¿Quieres ser John Malkovich?

Spike Jonze

1999

Kaufman dijo que su primera película como guionista es una sitcom sin reidores. “La escribí mientras estaba esperando que me contratarán para una nueva temporada”. Entrenada en 1999, un año particularmente fértil para el cine, supuso la consagración de su director Spike Jonze, y de él como un autor a descubrir. Kaufman se las ingeniaba para mezclar a Kafka con el realismo sucio, la sitcom al estilo Seinfield con el relato surrealista que respiraba milenarismo, en donde un titiritero triste que trabaja en una oficina aún más triste descubre un portal que lo lleva a la mismísima cabeza del actor John Malkovich.

Confesiones de una mente peligrosa

George Clooney

2002

De las varias ofertas que recibió luego de la nominación al Oscar, estuvo ésta; trabajar en la ópera prima del actor George Clooney. Hacía tiempo que Kaufman estaba interesado en la vida de Chuck Barris, un productor de televisión de los años sesenta y setenta quien decía haber trabajado para la CIA y para el gobierno de Estados Unidos durante la Guerra Fría. Kaufman nunca estuvo orgulloso del resultado y tampoco acompañó el proceso del rodaje. Clooney no le dio ese espacio y decidió imprimir su propia mirada que después traduciría en su segunda película, Buenas noches, buena suerte. Si bien no es el trabajo más representativo del “universo Kaufman”, demuestra cómo maneja con maestría los elementos básicos de la narración clásica. Y a pesar de él mismo, el resultado fue una muy buena película.

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

Michel Gondy

2004

Al día de hoy, Kaufman recibe cartas de parejas en donde cuentan cómo esta película les salvó la relación. Dirigida por Michel Gondry, con un título extenso sacado de un poema de Alexander Pope, Eterno resplandor de una mente sin recuerdos supuso el pase al éxito de Kaufman: por un lado obtuvo un batacazo comercial sin precedentes en su carrera y por el otro ganó el Oscar después de dos dominaciones. Mezcla de Groundhog day con una premisa a lo Phillip Dick, volvió a la obsesión de su primer trabajo: insertar una cámara dentro de la mente. Pero en este caso la intención no era ser otro, sino dejar de ser quien uno es cuando está en pareja con otro.

Synecdoche, New York

Charlie Kaufman

2008

La mejor película de la década según el crítico Robert Egerts fue uno de los grandes fracasos. El debut como director de Kaufman costó veinte millones de dólares y apenas recaudó cuatro. Tuvo un paso fugaz por las salas de cine y nula repercusión mundial. Pero, con los años, y vista a la distancia, Synecdoche, New York se ha ganado el estatuto de obra maestra de culto, comparable con 2001 de Kubrick o El árbol de la vida de Terrence Malick. Esto es: una película adelantada a su tiempo, o mejor dicho fuera del tiempo. Kaufman inventa una Nueva York miniatura dentro de un galpón en donde hay un galpón que contiene a otra Nueva York miniatura hasta el infinito. Interpretada magistralmente por Philip Seymour Hoffmann, la película es una reflexión sobre el realismo, el paso del tiempo y los modos que tiene la ficción para acercarse a la verdad.