“Siento una alegría enorme, una felicidad muy profunda”, señaló a Página/12 Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Las voces de quienes desde hace años militan por los derechos de las personas travestis y trans se multiplican desde este viernes a la madrugada, cuando a las cero de la madrugada el Gobierno nacional publicó en el Boletín Oficial el decreto 721/2020, que establece el 1 por ciento de representación trans, travesti y transgénero en el sector público nacional. “Estamos tan acostumbrades a las malas noticias, que todavía no puedo creer que el sueño de Diana esté siendo una realidad”, afirmó Say Sacayán, hermano de Diana Sacayán, quien impulsó el reclamo por el cupo laboral trans. 

El decreto aplica a toda la administración pública nacional, que según el artículo 8 de la Ley 24.156 incluye a la administración central y los organismos descentralizados, la Jefatura de Gabinete, los distintos Ministerios, y a todas las empresas y sociedades del Estado, así como a los entes públicos que dependen del Estado nacional. "En junio, durante una reunión, hablamos con el Presidente de que, más allá de lo que suceda con los proyectos de Ley, le parecía bien crear un cupo en la administración publica nacional", relató a Página/12 Elizabeth Gómez Acorta, la ministra de Mujeres, Género y Diversidad. “Significa un compromiso profundo, una dimensión nueva que va a cambiar la expectativa de vida en la población travesti y trans y a romper con la cadena de expulsión que nos ha tocado recorrer a muchas de nosotras”, advirtió Rueda y detalló que esa cadena “abarca desde la falta de oportunidades hasta los malos tratos, el mal pago, la discriminación o la expulsión de los espacios de trabajo”.

Alba Rueda comenzó a trabajar en el Inadi en 2006, cuando todavía faltaban seis años para la sanción de la Ley de Identidad de Género, y allí tuvo que luchar para que le sea reconocida su identidad autopercibida en el recibo de sueldo. Con la creación del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad asumió como subsecretaria de Políticas de Diversidad. “Poder acceder al trabajo formal implica tener derechos, un sueldo, una obra social, vacaciones, cosas que en la vida miles de personas trans no hemos tenido. Es un cambio sustantivo en la sociedad, reconocer que existe una desigualdad estructural que hay que transformar”, explicó Rueda.

Uno de los ejes más novedosos del proyecto es que contempla no sólo el acceso a puestos de trabajo, sino la posibilidad de continuar, en paralelo con el trabajo, la formación educativa obligatoria o bien otras capacitaciones que apunten a cumplir con los requisitos del puesto. “Es imposible levantarse a estudiar si estuviste toda la noche trabajando y expuesta a situaciones de violencia. Diana entendía esto y por eso luchaba por el empleo, porque el trabajo modifica todos los aspectos de una vida. Te convierte en ciudadana o ciudadano”, señaló a Página/12 Say Sacayán y remarcó que “el acompañamiento psicológico, los espacios de expresión, la cuestión de la educación y la flexibilidad de la idoneidad es fundamental al momento de ingresar a un trabajo”. 

Para él es central que figure la palabra "cupo" porque así lo nombró su hermana, Diana Sacayán, impulsora del reclamo por la inclusión laboral para la población travesti y trans. En la provincia de Buenos Aires la norma que establece el cupo, vigente desde 2015, lleva el nombre de Diana como homenaje de su militancia. “Hay algo histórico que no tiene reparo, que son las que ya no están. Ahora estamos hablando de construir una vida vivible para quienes existimos, y también para las generaciones del futuro”, señaló Sacayán.

El Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, encargado de la reglamentación del decreto, llevará un registro de los puestos de trabajo vacantes, las ofertas disponibles y la cantidad de cargos cubiertos en el marco de la normativa. Además, abrirá un "Registro de Personas Travestis, Transexuales y/o Transgénero" aspirantes a los puestos de trabajo, que será voluntario y no será requisito para el ingreso a ningún empleo. 

El cupo laboral es el paso que le seguía a la Ley de Identidad de Género. Es una forma de reparación hacia un colectivo que lleva muchos años de lucha esperando una respuesta política”, señaló Gabriela Estévez, diputada del bloque Frente de Todos y autora de uno de los proyectos de Ley que están en debate en el Congreso Nacional, y agregó que “el decreto adelanta los tiempos, ahora hay que tejer un solo cuerpo legal que contemple todos los derechos”.

Próximo paso: que el cupo sea Ley

“Esperamos que se apruebe una ley, para que se garantice una protección sustancial y se incluya a todos los poderes del Estado”, aclaró Rueda. En la comisión de Mujeres y Géneros de la Cámara de Diputados hay 12 proyectos en debate, que apuntan a garantizar la inclusión laboral de la población travesti y trans. “Hay un abanico de proyectos que abarcan las distintas dimensiones, ahora el trabajo es unificar y debatir si se trabaja en un paquete de leyes o en una sola”, explicó a este diario Mónica Macha, quien preside la comisión, y advirtió que “el decreto asegura que el cupo ya se empiece a implementar. Lo que sigue, la ley, es para darle estabilidad a esta política”.

Los ejes que se agregan en los proyectos de ley que debaten en Diputados, complementarios al decreto, tienen que ver con el fomento del cupo en el ámbito privado, la inclusión de las provincias --algunas, como Chubut, Río Negro, Chaco y Santa Fe, ya tienen su propia normativa-- y la ampliación a los poderes judiciales y legislativos. En la Cámara de Diputados, el 26 de agosto se aprobó el Programa de Empleo, Formación y Desarrollo para Personas Travestis y Trans, que apunta a la inclusión laboral de esta población, aunque no establece un cupo determinado.

“Las voluntades políticas parciales son fundamentales para quienes están en cada municipio, en cada provincia, pero necesitamos que haya una instancia para que, quien no ha pensado en estas políticas, comience a incorporarlas”, señaló Macha. 

Informe: Lorena Bermejo