Las diversas tecnologías llevan años incorporándose paulatinamente al deporte más popular del planeta, pero en la jornada de anteayer tuvieron una doble intervención que podría marcar un antes y un después en la mutación del fútbol. Una cámara de video cambió decisivamente el resultado del amistoso entre Francia y España en París. Y unas imágenes de televisión dejaron a Lionel Messi fuera de la selección argentina en el tramo decisivo de la clasificación al Mundial de Rusia 2018.

Se trata de dos decisiones que obedecen a tecnologías y regulaciones diferentes, pero con un denominador común: la justicia del fútbol ya no depende únicamente de lo que decida el juez principal dentro del campo. También hay agentes externos que pueden cambiar un resultado y el futuro de un equipo.

La tecnología ya había hecho su aparición en grandes eventos en el pasado, como el Mundial de Brasil 2014, cuando se introdujo el Detector Automático de Goles (DAG) para evaluar si el balón traspasó o no la línea del arco y evitar los goles fantasma. Y las sanciones de oficio a través de las cámaras de televisión tienen antecedentes ilustres como el mordisco de Luis Suárez en Brasil, además de ser habituales en Ligas como la inglesa.

Sin embargo, el videoarbitraje, que fue aprobado en marzo del año pasado por la International Football Association Board (IFAB) en Cardiff, va un paso más allá pese al temor de los esencialistas, que ven alterada la naturaleza del juego. Tras una experiencia muy criticada en el Mundial de Clubes del 2016, la introducción del asistente de video mostró una evolución notable en París este martes.

“Ha sido un test positivo. Gracias a la evidencia de video pudimos juzgar todos los incidentes correctamente”, celebró el árbitro alemán Felix Zwayer tras corregir dos fallos (anuló el gol de Grienzmann que había convalidado y que hubiera puesto 1-0 a Francia y dio como válido el gol anulado a Silva y que puso a España 2-0 arriba) gracias a la ayuda de su compatriota Tobias Stieler, el asistente de video en el Stade de France. Sin las cámaras y las correcciones oportunas, el resultado hubiera sido 1-1 en vez del triunfo 2-0 que consiguió España. Pero además del acierto, lo que se destacó es la velocidad de las decisiones, que contrastaron con la demora de varios minutos en las rectificaciones durante el encuentro entre Kashima y Atlético Nacional en el último Mundial de clubes disputado en Japón.

“La cooperación con el asistente de video ha sido precisa, rápida y muy profesional. Cuando indiqué a los jugadores que me estaba comunicando con el juez de video, ellos tomaron la situación con respeto”, añadió Zwayer en un comunicado publicado ayer por la Federación Alemana de Fútbol (DFB). “Vamos a usar la experiencia obtenida para seguir desarrollando el sistema en interés del fútbol”.

Las correcciones a través del videoarbitraje demoraron apenas 25 y 20 segundos respectivamente en el encuentro en París. Además, Stieler confirmó la decisión de otorgar un penal a España en apenas diez segundos. Los jugadores y medios españoles elogiaron hoy el uso de la tecnología. “Bienvenido señor VAR”, tituló el diario El Mundo en alusión el nombre del sistema de videoarbitraje. 

“El videoarbitraje lo que ha hecho es justicia”, señaló por su parte el técnico español, Julen Lopetegui, mientras que Gerard Piqué abogó por su rápida introducción en la Liga española. Se espera que en la temporada 2017/18 la tecnología se expanda en forma experimental a varias Ligas de elite, entre ellas la alemana.

Messi, por su parte, fue suspendido con cuatro partidos tras ser cazado por las cámaras insultado a un asistente en el encuentro del jueves pasado ante Chile. Esa sanción de oficio causó más polémica, pese a que la FIFA asegura que “la decisión refleja la jurisprudencia constante que la Comisión Disciplinaria ha venido aplicando con anterioridad en casos análogos”. En cualquier caso, lo que está claro es que, para bien o para mal, el fútbol está dejando de ser lo que era.