El diputado provincial Gustavo Orozco podría afrontar un segundo juicio si prospera el pedido de la fiscal de Derechos Humanos Verónica Simesen de Bielke, en la causa que se le sigue por un hecho denunciado en 2015 en el que se lo acusa de vejaciones agravadas por el uso de la violencia, en calidad de coautor con otras dos personas.

En ese momento Orozco se desempañaba como policía, al igual que los otros dos acusados, Rubén Darío Medina y Denis Orlando Coronel, también involucrados en la otra causa contra Orozco por una serie de hechos de violencia y cuyo juicio estaría próximo a iniciarse.

La fiscal consideró que cuenta con elementos de convicción suficientes para el ejercicio de la acción penal y al pedir la elevación a juicio, solicitó que se tenga por ofrecida la prueba, sin perjuicio de ampliarla en la etapa procesal oportuna.

Según consta en la investigación, las actuaciones se iniciaron a partir de la denuncia radicada por un vecino en la Fiscalía Penal de Rosario de la Frontera, “debido a una agresión física por parte del oficial Orozco y personal de la Brigada de Investigaciones de Rosario de la Frontera”.

Luego, se recibió declaración testimonial en la Fiscalía de Derechos Humanos (Metán), donde la víctima manifestó que el 3 de febrero de 2015, se encontraba en el Complejo Deportivo Municipal de La Candelaria, donde asistió a un festival junto a dos hermanas y amigas de ellas y allí se encontró con amigos.

Se retiraron antes de que terminara el festival, para abastecerse de comida y bebidas y luego dirigirse a la finca de su padre. Compraron en unos puestos frente al Festival y cuando estaban por retirarse, se acercó un hombre de civil, que preguntó a uno de los amigos “en qué había venido, y con quién, y si lo podía acompañar”.

Intentaron detener al amigo y cuando el denunciante se acercó para preguntar el motivo, recibió un golpe de puño en la cara. Declaró que en la camioneta de la policía estaban Orozco y dos personas más de civil y que al recibir la piña, terminó en el piso.

Antes, dijo que por la caída “sin querer, arrojó el vaso de cerveza en el pantalón al tal Orozco”, tras eso el denunciante contó que lo levantaron del cuello y lo subieron al móvil. En el trayecto a la Comisaría de la Candelaria, denunció que viajó en el asiento trasero con dos policías: uno de ellos lo ahorcaba y el segundo, le iba pegando con golpes de puño en las costillas.

En la Comisaría, según la narración, no le pidieron datos ni lo ingresaron como demorado y en cambio, lo llevaron a un descampado contiguo y le dijeron que estaba con custodia. Cuando el amigo fue a hacer la denuncia sobre los hechos (con respecto a lo que pasó en el Festival), llegó Orozco al descampado y le cuestionó “por qué se había acercado al lugar donde estaba el personal policial”. El denunciante le pidió perdón y Orozco le dijo “porque te metés, en éstas cosas no tenés que andar”. Luego llegó una hermana y todos se retiraron. Al día siguiente, su padre radicó una denuncia.

En la declaración testimonial, distintos testigos sumaron que al móvil policial que trasladó al denunciante lo siguieron dos bicipolicías, quienes vieron todo lo sucedido.

El pedido de elevación a juicio reunió distintos informes y declaraciones testimoniales, entre las cuales mencionan la presencia de “la camioneta de la Brigada”; fotografías de las lesiones; certificado médico que confirmó “inflamación en región maxilar inferior derecho, y hematoma derecho en cavidad bucal” del denunciante; y copias del Libro de guardia, perteneciente a la Brigada de Investigaciones N° 3.

Dijo la fiscal que el accionar de los acusados excedió los límites impuestos por la Ley N° 7742, pues las lesiones constatadas permiten sostener que su conducta afectó el umbral mínimo requerido, es decir, la afectación de los derechos del sujeto pasivo, que recayó en la concreta conculcación de su dignidad y la integridad personal. 

Además señaló que, “el sufrimiento infligido, configuró un trato denigratorio e humillante, físico y verbal, que tuvo por fin mortificar a la víctima produciendo un ataque a su dignidad que merecía como persona y con el que espera sea tratado”.

Otro juicio por vejaciones y violencia

Hace poco más de 10 días, la Corte de Justicia devolvió al Juzgado de Garantías del Distrito Judicial del Sur, Circunscripción Anta, a cargo del juez Héctor Guzmán, el expediente para que avance con el juicio contra el ex policía y actual legislador por vejaciones agravadas por el uso de la violencia, severidades, torturas, privación ilegítima de la libertad y apremios ilegales.

Originalmente la fecha de inicio del juicio iba a ser en marzo pero por la pandemia y una serie de excusaciones y recusaciones no llegaba a concretarse. Solo la intervención de la Corte de Justicia deshaciendo el laberinto judicial en el que había entrado la causa permitió su continuidad.

Esta causa involucra además del diputado provincial a los policías Víctor Orellana, Andrés Fernando Suárez, Javier Sebastián Reynoso, Denis Arnaldo Coronel, Rubén Darío Medina, Andrea Alejandra Díaz, Víctor Alejandro Luna y Dardo Ezequiel Pérez y la policía Andrea Alejandra Díaz por "vejaciones agravadas por el uso de la violencia, severidades, torturas, privación ilegítima de la libertad y apremios ilegales”.

Orozco permanentemente reivindica su pasado como policía y ahora es uno de los impulsores de que lleven pistolas Taser los uniformados. Sus intervenciones en las sesiones generalmente son de carácter confrontativo y hace poco llegó a decir que los problemas actuales actuales del país y la provincia son culpa de los montoneros.

Trascendió que finalmente la Cámara de Diputados recibió la notificación oficial sobre el proceso legal que atraviesa Orzco y a partir de ahí ya puede ejercer acciones al respecto. El legislador de Rosario de la Frontera ya adelantó que si comienza el juicio pedirá licencia a su banca.