Los incendios forestales en el estado de California, Estados Unidos, no cesan y ya quemaron más de 35.000 hectáreas. Distintos focos se replican en varios puntos de la región, y constituyen la segunda gran oleada del año y el más grande de la historia del estado.

 El pronóstico no es bueno, con temperaturas muy superiores a las habituales, por lo que el peligro de que las llamas se expandan por todo el territorio californiano es alto.

A diferencia de la primera oleada, cuando los fuegos se concentraron en el norte del estado, esta vez la peor parte se la están llevando el centro y el sur, con dos grandes fuegos que queman los alrededores de Los Ángeles y San Diego, y un tercero declarado en la Sierra Nevada.

Este último es el que más rápido se extendió: calcinó dos docenas de casas en el pequeño pueblo de Big Creek y obligó a evacuar por completo a la población de Auberry, de 2.500 habitantes.

Desde que se inició el viernes pasado, el fuego de Creek -como fue bautizado por el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire)- ya quemó 32.000 hectáreas y las diez dotaciones de bomberos que trabajan en el lugar aún no lograron ningún avance en las tareas de contención.

En paralelo, otro incendio en el condado de San Bernardino, en las inmediaciones de Los Ángeles, que se inició el sábado por la mañana a causa de un “aparato pirotécnico” usado en una fiesta, arrasó 3000 hectáreas.

El tercer gran incendio de este fin de semana arde también desde el sábado en una zona de vegetación al este de San Diego, cerca de la frontera con México, y ya afectó más de 4000 hectáreas.

Las llamas se están propagando con gran facilidad a causa de la sequedad del terreno -muchas partes de California llevan meses sin haber recibido casi agua de lluvia- y las temperaturas extremas, que se están viviendo por la ola de calor, que en algunos casos están superando los 40 grados.

Probables cortes de electricidad 

El intenso calor también llevó a que el principal proveedor de energía eléctrica del estado, Pacific Gas and Electric (PG&E) anunciara que podría tener que recurrir a cortes planificados del servicio para evitar que el sistema se sobrecargue, y como medida de prevención contra eventuales posibles fuegos.

Esta nueva oleada de incendios se suma a la declarada el fin de semana del 15 y 16 de agosto pasado, cuando se produjo en gran parte del estado una tormenta eléctrica en la que cayeron 10.800 rayos, pero apenas lluvia, lo que unido a una ola de calor y a la sequedad del terreno, propició que se iniciasen miles de fuegos.

California reportó más de 890.000 hectáreas quemadas en incendios forestales en lo que va del año, un récord anual, con casi cuatro meses de temporada de incendios aún por delante. En los primeros ocho meses del año 8 personas murieron y más de 3000 estructuras fueron destruidas.

Estados cercanos, como Oregon y Washington, también reportaron incendios en los últimos días. En tanto, el Servicio Meteorológico Nacional advirtió que “una gran parte del oeste de Estados Unidos experimentará otro día de condiciones climáticas críticas”.