparado, así como lo que hace Luchi con la guitarra. El ruido aparece como la superposición de otra capa. Dentro de ese ruido también hay distintos estratos de texturas musicales, de ruidos hermanos y ruidos que no lo son. Más que nada es pensar en superponer cosas, como si fuera un montaje. Es espontáneo y es conceptual; a diferencia de cómo tocaría en algo de jazz tradicional, con un acorde, una armonía que acompañe, aquí se trata de una textura de ruidos que aparece y se relaciona de una forma totalmente diferente. En verdad el ruido es parte de la vida cotidiana, acompaña todo lo que hacemos. Fue tomar esa idea y manipularla.

--Así como sucedía en el disco anterior con los ruidos de la fábrica, el calor y la tierra.

Giménez López: --Sí, sólo que ahora lo estamos generando nosotros.

--Entre los temas hay referencias a Albert Ayler y Lee Konitz.

Luciana Bass: -Ayler es un músico que nos marca bastante, su energía me parece increíblemente inspiradora al escuchar sus discos y melodías. También Ornette Coleman, que si bien no está aquí, estuvo citado en el disco que hicimos a dúo con Rocío, de piano y guitarra (Chancho a Rayas, 2019). Nos atrae por la misma razón, los pensamos a nivel energético. En los temas dedicados a Ayler (“La adoración del sol #1” / “La adoración del sol #2”) aparece su voz, la llevé a un ensayo y la disparé desde el teléfono. Tampoco es nada demasiado literal de sus melodías, sino una especie de homenaje a la energía de su música. De Konitz quisimos incluir “Subconscious-Lee” porque lo habíamos estudiado como grupo. También es una forma de hacer improvisaciones dentro de ciertos parámetros; son piezas muy improvisadas, con ciertos disparadores que te hagan ir para un lugar y no para otro.

--El comienzo del disco, de hecho, desacelera la canción a los pocos segundos.

Giménez López: --Ya de entrada, el primer minuto te dice que hay algo que se va a armar y desarmar, que no va a ser lo que parece (risas).

--Lo que ocurre entre ustedes parece ser una hermosa discusión musical.

Bass: --Como grupo humano es importante que haya un entendimiento sobre cuál es la búsqueda. Hay muchas charlas al respecto. A veces coincidimos y a veces no, hay discusión, pero es una linda búsqueda compartida.

Giménez López: --Me gusta la palabra discusión, porque también venimos de lugares bien distintos. Desde el jazz, yo he tenido experiencia en otros tríos, con la batería y el contrabajo, pero acá es otra cosa, de arranque es un trío no convencional. Gerónimo es compositor y baterista de jazz, Luchi viene del arte sonoro y es a la vez guitarrista, con una concepción sonora que trabaja desde hace muchos años, y yo vengo más desde el jazz y el piano, obligada a la música clásica de entrada, luego vinieron el jazz y la improvisación. Todo eso es bastante rico, al menos para nosotros.