A Mar del Plata la desesperan dos cosas: saber cómo y cuándo arranca la temporada. Y que octubre –el primer termómetro del verano – siga sin traer respuestas no solo inquieta a empresarios y comerciantes sino al intendente Guillermo Montenegro, que necesita del turismo para recomponer una economía vapuleada por la pandemia.

En la ciudad detallan que el diálogo con Nación y el gobierno provincial es “permanente”, pero reclaman “decisiones inmediatas”. “Vamos a trabajar sobre lo que ellos decidan pero la única diferencia es que queremos que decidan ya porque necesitamos reactivar ya”, insiste el titular del Ente Municipal de Turismo, Federico Scremin, al dar cuenta de que la actividad turística todavía está prohibida por decreto presidencial.

La gestión de Axel Kicillof alienta los esfuerzos por reducir el número diario de contagios de cara a la temporada, mientras el Municipio busca impulsar gestiones para revertir cuanto antes la desocupación récord del 26 por ciento. “No solo somos turismo en enero y febrero y aún si fuera así, tampoco se puede planificar de un día para el otro”, apunta el funcionario.

Una de las certezas que pueden adelantarse es que los turistas que elijan Mar del Plata no tendrán que hacerse hisopados. La medida que en agosto se escuchó en boca del intendente quedó descartada por su “inviabilidad operativa”. La provincia busca aplicar un sistema único para todos los distritos de la Costa.

El requisito que sí está confirmado para el ingreso es el certificado de circulación que tramitará cada veraneante a través de una “aplicación única” que se lanzará en el corto plazo. Se trata de una iniciativa similar a lo que fue CuidAR al comienzo de la cuarentena, según graficaron a Página/12 fuentes del Ministerio de Producción bonaerense.

Otra de las certezas es que habrá que regular la cantidad de visitantes: Mar del Plata tendrá que restringir al 50 por ciento el ingreso habitual de turistas. Con ello se busca evitar la aglomeración de personas, una de las obsesiones de Kicillof por el riesgo de contagio. Para lograr ese objetivo, se evalúan medidas como “ampliar” la temporada y autorizar el turismo en dos etapas: en la primera se movilizarían los propietarios no residentes y en la segunda el resto de los veraneantes, según explicaron las mismas fuentes provinciales.

No se sabe qué pasará con los vuelos y los colectivos, pero sí que Nación aumentará de dos a cinco las frecuencias diarias de trenes entre Plaza Constitución y Mar del Plata e incorporará al servicio “coches movileros” para que los pasajeros puedan llevar sus autos en las mismas unidades. El tiempo del viaje se calcula en cinco horas y treinta seis minutos. Trenes Argentinos aseguró a este medio que las tarifas no sufrirán aumentos, por lo que los pasajes (de ida) se mantendrían en $660 en primera y $795 en pullman.

Playas y alquileres: precios y protocolos en discusión

Desde septiembre los balnearios esperan que la provincia apruebe su protocolo para llevar “previsibilidad” a los potenciales clientes, que se animaron a hacer consultas pero estuvieron más “cautelosos” a la hora de reservar, asegura Nicolás Parato, concesionario del Torreón del Monje.

El protocolo restringe la ocupación de carpas a seis personas y en las sombrillas a cuatro. Todos deberán respetar un distanciamiento de al menos cuatro metros. A los turistas no se les exigirá tapabocas en esos espacios pero sí en las “zonas comunes”, como los vestuarios y baños que se limitan al 50 por ciento de su capacidad. También habrá un sector de aislamiento para casos sospechosos de coronavirus y se incorporará más personal para garantizar controles “exhaustivos” en los ingresos.

En el sector están expectantes por la repercusión de “Previaje”, la preventa turística que el Gobierno nacional lanzó el jueves pasado y ofrece reintegros de hasta el 50 por ciento, y esperan incremento en las reservas. Si bien la cámara de empresarios no consensuó valores, Parato asegura que la temporada completa de carpas puede costar hasta $100 mil y la de sombrilla hasta $80 mil mientras que concesionarios de Punta Mogotes aseguran que la tarifa puede partir desde los $65 mil.

Con el protocolo para la playa pública, en tanto, habría novedades en la próxima semana, adelantó el titular del Ente de Turismo tras una reunión que mantuvod días atrás con la subsecretaria provincial del área, Ianina Bak.

Los martilleros también aguardan por el aval de su protocolo. En el expediente que se elevó hace más de diez días se pone el foco en la desinfección con bombas de ozono y otros sistemas: por eso, entre los cambios de locación de departamentos y chalets se exige un “día libre” para sanitizar.

Respecto de las subas en el precio de los alquileres, Miguel Ángel Donsini, presidente del Colegio de Martilleros, afirma que estarán en línea con la inflación y que no superarán el “30 o 35 por ciento” al tiempo que descarta un impacto por los movimientos del dólar. “No hay incidencia porque es mayor el problema del Covid-19”, sintetiza.

“Seguros Covid”, la nueva moda

Tanto martilleros como hoteleros definen opciones para amortiguar gastos frente a complicaciones de salud ligadas a la pandemia. En el caso de los hoteles, el “seguro Covid” se incluiría sin costo al huésped y contemplaría la atención médica del eventual infectado. También cubriría extensiones de estadía y los costos del traslado del paciente y su familia. “Estamos definiendo cotizaciones con las compañías para ofrecerlo”, afirma Eduardo Palena, responsable del hotel SPA República.

Los hoteleros ya tienen protocolo homologado: entre otras cosas, se insiste con el distanciamiento, la desinfección y el uso de máscaras o tapabocas; se promueven los sistemas de pagos digitales check-in y check-out; y se evita cualquier contacto entre el personal y los visitantes, por lo que no habrá servicio de cadetes.

“Nosotros brindamos un desayuno buffet pero asistido: es decir que la mesa donde están los alimentos tendrá una mampara para que el huésped elija lo que quiere comer y después un camarero se lo ponga en un plato y se lo entregue”, ejemplifica el vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica.

Comida al aire libre y a precios “muy competitivos”

El uso del espacio público y el buen clima son las grandes apuestas para la gastronomía, otro de los rubros con protocolo aprobado por Nación desde agosto. Por esta fecha, persisten las gestiones para readecuar calles y veredas en favor de los comercios.

“Queremos multiplicar los espacios delante de los restaurantes y que se puedan poner dársenas en las zonas de estacionamiento de las calles para ocuparlas con lugares de atención al aire libre. Esto daría mayor tranquilidad al comensal”, dice Daniel Sufredini, de Montecatini, un clásico de Mar del Plata.

El empresario reconoce que “se han disparado mucho los costos” de los insumos en los últimos meses pero asegura que habrá “precios accesibles”. “Los precios no van a ser un impedimento pero es una realidad que la crisis afecta a todos. Es probable que la gente cuide más el gasto en las vacaciones”, analiza.

En Rabona, que se caracteriza por su pizza italiana y la cerveza artesanal, comparten la mirada y advierten que las listas de precios de los proveedores reflejan “fuertes subas” pero igual prometen “ofertas muy competitivas” en la carta. “Es importante que haya precios acordes al bolsillo”, considera Fernando Galarregui, responsable de la firma.

El representante del local que apuesta por un público más joven asegura que una persona podrá disfrutar una napolitana tradicional con un vaso de cerveza por $250. “Nos vamos a enfocar en la atención al aire libre, desde la vereda, la terraza y los decks, según cada local. Tenemos espacios adecuados para cumplir con cada medida sanitaria”, destaca.