Durante el primer bimestre de 2017 se registraron en promedio más de una medida fuerza por día en la Ciudad de Buenos por reclamos laborales y sociales. Según un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en territorio porteño hubo 74 conflictos –cortes de rutas, concentraciones, paros con o sin movilización, tomas de espacios públicos, ollas populares o asambleas, entre otros– en los dos primeros meses del año, de los cuales 39 tuvieron lugar en enero y 35 en febrero. A esto se suman las 44 medidas hasta el 23 de marzo, que eleva el promedio a dos conflictos por día. “Al analizar las causas de la conflictividad, se observa que fueron las propias políticas de Cambiemos las que generaron las problemáticas laborales y sociales”, de acuerdo con el informe del CEPA. La mayoría de los reclamos fueron por los despidos en el sector privado. 

El Observatorio de Conflictividad Socio-Laboral del CEPA realiza un seguimiento de los conflictos laborales y sociales (no laborales) en el país y las “tendencias que se manifiestan a este respecto, dentro del marco de las transformaciones socio-económicas en la actual coyuntura”. En el quinto informe se focalizó sólo en la Ciudad de Buenos Aires desde inicio de año hasta el 23 de marzo. Sobre el total de conflictos, los laborales no cesaron durante las vacaciones sino que “se sostuvieron en el centro de la escena, representados en los despidos sistemáticos acaecidos dentro del sector privado, y en el sector público, a la sostenida negativa del Gobierno en cuanto a la reapertura de paritarias docentes y vigencia de la paritaria nacional”.

“Las protestas durante enero, febrero y marzo dieron un salto cualitativo en cuanto a la concentración de los motivos y a los actores sociales protagonistas”, advierte el CEPA. Las principales estrategias en el período fueron la movilización y concentración, con el 33,9 por ciento de los casos, seguido por los cortes de calle o ruta (21,1), estado de alerta y movilización permanente (14,4) y el paro con movilización (10,2%). Con menos relevancia se produjeron paros sin movilización (5,9 por ciento), toma de espacios públicos o privados (4,2) y ollas populares (1,7), según señala el informe del Observatorio. De los 118 conflictos que tuvieron lugar entre el 1 de enero y el 23 de marzo, el 70 por ciento correspondió a ámbito laboral y el resto al social.

Las políticas económicas estuvieron en el centro de las discusiones que forzaron a las medidas de fuerza. El 27,3 por ciento de las protestas  estuvieron relacionados con reclamos por despidos, 16,9 por ciento relacionados con readecuación salarial e incumplimiento de acuerdos, 6,5 se vincularon con conflictos por condiciones de trabajo y casi 4 con atrasos en los pagos. A esto se debe adicionar 7,8 por ciento de medidas relacionadas directamente con el cuestionamiento a las políticas de ajuste implementadas por Cambiemos y 13 por ciento con reclamos por el aumento de las tarifas de servicios públicos.

Esta mayor concentración de las protestas laborales es clara consecuencia de la política de destrucción del empleo y la caída del poder adquisitivo de los trabajadores que se produjo durante 2016 y que fue profundizada en los últimos meses de ese mismo año tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el resto del país. El informe señala además que se reparten casi por partes iguales la cantidad de protestas por ámbito privado y público (52 y 48 por ciento respectivamente). Se acumularon hasta al 23 de marzo un total de 50 casos de conflictos del sector público, a los que se sumaron 54 protestas en la esfera de la actividad privada. El resto corresponde a reclamos de índole social.