En una nota que empezó a circular a fines de julio se dejaba consignado que los propios empleados del Hotel Alejandro I de la ciudad de Salta pedían una reducción del 50% de la jornada laboral. Los trabajadores aseguran que la firmaron bajo aprietes y amenazas de despidos, según refirió el empleado Sebastián Gutiérrez.

La firma pertenece a la familia del empresario Marcos Levin, investigado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.

Los trabajadores informaron que la gerencia operativa a cargo de Michele Safar sólo está llamando a trabajar a quienes firmaron la nota, bajo una jornada laboral de cuatro horas durante 12 días como máximo.

La nota dice: “Me dirijo a Ud. a los fines de solicitarle tenga a bien reducir a partir de la aceptación de la presente, mi jornada de trabajo, que de ser completa y rotativa, pase a una que consista en la mitad del trabajo, es decir, media jornada, la que también se desarrollaría bajo la modalidad rotativa”.

Además, cada empleado "acepta" una reducción salarial: “Entiendo y acepto que la remuneración que percibo se reducirá en proporción a la jornada que solicito por éste medio”.

La gerenta operativa dijo a Salta/12 que la empresa “tiene la firme intención de proteger todas las fuentes de trabajo” y afirmó que “mancomunadamente” junto a todos los empleados “se consensuó avanzar en esta dirección” de la reducción de la jornada laboral. 

La gerenta dijo que tal “camino” es entendido por la gran mayoría de los trabajadores porque “se busca la posibilidad de lograr el objetivo común de sostener a todos los empleados hasta que se termine esta pesadilla de la pandemia que vive el mundo”. 

Agregó que da "por descontando (que) se mantiene incólumes los derechos de los trabajadores en cuanto a su categoría, antigüedad, adicionales y hasta formular un esquema de trabajo que les permita realizar otras actividades y cuidarse”.

Además, dijo que “en la medida que la actividad reactive, la intención es incrementar la jornada, tal cual lo conversamos con todo el equipo de colaboradores”.

Casi la totalidad de los 130 trabajadores del hotel firmaron el pedido, relató Gutiérrez. No obstante, dijo que no fue en conformidad, sino que se dio a partir de “aprietes”. “La mayoría de los empleados firmaron porque los jefes insistieron”, ratificó.

Precisó que esa insistencia se dio por mensajes, “cada jefe de área escribía en los grupos de WhatsApp que fulano faltaba firmar”. Además, afirmó que se hacía correr el rumor de que si no firmaban, iban a ser despedidos. “Hubo muchos aprietes y un temor comprensible de muchos compañeros de quedarse sin trabajo”, afirmó el representante de los trabajadores.

Gutiérrez dijo que el planteo es “algo pocas veces visto”. Se preguntó: “¿dónde se ha visto que el empleado le pide a la empresa que le disminuya el sueldo? Esto fue una decisión del hotel”, cuestionó.

Conciliación obligatoria

Tras el avance empresarial, los trabajadores recurrieron a las autoridades provinciales y desde hace dos semanas la Secretaría de Trabajo de Salta llamó a conciliación obligatoria a directivos del Hotel y a la Unión de los Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA).

Gutiérrez dijo que el martes 18 se citó para un tercer encuentro, pero la empresa no se presentó. Sin embargo, los trabajadores estuvieron fuera del edificio provincial con carteles de reclamos hacia los directivos, entre ellos al actual presidente de la firma, Rubén Levin, sobrino de Marcos Levín. La cuarta reunión ya se fijó para el miércoles 26. Este medio intentó contactarse con Alfredo Batule, secretario de Trabajo de la Provincia de Salta, pero no obtuvo respuesta. 

El empleado contó que en el segundo encuentro, el gremio propuso que se continúe con “la misma situación si seguían los ATP” o bien, “en el caso que no sigan (los ATP), se podría hablar de un descuento hacia los empleados para devolverlos en cuotas y no en la disminución de horas de trabajo como ellos plantean”. No hubo respuesta de la empresa.

Lo realizado por la familia Levin no es algo que surgió hace unas semanas puesto que “su intención siempre fue bajar los sueldos”, indicó el trabajador. Afirmó que cuando se dispuso el cierre parcial de las empresas hoteleras por la pandemia y antes de que llegara la ayuda nacional mediante el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), la empresa “ya había intentado hacer un convenio en donde se indicaba que los trabajadores llegaban a un acuerdo para cobrar el 50%”.

Cuando se le consultó a la gerenta sobre el proceso de conciliación obligatoria en marcha, reiteró: "Con los trabajadores estamos en permanente diálogo, por lo que las propuestas siempre se escucharon y es por ello que se llegó a este consenso”, que sería la reducción de la jornada.

Safar aseguró que “ellos más que nadie manifestaron su necesidad de sostener la fuente de trabajo". Sin embargo, cuestionó "quién podría tener intereses espurios poniendo en boca de los trabajadores mentiras falaces que solo los perjudicarían”. En esa línea, aseveró que un gran porcentaje de los empleados “tienen la camiseta puesta” y “desea sostener su fuente de ingreso”. “Estamos convencidos de que vamos a salir adelante, trabajando”, agregó.

"No quieren pagar"

Para Gutiérrez, lo que se gestó con la nota enviada a los empleados es porque la empresa decidió que “no quiere pagar”. Sumó las ausencias de la patronal a las reuniones de conciliación obligatoria, lo que atribuyó a que “están dilatando la situación y están llevando a la práctica la reducción del 50% de la jornada”.

Sostuvo que la gerencia sólo está llamando a trabajar a los empleados que firmaron la nota y lo hacen por un máximo de 12 días con turnos de cuatro horas. A los trabajadores que no firmaron el inusual pedido, “no los están llamando”, confirmó Gutiérrez.

En tanto, Safar dijo que la situación que está atravesando el hotel “es extremadamente crítica”. “Lamentablemente, el sector hotelero está atravesando la peor crisis de la historia, no hay antecedentes de hoteles cerrados por 5 meses y sin previsibilidad alguna de apertura”, sostuvo. 

Señaló que se "esperan mínimo otros seis a ocho meses más de pérdidas”. Esto fue estimado por los porcentajes de ocupación y tarifas promedio, que estarían “muy por debajo de las necesarias para sostener los costos mínimos de estructura que tiene el hotel”.

A gregó que la empresa se viene sosteniendo “gracias a los socios y sus aportes”, pero que en un futuro necesitarán un crédito antes de reabrir. Esto se debe a que el hotel tiene que pagar costos de adaptación de servicios que no puede afrontar. La gerenta ejemplificó con la “puesta en punto de equipos” como bombas, motores entre otros, además de la compra de insumos.

En ese sentido dijo que esperan que las políticas de estado lleguen a tiempo para que “muchos hoteles chicos, medias y grandes sigan existiendo cuando esto pase. El turismo es una fuente de empleo directa e indirecta muy importante”, finalizó. 

Participación civil en la represión 

El dueño del hotel es Marcos Levín, un empresario que fue partícipe en crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico militar perpetrada en Argentina.

Levín, en ese entonces era dueño de la empresa de transporte La Veloz del Norte, fue condenado en 2016 a doce años de prisión por participar del secuestro y tormentos contra el trabajador Víctor Cobos, siendo esta la primera condena a un empresario por su participación en delitos de lesa humanidad. Esta sentencia no está firme aún porque por la vía de la apelación llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y todavía se espera una resolución. Además, actualmente se encuentra abierta otra causa en contra de Marcos Levín por la detención ilegal y las torturas a 17 trabajadores de La Veloz del Norte. La propia Secretaría de Derechos Humanos de la Nación solicitó ser querellante en la causa.

El vínculo con referentes políticos de la derecha se sostiene hasta estos años y se tradujo en el apoyo explícito del empresario a Mauricio Macri. En noviembre de 2015, antes de ser presidente, Macri visitó Salta y dio una conferencia en el Alejandro I. Allí recibió el saludo de Marcos Levín, quien le dijo: “¡Vos vas a ser presidente!”