El expresidente Eduardo Duhalde se ganó el rechazo de toda la dirigencia política y social al presagiar desde un panel de TV un escenario golpista, sin elecciones en 2021 y que “puede terminar en una especie de guerra civil”. Desde el movimiento de derechos humanos consideraron sus dichos “de una irresponsabilidad mayúscula” y “en línea con una campaña concertada que busca debilitarnos como sociedad” (ver aparte). El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero no sólo calificó los dichos como "inapropiados" sino que también aseguró que el próximo año habrá elecciones. Por su lado, la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, advirtio que estos dichos "sólo quieren condicionarnos, buscan arrancar concesiones y reducir derechos". Frente a la ola de repudios, que incluyó a dirigentes de la oposición, el exsenador de 78 años relativizó el valor de sus palabras al admitir como “muy posible que yo también esté afectado psicológicamente” por la cuarentena.
“Es ridículo que piensen que el año que viene va a haber elecciones ¿Por qué va a haber elecciones?”, planteó Duhalde el lunes a la noche en América TV. Añadió que “entre 1930 y 1983 hubo 14 presidentes militares” y que “quien ignore que el militarismo se está poniendo nuevamente de pie en América no conoce lo que está pasando”. “Sabemos que Brasil es un gobierno democrático cívico-militar, sabemos lo que es Venezuela, lo que es Bolivia, sabemos que en Chile quedan como factor de poder los carabineros, como antes, y el ejército”, continuó. “No se puede seguir así, para que haya elecciones tienen que ser consensuadas (sic) y borrar estas cosas que no sirven para nada", dijo en referencia al proyecto de reforma judicial que debe tratar el Congreso. “No digo que Alberto Fernández vaya a sufrir un golpe”, relativizó luego, aunque insistió en que “Argentina corre el riesgo porque este es un desastre tan grande que no puede pasar nada bueno”. Vaticinó que la actual “es la más compleja de las presidencias” y que “se va a generar un clima peor al ‘que se vayan todos´" de 2001 "ya que puede terminar en una especie de guerra civil”.
La respuesta oficial
“Las Fuerzas Armadas están absolutamente integradas al sistema democrático”, destacó el ministro de Defensa, Agustín Rossi. Luego aseguró que "un golpe de Estado es un escenario absolutamente improbable”, escribió al destacar la subordinación de las fuerzas armadas. “Tengo trato diario con la realidad militar y es imposible que un escenario de estas características tenga lugar”, añadió. “Lamento las expresiones del expresidente. Constituyen comentarios fuera de época”, comunicó el general Juan Martín Paleo, jefe del estado mayor conjunto, quien reafirmó “el compromiso” de los uniformados con la Constitución. La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, reivindicó “la democracia y el Estado de Derecho” y destacó que “todas las instituciones del Estado que consolidamos desde 1983 están comprometidas con la promoción y el fortalecimiento de la Constitución".
El jefe de Gabinete calificó de “inapropiadas” las palabras de Duhalde aunque aseguró que le tiene “un gran respeto” y garantizó que “habrá PASO y elecciones” en 2021. “Sólo quieren condicionarnos, arrancar concesiones y reducir derechos”, fue más directa Vilma Ibarra e indició que “el Gobierno, junto a los argentinos, está firme y atento para impedir que achiquen nuestra democracia”, escribió en twitter. La ministra de gobierno bonaerense, Teresa García, consideró “un acto de provocación” y “de irresponsabilidad enorme” decir que no habrá elecciones. Duhalde “se sube a una situación que venimos sufriendo desde el gobierno nacional y provincial hace dos meses, con conductas destituyentes”, dijo la funcionaria del gobierno de Axel Kicillof a la revista La Tecla. “Cuando uno ve los dirigentes que convocaron a la marcha del 17, cuando ve las expresiones amenazantes de dirigentes como Patricia Bullrich o las de (Ernesto) Sanz, parece que Duhalde se quiere subir a ese tren”, agregó.
Las voces de la política
El Partido Justicialista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aseguró que "en la Argentina no hay lugar para estas expresiones en las que se busca golpear las puertas de los cuarteles para que se vuelva a alterar el orden democrático que tanto costó construir". El PJ de Capital consideró que "así sea que su intención no fuera convocar a las fuerzas armadas para evitar la continuidad del Gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Fernández de Kirchner, subestimar la capacidad de los medios hegemónicos de comunicación, que hace meses boicotean el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, que permitió salvar miles y miles de vidas en la Argentina, es cuanto menos irresponsable, sobre todo viniendo de un expresidente de la Nación y un exgobernador de la Provincia de Buenos Aires".
“Lo que dijo es de una enorme irresponsabilidad”, sostuvo el diputado Leopoldo Moreau, quien lamentó la actitud de quienes "no se resignan a que la derecha haya perdido la elección”. “Puede ser que Duhalde esté totalmente despistado sobre lo que es la Argentina de hoy”, reflexionó el radical, para quien "no hay lugar para un golpe”, aunque advirtió sobre los sectores que “creen que hay que generar desestabilización a partir de atarle las manos al Gobierno o la paradoja de que Juntos por el Cambio no quiere hacer funcionar el Parlamento”.
Eduardo Jozami, director de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, interpretó “los exabruptos como un desquite, un rechazo a todo un sistema político que no ha tenido en cuenta los servicios que tan generosamente él ofreció”. La senadora María de los Angeles Sacnun, del Frente de Todos, enmarcó las “lamentables” palabras de Duhalde en “las declaraciones desestabilizadoras de la presidenta del Pro y otros nostálgicos de dictaduras”. “El contexto: pretensión de suplir al Congreso por el estado deliberativo de 'autos de alta gama'”, recordó. Hugo Yasky, diputado y secretario de la CTA, consideró que las expresiones “son claramente una incitación al golpismo” y que el lomense “juega a favor de los intereses de los sectores poderosos de la Argentina”. Para el legislador porteño Leandro Santoro, en tanto, Duhalde “perdió los frenos”, aunque no consideró que “haya maldad” en sus dichos sino que reflejan “una falta de equilibrio personal”. El presidente del PJ, José Luis Gioja, consideró que las palabras de Duhalde "no responden a la realidad” y “no contribuyen en nada en la construcción de la confianza que necesita la Argentina”.
También la oposición
Desde la oposición, el diputado provincial cambiemita Daniel Lipovetzky consideró “muy graves” los dichos de Duhalde. En la Argentina no hay lugar para golpes de Estado. Si a algún iluminado antidemocrático se le ocurriera intentarlo, ahí estaremos defendiendo la democracia, las instituciones y la celebración de elecciones”, destacó.
El titular de la Coalición Cívica-ARI, Maximiliano Ferraro, calificó de “irresponsable, grave y repudiable” el episodio. “Entre todos los argentinos debemos estar unidos en la no violencia y defender el imperio de la Constitución, garantizar la República y la democracia”, escribió. El radical Mario Negri aludió tácitamente a las declaraciones de Duhalde al apuntar en twitter que “la Democracia, como forma de gobierno, no está en riesgo” y “nadie lo toleraría”. El exsenador y exembajador Jorge Yoma dijo que siente “enorme afecto y respeto” por Duhalde pero que espera que “asuma la estupidez que dijo y pida disculpas”.
Duhalde relativiza: "Llega un momento en que la psiquis no aguanta"
En su raid mediático, en un intento frustrado por frenar la ola de rechazos que generaron sus declaraciones, Duhalde osciló entra ratificar y relativizar sus dichos. “Es muy posible que yo también esté afectado psicológicamente”, admitió. “Es muy posible que mi comportamiento no esté diez puntos, que exagere, que mi único intento de unir a los argentinos me lleve a decir cosas (de las) que me tenga que arrepentir”, dijo a radio Mitre. En Crónica TV reconoció que “llega un momento en que la psiquis no aguanta y empieza a ver cosas que no existen” y recordó que ya durante su lejano gobierno en 2002 “vi un río en Olivos con pescaditos saltando”.