Una docente universitaria ayuda a su hijo con la tarea mientras plancha, cocina, amamanta a su otro niño y sostiene el teléfono entre hombro y cuello para detallarle a una compañera cómo las seguirá devorando el colapso en este aislamiento social. “Pero escuchame, ¿no les pagan a lxs docentes ad honorem y nos van a pagar a nosotrxs el wifi, o las suplencias a lxs docentes que están detonadxs?”, le insiste, segundos antes de mirar a cámara y anunciar que lxs docentes de 57 universidades nacionales realizaron un paro de 48 horas, con apagón y desconexión virtual, “porque esto no da para más”. Sin cláusula gatillo y a tres meses de vencidas sus paritarias, la performance de la Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD) para visibilizar el reclamo frente al Ministerio de Educación, expuso el agravamiento de las condiciones de trabajo en el contexto de la pandemia. “No a la precarización”, fue consigna central. Conadu, Conadu Histórica y Fagdut impulsaron las acciones frente a la ausencia de respuesta al pedido de una recomposición salarial que equipare la inflación de este año, y porque sostienen que no se respeta su Convenio Colectivo de Trabajo. “Además, todos los gastos surgidos de la virtualidad recaen sobre los bolsillos docentes”, alertaron en un comunicado. La secretaria general de la AGD, Ileana Celotto, denunció que “sufrimos el agravamiento de las condiciones de trabajo de las y los docentes: aumentó la cantidad de estudiantes por cursos, no se contempla el recargo de horas de trabajo que demanda el trabajo virtual y no se nombraron las suplencias para cubrir licencias que corresponden a la situación de pandemia”. Con los salarios estrellados por la inflación, “y con una oferta de cero pesos de aumento por parte del Gobierno nacional tras cien días de vencimiento de nuestra paritaria”, subrayó Celotto, el listado de necesidades sigue sumando urgencias: aumento del presupuesto educativo, reconocimiento de gastos de internet, de datos móviles, cámaras y equipos, partidas extra para las obras sociales universitarias y un salario para lxs docentes ad honorem. Esperan un acto de previsibilidad económica y sensibilidad política, para un sector que contiene a un millón y medio de estudiantes en la virtualización forzosa de esta emergencia sanitaria.