Pluralismo, solidaridad social, respeto por la diferencia, cultura del trabajo, ética de la responsabilidad y honestidad en el ejercicio de la actividad pública, libertad de expresión, participación ciudadana, mirada latinoamericanista, federalismo, defensa de los derechos de la mujer y las minorías, memoria histórica, fomento a la creación artística y compromiso con las infancias. Esos son algunos de los principios que rigen el espíritu de los Premios Democracia, impulsados por el Grupo Octubre –a cargo de Víctor Santa María, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Edificios de Renta y Propiedad Horizontal–, y coordinados por Lucía Capozzo y María Seoane, quien preside el Centro Cultural Caras y Caretas.

Este año será la 12º edición y el público tendrá tiempo para votar por sus candidatos hasta el 30 de septiembre. “Hoy nuestra democracia atraviesa el curso de dos pandemias: por un lado la Covid-19, que tiene arrinconada a la humanidad con la acechanza del contagio, la enfermedad y la muerte; por otro, el neoliberalismo rampante de los últimos años que dejó una economía argentina saqueada con profundas fracturas sociales y políticas. La democracia estuvo entre paréntesis y eso se ve en muchos niveles, sobre todo en el ámbito de la justicia y en las condiciones materiales de nuestro pueblo”, explica Seoane en diálogo con Página/12.

Los Premios Democracia tuvieron su origen en 2009, cuando se celebraron los 25 años de vida democrática ininterrumpida en la Argentina. Se entregan anualmente, otorgan distinciones en múltiples disciplinas y se rigen por un sistema de postas en el que los premiados de cada año se convierten en jurados de la siguiente edición. Lucía Capozzo, coordinadora de los Premios, explica: “Se premian valores, más allá de la excelencia en cada rubro. Si un deportista se destaca o un escritor tiene condiciones excepcionales, lo que se privilegia es cuánto del mensaje de cada persona o institución mantiene un vivo compromiso con la democracia. Es el sentido profundo del premio. Este año, por razones que todos conocemos, la entrega seguramente será virtual”.

Derechos humanos y sociedad, educación, ciencia y tecnología, pensamiento, literatura, teatro, música, cine y TV, periodismo y deportes son las categorías para las cuales se eligen las ternas, que pueden estar conformadas por personas físicas, asociaciones, organismos o instituciones. “Este año por supuesto hay héroes que son muy importantes y tienen que ver con el cuidado de la salud de los argentinos, así que seguramente va a haber premios de honor para la ciencia argentina porque es uno de nuestros orgullos”, destaca Seoane.

En esta edición, el jurado que tiene como presidenta honoraria a Estela de Carlotto estará integrado por el Grupo Ciencia y Tecnología Argentina, la actriz Nancy Dupláa, la agrupación Historias Desobedientes, el Bachillerato Trans Mocha Celis, la escritora Gabriela Cabezón Cámara, la antropóloga Rita Segato, la periodista Ángela Lerena, Futurock y El Excéntrico de la 18º, espacio teatral fundado por Cristina Banegas. “Para nosotros la democracia no es solamente un premio sino un conjunto de valores que creemos que están siempre en peligro cuando existe una ofensiva neoliberal tan pertinaz a través del lawfare, que deforma la vida de los ciudadanos y su derecho a estar informados y a una justicia proba e independiente. Los Premios vienen a recordar que la democracia es el compromiso de que nunca más sea nunca más, en todos los sentidos”, subraya Seoane.

Rita Segato está entre quienes decidirán. (Foto: Secom UnB)

Recientemente varios artistas, espacios y trabajadores de la cultura lanzaron una campaña de firmas para acompañar el proyecto de ley de Aporte Solidario y Extraordinario de las Grandes Fortunas, elaborado por los diputados Carlos Heller y Máximo Kirchner. La directora del Caras y Caretas señala que “es necesario acompañar todas las buenas decisiones del gobierno de los argentinos en lo que respecta al cuidado de los valores democráticos y a la salud de nuestra población. No puede haber defensa de la democracia si no hay equidad social; por lo tanto, muchos de los que coordinamos anualmente este premio vamos a comprometernos a fondo para que la cultura sea un pilar en la defensa de la democracia y participe en todas las transformaciones que se necesiten. Exigir este aporte de las grandes fortunas es exigir que se cumpla con los principios de igualdad necesarios para la democracia”.

Los candidatos son seleccionados por el comité directivo del Centro Cultural Caras y Caretas y por los jurados de cada rubro, pero la decisión final queda en manos del público, que podrá chequear las ternas y votar a través de la web (https://premiosdemocracia.org.ar/). Este año es particular por muchas razones, pero en un contexto en el que Eduardo Duhalde es capaz de advertir sobre un golpe de Estado en la TV, los miembros de Juntos por el Cambio protestan contra la reforma judicial y desde diversos sectores se promueven las marchas anticuarentena con el objetivo del desgaste institucional, parece necesario reforzar los principios democráticos que sustentan estos Premios.

Otro de los rasgos destacables es su perspectiva latinoamericanista, pluralista e inclusiva: cada año se entregan menciones especiales a distintos referentes de Argentina y Latinoamérica (Lula Da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, Michelle Bachelet, Silvio Rodríguez, Calle 13 o la murga Falta y Resto son algunos de los antecedentes), como así también reconocimientos a la trayectoria de personas y colectivos que representan la diversidad de miradas, la lucha por la igualdad, la defensa de los derechos de las minorías y múltiples expresiones de la cultura popular. “No sólo premiamos la calidad intelectual de los nominados sino también el compromiso democrático. Por eso la igualdad social es uno de nuestros grandes pilares. En un poema Miguel Hernández decía ‘Menos tu vientre, todo es oscuro’; sin equidad, la democracia es oscura”, concluye Seoane.

Informe: Laura Gómez