A pesar de que éste será el Día de la Primavera más extraño que haya experimentado, La Bomba de Tiempo no romperá con su tradición de celebrarlo. Al punto de que sus integrantes se reencontrarán por primera vez hoy, desde que comenzó la cuarentena, para debutar en streaming en el patio de la Ciudad Cultural Konex. “Va a ser un ‘Lunes Bomba’, aunque con un show más corto, sin público, y con barbijos. Si bien la modalidad será rara, nos veremos luego de mucho tiempo. Será un encuentro muy esperado”, adelanta Alejandro Oliva, fundador y codirector de la orquesta de tambores, sobre un show pago que se transmitirá, a partir de las 19 hs, por la página del predio ubicado en la zona del Abasto. A lo que el otro director del proyecto creado hace 14 años, Richard Nant, agrega: “Hubo varios factores que coincidieron para que decidiéramos hacer este streaming. Todos los años tenemos la costumbre de salir al patio del Konex durante el Día de la Primavera, y esta vez se dio el caso de que cayó un lunes. De alguna manera, teníamos que volver a tocar. Hay que hacer las cosas ahora”.

-¿Se trata de la vuelta al ruedo de La Bomba de Tiempo?

Alejandro Oliva: -Si esto funciona, haremos otro. No hay más perspectiva que ésa.

Richard Nant: -La Bomba de Tiempo no tiene modelos a seguir. Siempre nos reinventamos y surcamos nuestro propio camino. Generó lo que generó porque nos trasciende. Esto no es un grupo, sino un fenómeno. Nos tiraremos a la pileta, y veremos qué pasa luego.

Pocos días después de que se estableciera la cuarentena, La Bomba de Tiempo sufrió la pérdida de uno de sus integrantes. Quizá el que mejor podía sintetizar la naturaleza rítmica y multirracial del laboratorio percusivo: el senegalés Cheikh Gueye, quien no murió por coronavirus, sino a causa de un tumor. Por lo que será una muy buena oportunidad para despedirlo. “No tuvimos la posibilidad de duelarlo, y eso no deja de ser impactante”, explica Oliva. “Me parece que será un momento propicio para homenajearlo, para compartir esa sensación de pérdida y también para festejarlo. La palabra favorita de Cheikh era ‘disfrutar’. Aunque su instrumento estará ahí, su lugar será ocupado por otro músico. Estuvo 14 años con nosotros. Así que veremos que nos pasa cuando llegue ese instante”. En tanto que Nant completa: “Se fue como se tenía que ir. No te lo imaginás atravesando una enfermedad en un hospital. Para mí, por lo menos, él está de gira. Nunca lo llegamos a conocer del todo. Era un misterio. Fue la primera vez que conocí a alguien que era realmente de otra cultura”.

-Si bien uno de los mayores atractivos de su performance es su interacción con el público, ¿ya tienen alguna idea de como será esta vez?

A.O.: -Está la opción del chat. Vamos a tratar de interactuar con el público porque es fundamental para nosotros. Es un agregado interesante del streaming. Tuve la posibilidad de ver el que hizo Pedro Aznar en su casa. Tocaba, y cada tanto paraba para hablar con la gente. Era un momento muy íntimo. Estamos investigando de vuelta, como fue la Bomba en sus inicios. Comenzamos como un grupo de improvisación de señas, por lo que pensamos que esto iba a durar un mes. Y fue una sorpresa todo. Seguimos teniendo ese espíritu.

-Al igual que sucedía todos los lunes, en esta propuesta pandémica la figura del invitado se mantiene. Aunque en este caso se trata de un artista joven. ¿Por qué decidieron invitar a Mateo Sujatovich?

A.O.: -En una charla con Richard, me contó que había escuchado a un pibe que era hijo de Leo Sujatovich (Spinetta Jade), y que su proyecto, Conociendo Rusia, estaba buenísimo. Le comenté que lo conocí a través de mi hijo (Oliva es padre del rapero Wos). Le escribí a la mánager, y al toque me contacté con él. Me dijo que cuando tenía 15 o 16 años iba con sus amigos a la Bomba, y que era una alegría para él tocar con nosotros. Nos gusta tener contacto con las nuevas generaciones, porque tienen otro chip y otra frescura. Poder linkear con ellos es un camino que está buenísimo.

-El invitado también podría haber sido Wos…

A.O.: -Me parece que no era el momento para invitar a Valentín porque está con muchas cosas. Hace poquito compartimos el Luna Park con él, y me pareció que estaba bien eso. Pero, ciertamente, es parte de esa camada.

-Más allá de sus defectos técnicos, el streaming es una buena oportunidad para trascender hacia otros países. ¿Lo creen así?

A.O.: -Doy clases de bombo legüero para gente de Ecuador, Costa Rica y Chile, y eso era impensado hace un año. Empiezan a aparecer estas cosas específicas en este nuevo modo. De hecho, estamos intentando llegar a la gente que nos vio en vivo en nuestras giras fuera de Argentina.

-¿Qué estuvieron haciendo en estos meses en los que La Bomba de Tiempo se encontraba parada?

R. N.: -Si bien lo primordial para nosotros es tocar, todos nosotros seguimos dando clases. Además, aproveché el tiempo para ver muchos documentales de música.

A.O.: -Aceite de Oliva es mi taller, y lo hago por Zoom. Funcionó bastante bien en todo este tiempo. Al principio pareció raro porque no se puede tocar en grupo. Pero me pasó que las pibas y los pibes estaban agradecidos de seguir. Creo que también era necesario para ellos tener esta experiencia, por lo menos, una vez a la semana. Y además de eso respeté un poco la decisión planetaria, y desarrollé una de mis nuevas pasiones, como lo es la astrología.

-Aprovechando que ahora también sos un experto en la astrología, ¿averiguaste cómo sigue esto?

-Me formé en una escuela llamada Casa XI, que es un tipo de astrología humanista. No es una astrología predictiva. La astrología no sirve para predecir, porque en realidad no tiene que ver con eso. Lo que pasa es que, lamentablemente, se ha venido difundiendo un imaginario que es atractivo para los que quieren saber qué sucederá. Pero es realmente imposible.